28/03/2024 MÉXICO

Conclusiones del Consejo Europeo de Defensa : ¿el bueno, el feo y el malo?

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En el último mes de 2013 tuvo lugar un Consejo Europeo que, por primera vez en cinco años, abordó asuntos relativos a la Política Común de Seguridad y Defensa. Intentamos explicar algunas de las Conclusiones y los contextos nacionales.

Como ya explicamos anteriormente en United Explanations, los asuntos de la PCSD estaban organizados en tres ejes temáticos. Aquí ofrecemos un resumen de las Conclusiones (pdf) más relevantes adoptadas por el Consejo Europeo, que a más tardar serán retomadas por el Consejo en el 2015.

  1. Aumentar la efectividad, visibilidad e impacto de la PCSD: El Consejo comienza recordando que la UE despliega un total de más de 7.000 efectivos a lo largo de varias misiones (12 civiles y 4 militares), por lo que la Unión es capaz de desplegar toda una serie de herramientas y políticas que cimentan el “Enfoque Integral” de la UE. Asimismo el Consejo reconocía que las dimensiones internas y externas de la seguridad europea están en creciente interdependencia, por lo que hizo un llamamiento al desarrollo de nuevos conceptos y marcos estratégicos. Entre ellos cabe destacar el desarrollo de un marco político para la “ciberdefensa” de la UE y una Estrategia Europea de Seguridad Marítima, ambos a presentarse durante el presente año.
  2. Mejorando el desarrollo de capacidades: La intervención europea en Libia puso de relieve que la UE aún carece de las capacidades militares suficientes para desempeñar operaciones militares de alta intensidad, por ello el Consejo dió su apoyo a determinadas iniciativas en éste ámbito. Por ejemplo, el desarrollo de un sistema UAV europeo (Unmanned Air Vehicle, RPAS en la jerga europea) entre 2020 y 2025 como preparativo para la próxima generación de vehiculos de altitud media y la integración inicial para 2016 en el Sitema Europeo de Aviación mediante la regulación de la Comisión. Capacidades como el respostaje aéreo y las comunicaciones por vía satélite, en su día aportadas por los EE.UU. durante la intervención libia, son también mencionadas explícitamente. Finalmente el Consejo invitó al Alto Representante y la AED a desarrollar un marco cooperativo para facilitar la planificación defensiva intra-europea, con la intención de favorecer una convergencia en cuanto a las necesidad de capacidades.
  3. Reforzar la BTIDE (Base Tecnológica e Industrial de la Defensa Europea): El último de los ejes temáticos de la PCSD tenía claros tintes economicistas al centrarse en la industria europea de defensa y al ser liderado por una comunicación de la Comisión sobre posibles medidas de ahorro. Ante éste escenario el Consejo admite que la UE necesita una BTIDE más integrada, sostenible e innovadora para mantener las capacidades defensivas. Para ello, el Consejo respaldó iniciativas como el I+D cívico-militar (uso dual) y cooperativo (intra-europeo). También apoyó la idea de que la AED y la Comisión desarrollen una hoja de ruta para elaborar unos estándares de la industria de la defensa que facilite la certificación de equipo militar al nivel de la Unión.

Las posturas nacionales respecto a la PCSD

La PCSD, que forma parte de la PESC, es en gran medida una política de competencias compartidas. Esto significa que hay iniciativas que pueden provenir de los organismos de la UE –especialmente en materia de comercio– mientras que las iniciativas que impliquen el uso de capacidades civiles o militares debe ser acordado en el plano intergubernamental. Por tanto, para entender mejor los resultados del Consejo Europeo conviene repasar brevemente algunas de las posturas nacionales con respecto a la PCSD.

Francia: ¿el bueno?

El país galo llegaba al Consejo Europeo liderando dos operaciones militares en el continente africano: operación SERVAL y operación SANGARIS. La aún vigente operación SERVAL (Malí) fue desplegada por Francia –a principios de 2013– de forma unilateral pero con el respaldo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y respondiendo a la petición del gobierno interino de Malí. Poco a poco, Hollande fue presionando al resto de socios europeos para intervenir y finalmente la UE desplegó la EUTM Mali, una misión de adiestramiento del Ejército maliense. Con un tono de incluso de mayor urgencia, se lanzó la operación SANGARIS (República Centroafricana) –escasas semanas antes del Consejo Europeo– para reforzar el limitado contingente francés en la República Centroafricana y bajo el pretexto de ser una “operación humanitaria” para evitar una escalada de violencia sectaria. Nuevamente la intervención francesa contaba con el respaldo unánime del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas pero la UE no aparece en el escenario con compromisos hasta casi un mes después, cuando el 20 de enero de 2014 aprueban en el Consejo de Asuntos Exteriores (pdf) un Concepto de Gestión de Crisis que podría desembocar en una operación militar de hasta seis meses de duración.

Históricamente Francia ha sido y sigue siendo la gran impulsora de la PCSD, pero consciente de la lentitud de los procesos europeos y las reticencias “otanistas”, tampoco ha dudado en implicarse en primer lugar para luego retomar el asunto en las instituciones europeas. Con una política exterior marcadamente intervencionista, Francia ha sido uno de los principales impulsores e interesados en el desarrollo de la PCSD durante éste Consejo. Aunque el Secretario de Asuntos Europeos se daba por satisfecho en su declaración ante la Comisión de Asuntos Exteriores (pdf), la realidad es que tanto el Reino Unido como Alemania –con motivos dispares– han minimizado las aspiraciones francesas, especialmente en lo relativo a los mecanismos de financiación.

España: ¿el feo?

Desde la Transición hasta nuestros días, España ha ido asumiendo una mayor participación en la seguridad internacional. Usando la UE como marco de actuación, España es el segundo mayor contribuyente a la operación EUTM Mali y ha asumido el mando la operación ATALANTA (Somalia) hasta en cuatro ocasiones. Sin embargo la opacidad junto con la falta de compromisos está perpetuando la imagen de España como un país que «golpea por debajo de sus posibilidades» en materia de PCSD, al menos en el plano político. Prueba de ello es el hecho de que el Ministro de Defensa no compareciese ante la Comisión de Defensa del Congreso para explicar la postura del gobierno español aunque si lo hiciera para hablar de otros asuntos.


A modo de preparación para el pasado Consejo, el gobierno español se volcó con la iniciativa “European Global Strategy” mediante el Real Instituto Elcano; en la que también participaron Suecia, Polonia e Italia. Ésta iniciativa busca relanzar un diálogo entre los Veintiocho sobre la Estrategia Europea de Seguridad, pero dicho debate no constaba en el orden del día del pasado Consejo y por tanto no se abordó. El Ministro de Defensa español (P. Morenés) se mostró crítico previo a la celebración del Consejo Europeo: primero, que no era un Consejo monográfico sobre la PCSD y segundo, la falta de una visión geoestratégica que conduzca la PCSD.

Tras la celebración del Consejo, el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy compareció en el pleno del Congreso el día 22 de enero para tratar los asuntos debatidos en el último Consejo de 2013. Sin embargo, los acuerdos relativos a la PCSD solo ocuparon escasas palabras en la intervención inicial del Presidente, ya que dado el contexto y el orden del día tanto el Gobierno como la oposición se centró en las cuestiones relacionadas con la economía. En términos generales, Rajoy se mostró satisfecho con los resultados, consciente de que era necesario un consenso amplio para llegar a un acuerdo que también asegurase “complementariedad con la OTAN”.

Reino Unido: ¿el malo?

La postura anglosajona en asuntos de la PCSD es archiconocida y más aún cuando es un gobierno conservador quien ostenta el poder: son el aliado “atlántico” por excelecia. La relación UE-OTAN es de suma importancia para el Reino Unido, que suele traducirse en un discurso en el que intentan evitar “duplicidades” entre ambos organismos. Ésta retórica, que se viene endureciendo en los últimos meses, se debe también al contexto nacional británico en el que el partido UKIP está de camino a convertirse en el ganador de las elecciones europeas de mayo de 2014 según algunos sondeos. Además el propio Cameron está planteando un referendum sobre la UE para el año 2017 si gana las próximas elecciones generales

En un informe remitido a la Cámara de los Comunes el 10 de diciembre de 2013 se resumía brevemente la postura del gobierno británico. En éste informe se constata la postura de que los objetivos del Reino Unido son los de desarrollar en la UE un rol “complementario y reforzador de la OTAN, no uno de competición”. También se explicitan las «líneas rojas» de los británicos que incluyen cuestiones de financiación común de operaciones, desarrollo de capacidades y la industria de la defensa, dado que consideran que se solapa con ciertas competencias de la OTAN.


Tanto en el citado informe como en declaraciones previas de David Cameron se comete un error fundamental: el de asociar el desarrollo de capacidades bajo el marco de la UE a que la Unión sea dueña de estas capacidades per se. Un ejemplo, ferozmente rechazado por los británicos desde hace años, es el de establecer un Cuartel General Europeo Permanente. Dicho Cuartel está pensado para dotar a la UE de capacidades de planificación estratégica para misiones y operaciones, competencia que actualmente reside en otro organismo (Comité Político y de Seguridad), pero que no le resta la capacidad al Consejo de Asuntos Exteriores de aprobar o rechazar una operación. El gobierno británico no solo forzó cambiar algunos aspectos de la redacción de las Conclusiones del Consejo, sino que también generó una respuesta crítica por parte de la Comisión en la que se mostraban sorprendidos por los supuestos malentendidos del número 10 de Downing Street.

Conclusiones

Usando las palabras del director del EU ISS (A. Missiroli, pdf), el resultado del Consejo ha sido el inicio de un proceso necesario para muchos actores –no solo la UE– en medio de un contexto difícil. Aunque las Conclusiones del Consejo no arrojan mucha luz sobre medidas concretas, es cierto que ha establecido tanto una fecha futura (junio 2015) como una serie de encomendaciones a organismos (Comisión, AED, Alto Representante) para el desarrollo de ciertas líneas de trabajo. Está por ver si esto se trata de una maniobra política o el Consejo de Asuntos Exteriores respaldará los futuros proyectos.

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Carlos Girona Eadie

Madrid, España. Grado en "Politics & Contemporary European Studies" (Sussex University) y Máster en Política Internacional (UCM). Alumno del XXVIII Curso de Observadores para Misiones de Paz (Escuela de Guerra del Ejército de Tierra) y stagiaire en el Subcomité de Seguridad y Defensa del Parlamento Europeo (2014-15). Especial interés por asuntos de seguridad, defensa y política exterior de la UE.


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