19/04/2024 MÉXICO

¿Puede haber otra guerra coreana?

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Las nuevas negociaciones entre Corea del Sur y la Administración Obama, y la búsqueda de nuevas opciones militares con el objetivo de disuadir a Corea del Norte, son una buena muestra de que estos dos aliados del Pacífico no están dispuestos a sucumbir a las exigencias del régimen norcoreano.

El pasado 1 de octubre, Seúl fue testigo del desfile militar más ostentoso visto en décadas en Corea del Sur. Con motivo del 65 aniversario de sus fuerzas militares, el país asiático aprovechó para movilizar a más de 11.000 soldados y sacar su más reluciente artillería a las calles, en un claro gesto de aviso al régimen de la República Democrática de Corea del Norte.

Seúl no está dispuesto a retroceder ante el régimen de Kim-Jong-un y para ello cuenta con el apoyo de Estados Unidos, quien ya advirtió, durante el último episodio de crisis diplomática (en marzo de 2013), que no estaría dispuesto a tolerar ninguna provocación más por parte de Pyongyang. Las nuevas negociaciones entre Corea del Sur y la Administración Obama, y la búsqueda de nuevas opciones militares con el objetivo de disuadir a Corea del Norte, son una buena muestra de que estos dos aliados del Pacífico no están dispuestos a sucumbir a las exigencias del régimen norcoreano.

Por su parte, Kim Jong Un también salió a la calle para mostrar al mundo que el régimen goza de buena salud. Con un desfile militar más discreto, Corea del Norte celebró, el pasado 9 de septiembre, la fundación de la República Popular de Corea del Norte hace 60 años, al término de la finalización de la Guerra de Corea (1950-1953).

Estos dos desfiles se enmarcan dentro del proceso de recuperación de las relaciones bilaterales entre las dos Coreas, rotas desde la crisis de marzo de 2013, cuando Corea del norte anuló el armisticio con Corea del Sur y se declaró en estado de guerra.

La crisis de 2013

La crisis desató todo tipo de titulares de guerra. Y por un momento pareció que las dos Coreas podían volver a enfrentarse como ya hicieran sesenta años atrás. Sin embargo, la tensión belicista, las advertencias, los discursos y la puesta en marcha de los arsenales militares quedó en pura retórica. Por suerte.

Esta es una retrospectiva de las acciones hostiles de la República Democrática de Corea del Norte hacia Corea del Sur:


  • 2006- Primer test nuclear de Corea del Norte
  • 2008- Se introduce a Corea del Norte en la lista de Estados Terroristas
  • 2009- Segundo test nuclear
  • 2012- Prueba de misiles de corto alcance y lanzamiento de un cohete misil. En diciembre, Pyongyang lanza un misil de largo alcance, lo que pone en altera la comunidad internacional, especialmente a Estados Unidos.
  • 2013- Crisis entre las dos Coreas y aumento de las tensiones y el discurso bélico. Corea del Norte realiza una prueba nuclear y el régimen es fuertemente sancionado por Naciones Unidas. Se inicia el estado de guerra, se producen una serie de maniobras militares en la zona fronteriza y Corea del Norte anula el acuerdo de no agresión firmado en 1953, con lo cual queda anulado el armisticio entre las dos Coreas.

¿Otra guerra Coreana?

Victorious_Fatherland_Liberation_War_Museum_Monument4No puede haber otra guerra coreana. En primer lugar porque a nadie le interesa, económicamente hablando, ni a Corea del Norte, ni a Corea del Sur. Mucho menos a Estados Unidos o China, que, a pesar, este último, de respaldar las sanciones de la ONU contra el régimen, continua proporcionándole a Corea del Norte un manto de protección no libre de debate en la Asamblea General.

En segundo lugar, la República Democrática de Corea del Norte, sumida en una pauperización sistémica y un subdesarrollo endémico, no está en condiciones de iniciar ningún ataque hacia Corea del Sur, que cuenta con la protección (y las bases) norteamericana y japonesa, sus principales aliados en la región. Pyongyang no empezará una guerra que sabe que no puede superar. Tiene poco que ganar y mucho que perder: la supervivencia del régimen.

En tercer lugar y con una política exterior norteamericana centrada en la región de Asia Pacífico, iniciada con la estrategia Pivot to Asia (en 2011) y convertida en una estrategia de countervailing balance, que consiste en la búsqueda de aliados más que en la identificación de enemigos, es evidente que a Estados Unidos no le interesa el conflicto en Asia. Y mucho menos en un momento clave de reconfiguración del continente, con una China cada vez más dominante y una India cada vez con más demanda de protagonismo.

Una eventual guerra coreana se enmarcaría en una lucha entre China y Estados Unidos por la hegemonía de Asia Pacífico..

Una eventual guerra coreana se enmarcaría en una lucha entre China y Estados Unidos por la hegemonía de Asia Pacífico, el continente protagonista del s.XXI (ya lo dijo en 2010 Hilary Clinton en un artículo publicado en Foreign Policy, quien escribió que el s.XXI iba a ser un siglo Pacífico, jugando con el doble significado de esta palabra). Esta guerra no interesaría a ninguna de las partes implicadas.


Corea del Norte no es el ombligo de Asia Pacífico

Si bien en Asia Pacífico uno de los principales problemas es la existencia de un régimen paria como el de Corea del Norte, también hay muchos otros temas en juego que preocupan de igual manera, o incluso más, como la lucha por el dominio de las islas en el mar de la China Meridional, la apabullante demanda de seguridad energética por parte de China o India, la abrupta apertura de Birmania, la piratería en el Estrecho de Malaca, el creciente protagonismo del extremismo islámico o la desesperación por frenar el cambio climático en la región, víctima de los mayores desastres naturales de nuestro días.

Es por estos motivos que, a pesar de lo que auguren los medios comunicación, una guerra entre las dos Coreas es, a día de hoy, bastante improbable. No por las Coreas en sí, sino por todo lo que esta guerra implicaría: un conflicto diplomático de primera magnitud en la región de Asia Pacífico entre China y Estados Unidos que tendría muchas consecuencias en la política y la economía internacional de los cinco continentes.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro  

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Queralt Castillo


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