29/03/2024 MÉXICO

El Ébola, el mejor ejemplo de inequidad sanitaria
The fight against Ebola in Guinea [afreecom/Idrissa Soumaré vía Flickr]

14655904270_b3028c278e_z

Los cambios sociales, económicos y ambientales de las últimas décadas han expuesto a los hombres y animales a nuevos patógenos a los que no habían sido expuestos anteriormente. Las condiciones para la emergencia de una enfermedad pueden ser  diferentes, pero el manejo de su expansión, puede ser igualmente desafiante. Esto es lo que está sucediendo con el Ébola, un virus que se ha ido expandiendo durante los últimos meses en África Occidental y que paulatinamente ha ganado la atención mediática.

¿Qué es el Ébola?

Se trata de un virus de origen animal (zoonosis) que fue detectado por primera vez en 1976. De los cinco subtipos existentes, el Zaire es el que se ha propagado estos últimos meses en África Occidental (además, es uno de los tres con mayor tasa de mortalidad).

Los científicos creen que un tipo de murciélago frugívoro sería el huésped natural del virus. La distribución geográfica de esta especie coincidiría con la distribución de los brotes históricos de Ébola. Según la OMS el virus se transmite tanto a través de seres humanos como de animales, por el contacto directo con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales o humanos infectados.

La enfermedad por el virus del Ébola (EVE) se caracteriza por la “aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas” (OMS). Su período de incubación oscila entre 2 y 21 días, haciendo difícil un diagnóstico temprano.

By CDC [Public domain], via Wikimedia Commons
By CDC [Public domain], via Wikimedia Commons. (Última actualización: 23 de julio de 2014)

El mayor brote de Ébola de la historia

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 15 de agosto de 2014, el número acumulado de casos confirmados atribuible a la EVE en los tres países más afectados es de 1.299, 708 de ellos mortales. La cifra aumenta a 2.115 casos y 1.141 muertes si se consideran los casos probables o sospechosos.


Actualmente no existen vacunas ni tratamientos específicos, más que la hidratación de los pacientes, el mantenimiento de sus niveles de oxígeno y presión sanguínea y el tratamiento de infecciones. Las acciones conjuntas entre médicos y voluntarios nacionales e internacionales que se están llevando a cabo se orientan a la sensibilización de la población, la identificación de casos reales y potenciales y los planes de aislamiento.

Pese a que estas acciones podrían controlar la situación y que el contagio sólo se produce por contacto directo con el paciente, el brote actual de Ébola está dando lugar a una serie de dificultades relacionadas a las condiciones sanitarias, culturales y sociales de la región, que hacen que esta epidemia sea considerada por algunos expertos como excepcional.

Principales dificultades

Movilidad. Generalmente, este tipo de brotes tienen lugar en áreas rurales donde la población tiene mayor contacto con carne de animales salvajes que podrían estar infectados. El virus se estaría moviendo desde las zonas rurales, donde vive la mayor parte de la población de estos países: 64% en Guinea, 51% en Liberia y 60% en Sierra Leona. Sumado a esto, el virus se mueve también a lo largo de las fronteras, donde diariamente se observa una alta movilidad en la zona compartida entre los tres países antes mencionados.

Prácticas tradicionales. Si bien se observa un fenómeno de urbanización, la nueva población urbana mantiene prácticas típicas de las áreas rurales. Muchos especialistas han advertido que algunas prácticas tradicionales contrarias a las medidas de prevención recomendadas podrían facilitar la transmisión del virus. El ejemplo más comentado ha sido el de las ceremonias de inhumación en las cuales los integrantes del cortejo fúnebre tienen contacto directo con el cadáver, sin el control adecuado.


Falta de cooperación de las comunidades afectadas. Una parte significativa de la población desconfía en el gobierno y la información provista por los médicos y voluntarios. De hecho, en algunos pueblos se ha denegado el acceso a grupos de ayuda internacional como Médicos Sin Fronteras y Cruz Roja al considerar que la visita de voluntarios ha provocado la expansión del virus. La desconfianza en las acciones llevadas a cabo en los centros de tratamiento y la recepción de información contradictoria respecto a la efectividad del aislamiento, hacen que la resistencia de algunas comunidades sea otro reto para frenar la expansión del virus.

Economías en desarrollo. Luis Sambo, el director regional de la OMS para África, sostiene que la estrategia para combatir el brote epidémico sufrió dificultades para coordinar las respuestas a lo largo de los tres países. No hay que dejar de tener en cuenta que Guinea, Liberia y Sierra Leona son clasificados por el Banco Mundial como países de ingreso bajo, y se encuentran dentro de los 13 países con menor índice de desarrollo humano.

Sistemas de salud. Problemas como la falta de recursos y la falta de políticas públicas orientadas a la mejora del desarrollo humano, afectan directamente la infraestructura sanitaria, caracterizada por malos servicios, mal equipamiento para los médicos y una distribución geográfica desigual de los centros de atención sanitaria.

Por citar algunos ejemplos, la administración de recursos humanos de salud en Guinea es débil. Según el Banco Mundial en 2011 fue el país con menor cantidad de camas por habitante. Asimismo, los curanderos tradicionales tienen un rol importante en un sector sanitario informal que no tiene ningún tipo de control. En el caso de Sierra Leona, el sistema de salud fue golpeado por una guerra civil de once años que destruyó la infraestructura sanitaria y provocó el desplazamiento de personal de salud. Algo similar ocurrió en Liberia, donde la densidad de parteros, enfermeros y médicos es de 0,3 cada 1000 habitantes en un contexto donde los planes de reconstrucción del sistema sanitario parecen poco claros y con bajo apoyo externo.

Un mercado poco interesante para las farmacéuticas. Mucho se ha escrito sobre la falta de interés de las compañías farmacéuticas en inversiones en I+D de una vacuna por no ser un mercado lucrativo. Asimismo expertos sostienen que la cantidad de anticuerpos existentes para tratar a los infectados es insuficiente y que aún se desconocen cuán avanzadas están algunas compañías biotecnológicas que han declarado estar realizando actividades de I+D de un fármaco contra el Ébola.

The fight against Ebola in west Africa [EC/ECHO/Jean-Louis Mosser vía Flickr]
The fight against Ebola in west Africa [EC/ECHO/Jean-Louis Mosser vía Flickr]


La necesidad de una colaboración intersectorial

La falta de una vacuna o tratamientos específicos da lugar a que muchos especialistas demanden la necesidad de una respuesta que vaya más allá de la acción médica directa y apunte a un trabajo multidisciplinario.

Esta idea está relacionada con el concepto One Health, cuya estrategia es la colaboración y comunicación interdisciplinaria en todos los aspectos de salud humana, animal y medioambiental. Por lo tanto, el Ébola, al tratarse de una zoonosis, requiere de una colaboración entre veterinarios, médicos, científicos ambientales, geógrafos y antropólogos, entre otros.

Asimismo, resulta necesaria una ayuda externa de mediano y largo plazo que se focalice en la creación de capacidades del sistema nacional de salud para prevenir brotes epidémicos y responder a emergencias, teniendo en cuenta no sólo el conocimiento técnico, sino también las dinámicas culturales y sociales de la población afectada.

La revisión hasta aquí presentada permite observar cómo un desarrollo insuficiente de políticas tendientes a reducir efectivamente las inequidades en salud, colaboran con la rápida expansión del virus, derivando en importantes costos sociales y económicos. Lejos de una mirada apocalíptica, el foco debería estar puesto en la necesidad de superar las dificultades de infraestructura sanitaria y los modos de realizar una sensibilización no invasiva a la población afectada. La necesidad y el desafío más inmediato es entonces persuadir a quienes disponen de los fondos para permitir llevar a cabo una acción intersectorial y de colaboración entre los niveles locales, nacionales e internacionales.

Foto de portada: The fight against Ebola in Guinea. Fuente: afreecom/Idrissa Soumaré vía Flickr

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro.

¿Quieres recibir más explicaciones como esta por email?

Suscríbete a nuestra Newsletter:


Antonella Maia Perini

Buenos Aires, Argentina. Soy licenciada en Relaciones Internacionales y profundicé mis estudios con un master en Relaciones Internacionales Europa-América Latina. Trabajo en el área de desarrollo sustentable, tecnopolítica, innovación, ciencia y tecnología. De espíritu curioso, me interesa conocer un poco de todo, estudiar idiomas, visitar museos de arte contemporáneo y disfrutar del aire libre.


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

3 × 1 =

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.