28/03/2024 MÉXICO

La desmitificación del deportista

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De héroes a villanos, de la ilusión a la decepción. La desmitificación de seres que antes parecían inmaculados, pero que en realidad son más humanos de lo que parecen.

El deporte de élite, algo impensable para algunos y un sueño para otros. Competir con los mejores es la ilusión de todos que practican algún deporte. Es el grande objetivo, la gran carrera en la que quieren participar y, para ello, entrenan duro día a día. Los deportistas de élite son un ejemplo a seguir por muchas personas por  su capacidad de superación, lucha y esfuerzo que los convierte en los mejores del mundo.

A lo largo de la historia del deporte ha habido muchos deportistas de renombre que han maravillado al mundo con sus proezas. Personas de carne y hueso que han ganado multitud de competiciones y cuyo cuerpo se ha convertido en una máquina que logra cosas imposibles. Basta mencionar a la leyenda olímpica de los años 20 Paavo Nurmi. El corredor de fondo finlandés logró obtener doce medallas olímpicas, nueve de oro y tres de plata. Conocido como el “finlandés volador”, batió 22 records mundiales, lo que hizo que la prensa francesa de la época publicara el titular “Paavo Nurmi traspasa los límites de lo humano”.

El inmortal problema del dopaje

Pero detrás de la imagen de superhumanos que se tiene de los deportistas de élite, se encuentran años de entrenamiento constante, amor por el deporte, sacrificio y mucha fuerza de voluntad. Sin embargo, el nivel de exigencia es muy alto y algunos deportistas toman un desvío que, en principio, les va a hacer el camino más fácil: el dopaje. Recientemente,  Lance Armstrong,  la gran estrella del ciclismo, perdió sus siete títulos del Tour de Francia tras admitir que se dopó. Armstrong provocó un gran estruendo y conmoción,  el grande campeón había defraudado a todos,  el mundo del ciclismo, los medios de comunicación y mucho más a sus seguidores.

Aparte de sus logros sobre la bicicleta, Armstrong se había convertido en un mito por su victoria contra el cáncer, diagnosticado en 1996. Tras dos años de tratamiento, volvió a las competiciones en 1998 y empezó a pedalear hacia una carrera meteórica. El cáncer no sólo no había podido con él, sino que lo había hecho más fuerte que nunca.

Sin embargo, este tipo de acontecimientos hace que el engaño en el que vivía la sociedad sea aún mayor. Aquel deportista de élite que era toda una leyenda y había logrado lo imposible a pesar de todos los obstáculos, no jugaba limpio. Con esto no sólo se desprestigió al deportista, sino que al deporte en general. Este tipo de revelaciones producen una pérdida de confianza por parte de la sociedad, quien empieza a desconfiar de los logros de los deportistas. Se empieza a perder la fe en el potencial del cuerpo humano, que es, al fin y al cabo, la base de cualquier deporte.

Las consecuencias de las malas acciones fuera de las competiciones

El mundo del deporte no sólo se ve afectado por el dopaje, sino también por cualquier acción negativa que realice alguno de sus personajes estrella. Tal es el caso de Tiger Woods que engañaba a su mujer o, más recientemente, el caso de Oscar Pistorius. El atleta paralímpico que sorprendió al mundo entero por participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, lo hace ahora por estar acusado de asesinato. A comienzos de 2013, se difundió la noticia de que Pistorius había asesinado presuntamente a su novia la modelo Reeva Steenkamp.


Como estos, se han dado a conocer muchos más asuntos escabrosos relacionados con los deportistas de élite. Lo que no hace más que demostrar que los grandes deportistas son personas como cualquier otra que también cometen errores y toman malas decisiones. No son seres perfectos; sus cuerpos han sido entrenados a lo largo de muchos años y han llegado a lo más alto de la cima, pero esos mismos cuerpos tienen problemas, inseguridades y miedos. Y como todo ser humano, pueden cometer errores y tener actitudes reprochables.

Pero no se puede generalizar, hay muchos deportistas que consiguen arrancar de la línea de salida y llegar a la meta con la satisfacción de haber corrido una carrera impecable. Estos son los iconos que sirven y servirán para motivar a muchas personas y para demostrar que, con esfuerzo, nada es imposible.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro

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Ursula Estevez

Pontevedra (Galicia), España. Estoy estudiando mi último año de Periodismo y preparándome para hacer un máster sobre Organización de Eventos Internacionales. Me encanta escribir, leer, viajar, hacer deporte; en definitiva, disfrutar de la vida. Email: ursula.estevez@hotmail.com


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