28/03/2024 MÉXICO

La mafia mata solo en verano

Lejos está de los mediáticos asesinatos que protagonizó en los años 90. Pero la mafia sigue ahí, escondida y películas como La mafia mata solo en verano recuerdan que no hay que olvidar.

En estos días se puede visitar en la Open Eye Gallery de Liverpool la obra fotográfica de Letizia Battaglia, quien ha retratado con su cámara los crímenes de la mafia siciliana durante los últimos cuarenta años. El título de la exposición, “Letizia Battaglia: rompiendo el código de silencio”, es de lo más significativa. Habla de ese “no oigo, no veo, no hablo” de la omertà: pilar básico del código de honor de los mafiosos y que tan enraizado está en la sociedad siciliana.

Muchos de nosotros no tenemos plena consciencia de qué es la mafia siciliana (Cosa Nostra), quiénes la integran y cuáles son las relaciones que se establecen entre mafia y política. Sabemos, como ya hemos apuntado, del código de silencio, y también sabemos que los ajustes de cuentas son la manera de solucionar conflictos. Sin embargo, más allá de eso, ignoramos sus orígenes y funcionamiento, y solemos caer en estereotipos banales. Es por ello que merece la pena indagar un poco más sobre el tema.

Una comedia crítica

La mafia uccide solo d’estate, película del polifacético Pierfrancesco Diliberto (alias Pif) y que se llevó el premio del público en el Torino Film Festival, puede servir perfectamente como primer acercamiento a la realidad de Cosa Nostra. Se trata de una de esas películas con las que, al salir del cine, no solo uno se  da cuenta de que ha disfrutado, sino que es de esas historias que  conmueven y remueven la conciencia del espectador. Sí, porque no se trata solo de una comedia dramática, sino también de una dura crítica a la sociedad y a la política italiana de los últimos treinta  años.

Fragmento de la película La mafia uccide solo destate.
Fragmento de la película La mafia uccide solo destate.

El argumento gira en torno a la vida de Arturo, que se ve influenciada por Cosa Nostra desde el mismo momento de su concepción: asesinatos de  mafiosos o “cadáveres excelentes”. Las relaciones entre política y mafia marcan los eventos más importantes de su infancia y su vida adulta. Enamorado de Flora, una compañera de clase, encuentra en el Primer Ministro italiano de la época, Giulio Andreotti, una especie de consejero en cuestiones del corazón, pero poco a poco irá comprendiendo cómo aquellos que son considerados hombres “de bien” en diferentes ámbitos de la vida pública, tienen mucho más que ver con la mafia de lo que, en un principio, pudiera parecer.

Hay escenas en La mafia uccide solo d’estate capaces de hacer reír al espectador y, al mismo tiempo, hacerle plantearse la crudeza de aquellos años en los que Sicilia y, en concreto, Palermo, era el centro de una guerra entre Estado y mafia. La negación de la existencia de la mafia y la posterior justificación a toda costa de los actos que cometían (y aún cometen) para finalmente llegar a una actitud de rechazo son puntos clave para comprender la mentalidad de la sociedad siciliana.

Relación entre Cosa Nostra y el Estado italiano

Cosa Nostra nace en el ámbito de la Sicilia rural, a principios del siglo XIX, si bien es con el desembarco de los estadounidenses en Sicilia durante la Segunda Guerra Mundial cuando la mafia llegó a los puestos de poder político de las ciudades, al colocar los militares estadounidenses a mafiosos como alcaldes de centros urbanos para tener la situación bajo control. Posteriormente, la mafia evolucionó del modo más lógico posible según sus estándares, y las relaciones entre actividad criminal organizada y política se hicieron más estrechas. Ejemplo de ello es cómo la Democracia Cristiana italiana se sirvió de Cosa Nostra durante los años 1940-50 para luchar contra el Partido Comunista: la mafia controlaba los votos y asesinaba dirigentes comunistas a cambio de protección, apoyo y acceso a licitaciones públicas.

El juez Borsellino fue asesinado un 19 de julio
El juez Borsellino fue asesinado un 19 de julio


Cabe destacar que la guerra de mafia que asoló Sicilia durante los años 80 y que, posteriormente, derivaría en el asesinato de jueces, políticos y miembros de las fuerzas del orden italiano, marcó un punto de inflexión en la vida política y social de Italia. Los jueces antimafia Luigi Falcone y Paolo Borsellino fueron los protagonistas de la lucha contra la mafia gracias al maxi-proceso en el que consiguieron condenar a más de 300 mafiosos.

Los asesinatos de Falcone y Borsellino en 1992 supusieron no solo una gran conmoción en la sociedad, sino el punto de partida de reformas y leyes que, durante un tiempo, facilitaron la investigación antimafia y la colaboración de los mafiosos arrepentidos, además de dar pie a la creación del programa de protección de testigos. Por desgracia, la lucha del Estado contra la mafia no duró por mucho tiempo y desde 2001, con las leyes propuestas por Berlusconi, la colaboración de miembros de Cosa Nostra y el programa de protección de testigos se han visto drásticamente reducidos.

La mafia perdura

Hoy en día, la mafia se guarda mucho de cometer asesinatos a la vista del público, pero no cabe duda de que sus actividades delictivas siguen llevándose a cabo. Por su parte, el Estado sigue teniendo relación con la mafia, y prueba de ello son los políticos que, periódicamente, son imputados y condenados por participación externa en asociación mafiosa.

La mafia está ahí, pero no se ve. Por eso es tan importante que películas como La mafia uccide solo d’estate nos lo recuerde y nos haga plantearnos hasta qué punto la situación de Italia puede tener relación con realidades parecidas en otros países.


Son también muy recomendables, el documental In un altro paese de Marco Turco (2005) y la película Falcone, un juez contra la mafia, de Ricky Tognazzi (1999).

Esta es una explicación sin ánimo de lucro

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Marta Otero

Chiclana, España. Licenciada en Traducción e Interpretación y Máster en Traducción Audiovisual. Me apasionan los idiomas, los viajes, la fotografía y el cine. E-mail: martaotero.t@gmail.com


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