Marta Tarragona
- La reciente modificación legislativa en España entrada en vigor el pasado 23 de julio, eleva la edad mínima para contraer matrimonio de los 14 a los 16 años, y siempre, con autorización judicial.
El matrimonio infantil es, desafortunadamente, una realidad en muchos países del mundo. En la mayoría de ocasiones los medios de comunicación se refieren a ello como una práctica que sólo sucede en países en vías de desarrollo. De hecho, desde United Explanations ya tratamos el tema en este artículo. Existen multitud de organizaciones que trabajan en terreno para evitar la consecución de estos matrimonios, que a menudo son matrimonios forzosos; y también para mitigar las tan dramáticas consecuencias que supone para el desarrollo de los niños y las niñas, el hecho de casarse a una edad tan temprana.
El matrimonio infantil en España
Sorprendentemente, el matrimonio a partir de los 14 años era legal en nuestro país, si bien se precisaba de autorización judicial para llevarlo a cabo. No obstante, el pasado 23 de julio de 2015 entró en vigor en España la modificación del Código Civil mediante la Ley de Jurisdicción Voluntaria (disposición final 1.2 que modifica el artículo 48 del Código Civil) por la que se suprime la dispensa judicial para la celebración del matrimonio a partir de los 14 años y, elevando la edad mínima para casarse de los 14 a los 16 años. Cabe mencionar que para celebrar el matrimonio a los 16 años se sigue precisando de autorización judicial, por lo que se configura como algo excepcional.
Es cierto que el matrimonio prematuro era algo ya residual en España tal y como prueban los recientes datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, indicando que en 2014 se casaron en España sólo 11 niños y 63 niñas menores de 18 años. No obstante, las cifras eran mucho más elevadas hace escasos 25 años. Así, en 1978, el año con el pico más alto desde que se recopilan datos, se casaron un total de 17.692 menores de 18 años, de los cuales, 16.077 eran niñas y 1.615, niños. De ellos, 745 niñas y 16 niños menores de 15 años contrajeron matrimonio ese año. En 2014, sólo una niña menor de 15 años contrajo nupcias en España.
A pesar de que la cifra del año omite aquellos matrimonios tempranos celebrados en el extranjero entre menores que residen en España, ya sea de forma regular o irregular, el descenso en la tasa de nupcialidad prematura en nuestro país, es un hecho.
Elevar la edad para contraer matrimonio a los 16 años en España: una recomendación de la ONU
De hecho, el Comité de los Derechos del Niño, durante el 55º período de sesiones que se celebró en 2010 hizo la siguiente observación a España:
“El Comité señala que la edad a la que se puede contraer matrimonio en el Estado parte está establecida en 18 años, pero reitera su inquietud por el hecho de que, en circunstancias excepcionales, un juez pueda autorizar el matrimonio a tan sólo 14 años de edad. El Comité recomienda al Estado parte que revise su legislación para elevar a 16 años la edad mínima para contraer matrimonio en circunstancias excepcionales y con el permiso de un juez, y que se especifique de manera explícita que se trata de casos excepcionales.“
Los estándares internacionales establecen que la edad para la celebración del matrimonio debe ser de 18 años y que sólo excepcionalmente podrá fijarse en una edad inferior.
Debe mencionarse que durante este año 2015 también se han aplaudido otras iniciativas en España desde el punto de vista de la protección de los derechos de la infancia. Por ejemplo, la reciente modificación del Código Penal, mediante la cual se eleva a 16 años la edad mínima para consentir mantener relaciones sexuales (art. 183). O, por otro lado, la tipificación del delito de matrimonio forzado (art. 172 bis), en línea con las directrices internacionales (como por ejemplo, el artículo 16 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de Naciones Unidas, ratificada por España).
Con estas múltiples medidas se amplían las garantías de los niños y las niñas españoles y la aplicación en nuestro país de la Convención de los Derechos del Niño.
El matrimonio infantil en el mundo: cifras excesivamente elevadas y posibles vías para reducirlas
Como apuntábamos al inicio de este artículo, a escala mundial, y tal y como muestra el informe de UNICEF sobre el Estado Mundial de la Infancia de 2014 los datos son preocupantes. A modo de ejemplo, el 36% de los adultos de entre 20 a 24 años se casaron con menos de 13 años en Níger, mientras que en Bangladesh, República Central Africana y Chad lo hicieron el 29%. Por regiones, en África Central y Oeste, el 16% y en Ásia del Sur, el 18%. Si nos referimos a números absolutos, en India 10.063.000 niñas menores de 13 años se casaron en esta franja de edad.
La ONG “Girls not Brides”, que trabaja en esta materia, establece múltiples vías para erradicar el matrimonio infantil. De esta forma, en su Teoría del Cambio apuntan los siguientes estrategias para alcanzar tal fin:
- Empoderar a las niñas para que puedan rechazar la celebración del matrimonio infantil. Se les debe ayudar a tomar conciencia de que son titulares de sus propios derechos y que tienen poder de decisión sobre sus propios planes de vida y, por tanto, sobre si quieren o no casarse.
- Movilizar a las familias y las comunidades: pues en ciertos países la práctica del matrimonio infantil está muy influenciada por tradiciones culturales y actitudes muy arraigadas (por ejemplo, mediante la creencia de que casar a sus hijas es una manera de protegerlas).
- Ofrecer servicios públicos de calidad a aquellas niñas que corren el peligro de contraer matrimonio precoz (por ejemplo, mediante el acceso a la escuela y a los servicios sanitarios).
- Establecer e implementar leyes y políticas públicas: los Gobiernos deben mostrar su compromiso para erradicar el matrimonio infantil, así como asignar recursos económicos para que estas políticas se implementen.
La aprobación de leyes en esta dirección por parte de los Gobiernos es una de las vías más importantes para propiciar la erradicación del matrimonio infantil. A menor o mayor velocidad, los cambios sociales y legales orientados a la erradicación del matrimonio infantil, se han de ir produciendo en todos los países. Indudablemente ello supondrá una mejora sustantiva en la situación de millones de niños y niñas que sufren esta práctica que impide su oportuno y pleno desarrollo, a través del planeta.
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