19/04/2024 MÉXICO

La (des)igualdad de género 20 años después de Beijing

Beijing
El próximo año 2015 se cumplen 20 años de la Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Pekín entre el 4 y 15 de septiembre de 1995. Mientras partidarias y detractoras se posicionan en torno a la conveniencia o no de un nuevo acontecimiento mundial, urge hacer balance: ¿cuánto hemos avanzado en el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género?, ¿cuánto queda por hacer y cómo?

20 años de Beijing


El próximo año 2015 se cumplen 20 años de la Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Pekín entre el 4 y 15 de septiembre de 1995. La histórica cumbre, la última de las cuatro conferencias que Naciones Unidas ha convocado hasta la fecha para abordar la situación de la mujer en el mundo, logró el compromiso de 189 Estados que adoptaron la denominada Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. Dos décadas después, se debate sobre la posibilidad de una V Conferencia Mundial sobre la Mujer (5WCW), cuya candidata como ciudad de acogida es Nueva Delhi (India) y la fecha propuesta 2018. Mientras partidarias y detractoras se posicionan en torno a la conveniencia o no de un nuevo acontecimiento mundial, urge hacer balance: ¿cuánto hemos avanzado en el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género?, ¿cuánto queda por hacer y cómo?

Para empezar hay que destacar el punto de inflexión que supuso la IV Conferencia de Beijing (1995) respecto a sus predecesoras: Nairobi (1985), Copenhague (1980) y México (1975). En lugar de aprobar medidas específicas para las mujeres como se había hecho hasta finales de los 80, se reconoció que el cambio en la situación de las mujeres afecta a toda la sociedad en su conjunto y que la igualdad de género es fundamental para el desarrollo y la paz mundial.

Conferencia de Beijing 1995
Conferencia de Beijing 1995

Con esta premisa, la Conferencia aprobó, a las puertas del nuevo milenio, la citada Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, el documento más completo producido por una conferencia de Naciones Unidas en materia de derechos de las mujeres en el que se recogen objetivos estratégicos y medidas en doce esferas principales.

Más de 30.000 mujeres activistas de todos los rincones del planeta acudieron a Pekín y tomaron parte en el Foro Alternativo en Hairou. Un Foro que sirvió para dar visibilidad a temas y visiones no incluidas en la Plataforma, realizó un análisis profundo y crítico de los avances y retrocesos en cuanto a la eliminación de todas las formas de discriminación hacia las mujeres, denunció las limitaciones del sistema internacional a la hora de hacer cumplir los acuerdos adoptados, impulsó la participación de mujeres y reforzó su identidad a pesar de la diversidad de mujeres y organizaciones.

Desde 1995 se han realizado evaluaciones cada cinco años para comprobar que los gobiernos iban introduciendo los cambios necesarios para cumplir el programa de Pekín. El próximo y último examen tendrá lugar entre los días 9 y 20 del próximo mes de marzo, y se realizará en el marco del 59 periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW59) en Nueva York. Hasta el momento ya se han llevado a cabo revisiones de la implementación de Beijing a nivel nacional y regional y de éstos la primera conclusión que se hace desde ONU Mujeres es contundente: ningún país ha logrado completar el programa”.

El vaso está medio lleno

La cuestión ahora es cuáles son los progresos y, sobre todo, los retos futuros. Preguntada recientemente sobre la situación de la mujer 20 años después de Beijing en una entrevista concedida a El País Semanal, la directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres, Lakshmi Puri (India, 1952), hace el siguiente pronóstico: “Debo decir que en general la situación no es buena. El vaso está medio lleno. Tenemos mucho que hacer y nos falta mucho tiempo”.


La representante de la ONU hace hincapié en que no sólo ha habido una creciente feminización de la pobreza en los países en desarrollo, sino también en los desarrollados. Por ejemplo, los hogares con una mujer sola al frente son más pobres. De igual manera, subraya que las mujeres todavía no están representadas en la fuerza de trabajo y no tienen posiciones de poder. En materia de educación, asegura que las niñas han logrado un gran salto en la educación primaria, pero en la secundaria hay muchas que dejan de estudiar. Respecto a la seguridad y zonas de conflicto, la mujer sigue estando desprotegida: “en una guerra es más peligroso ser una mujer que un soldado”, sentencia Lakshmi Puri.

En cuanto a las agendas post-2015, todo indica que se dará prioridad a determinados “asuntos emergentes, particularmente relacionados con la participación de la mujer en política”, así como su “acceso a un empleo digno y a puestos de toma de decisiones”.

Por otro lado, desde las organizaciones de la sociedad civil que trabajan por los derechos de las mujeres, como las ONG Madre, Womankind, Amnistía Internacional, Equality Now o Omidyar Network Africa, entre otras, coinciden que, si bien ha habido avances y cambios en las políticas de los gobiernos incluyendo, por ejemplo, nuevas leyes para hacer frente a la discriminación y la violencia contra las mujeres o sistemas de cuotas a nivel institucional; en la práctica hace falta implementar esas leyes y políticas públicas para lo cual es necesario incrementar los presupuestos destinados a estas materias.

En cualquier caso, estas organizaciones destacan que Beijing supuso un fuerte impulso para hacer visible y denunciar prácticas que violan los derechos humanos de mujeres y niñas, como la mutilación genital o los asesinatos de “honor”, que todavía en pleno siglo XXI siguen practicándose.


¿Una quinta Conferencia Mundial sobre la Mujer post-2015?

5WCW
Quinta Conferencia Mundial sobre la Mujer

Con este panorama, la Comisión que realizará el examen periódico sobre la situación de la mujer también dedicará parte de la sesión a debatir sobre la propuesta de convocar una V Conferencia Mundial sobre la Mujer (5WCW). De hecho, ya se han lanzado diversas campañas en las redes sociales para captar apoyos. En cualquier caso, no todas las organizaciones ven con buenos ojos la celebración de una nueva Conferencia. El debate está servido.

Mientras las partidarias de una V Conferencia mundial de las Naciones Unidas argumentan que sería “un medio para dar un importante impulso” al movimiento mundial de mujeres utilizando la tecnología e internet -que no se disponía en la IV Conferencia en 1995-, las detractoras subrayan la excesiva cantidad de recursos -tiempo y dinero- que supone una conferencia de tal envergadura y creen que realizarla ahora “podría debilitar la capacidad del movimiento de mujeres” por un doble motivo: porque todavía ONU Mujeres no está adecuadamente financiada y porque “hay algunos Estados miembros de la ONU que ahora están cuestionando fuertemente los derechos de las mujeres y la igualdad de género”, lo que dificultaría mejorar el acuerdo de Beijing, según explican en el foro deAWID.

De ahí, se entiende el pesimismo mostrado por mujeres, como Mavic Cabrera-Balleza, coordinadora de Global Network of Women Peacebuilders:  “Ya no tenemos más ese impulso global. Nunca volverá a haber una conferencia mundial de la mujer de la magnitud e impacto que tuvo la de Beijing en 1995”, asegura en un artículo publicado en IPS. Su receta es sencilla, aplicar medidas prácticas. “Las mujeres de todo el mundo están cansadas de leyes y políticas; lo que quieren es que éstas se implementen”.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro.


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Jone G. Lurgain

San Sebastian-Donostia. Estudió Periodismo y Comunicación Digital. Especializada en Política (procesos de paz, DDHH, elecciones, movimientos sociales). Tras más de diez años trabajando para diferentes medios de comunicación (prensa, radio, agencias), cursó un Máster en Cooperación Internacional, poniendo el foco de atención en temas relacionados con Género y Desarrollo. Ha colaborado con organizaciones de mujeres en El Salvador y con distintas ONGDs en Nepal y el País Vasco. Defensora de la justicia social, la igualdad y la dignidad de todas las personas.


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