29/03/2024 MÉXICO

La xenofobia como consecuencia del sadismo económico europeo
Angela Merkel y Antonis Samaras en Bruselas

Angela Merkel y Antonis Samaras
Las políticas económicas de la UE castigan a la población griega. Pero si los nacionales sufren penurias, qué decir de los extranjeros, que padecen no sólo el derrumbe de lo que queda del estado de bienestar griego sino también las humillaciones y la violencia tanto de la extrema derecha como de la propia policía griega.

El humo de las calefacciones de leña, que sustituye al fueloil cuyo precio se ha triplicado desde 2010, mancha las paredes de muchas viviendas griegas. Cuando la madera escasea, se recurre a sucedáneos que contienen sustancias nocivas para la salud. Los inasumibles costes de la gasolina y de los peajes de autopistas privatizadas hacen que los trenes griegos ofrezcan escenas más asociadas a la India que a Europa. Los contagios de VIH se multiplican entre los drogodependientes: se ha pasado de 14 infecciones registradas en 2010, a 487 casos en 2012. Planes de despidos masivos de funcionarios, recortes salariales salvajes, aumento de la delincuencia, reducción de las pensiones a discapacitados, etc. Son escenas de las consecuencias sociales de lo que Ignacio Ramonet denomina “sadismo económico” de la UE.

Ser inmigrante en Grecia

Pero si los nacionales sufren penurias, qué decir de los extranjeros, que padecen no sólo el derrumbe de lo que queda del estado de bienestar griego sino también las humillaciones y la violencia tanto de la extrema derecha como de la propia policía griega. Los informes de organizaciones como Human Rights Watch o Amnistía Internacional sobre ataques xenófobos describen una tragedia social que afecta especialmente a Atenas y Patras: “patrullas ciudadanas de limpieza”, agresiones de grupos armados con bates y botellas, apuñalamientos, robos, persecuciones, amenazas; todo ello agravado por la indefensión.

El fracaso del sistema judicial y la pasividad, e incluso connivencia, de la policía dejan impunes la inmensa mayoría de los ataques.

Para Human Rights Watch resulta especialmente llamativo que, mientras la organización tiene documentadas infinidad de agresiones, nadie ha sido condenado por un crimen con el agravante de motivación racista desde 2008.  La indefensión se debe a múltiples razones: el propio riesgo de ser detenido o deportado por estar indocumentado, las tasas judiciales inasumibles para los inmigrantes, o la escasa colaboración y la dejación de responsabilidad por parte de la policía griega, entre cuyos agentes Aurora Dorada, el partido de ultra-derecha griego, despierta amplia simpatía. Las sospechas de un vínculo cada vez mayor entre la policía y la extrema derecha se están extendiendo y, según el diario griego To Vima, la mitad de los policías de Atenas votaron a Aurora Dorada en las últimas elecciones.

Inmigrantes en huelga de hambre [Photo: Space Shoe Flickr account]
Inmigrantes en huelga de hambre [Photo: Space Shoe Flickr account]

Si bien la extensión del apoyo a la extrema derecha es sumamente preocupante, no lo es menos el irresponsable discurso del partido en el poder, Nueva Democracia, que sintoniza con algunos aspectos de la retórica xenófoba de los ultras. Así, el Ministro de Orden Público, Nikos Dendias, puso en marcha en agosto de 2012 una operación de redadas sistemáticas con el cruel e irónico nombre de Xenios Zeus: Zeus hospitalario, patrón de los invitados y los extranjeros.  La operación concluyó con detenciones y deportaciones masivas con el objetivo de “re-ocupar las ciudades” para poner fin a “una invasión histórica” que supone “una bomba en los fundamentos de la sociedad y del Estado”, en palabras del ministro griego.

Los centros de detención a los que los inmigrantes son conducidos se encuentran en una situación deplorable de hacinamiento e insalubridad. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado a Grecia en varias ocasiones por las condiciones de estos centros; y Amnistía Internacional ha denunciado el internamiento de menores no acompañados en centros de detención para adultos, incumpliendo la normativa europea.


Grecia, principal puerta de entrada a Europa

Esta vergonzosa y dramática reacción a la crisis económica es, en parte, responsabilidad de la ausencia de políticas de gestión de la inmigración de los gobiernos griegos.  Pero, ¿qué ha convertido a Grecia en el destino de más del 80% de las entradas “irregulares” a Europa en los últimos años?

En primer lugar, razones geográficas. Grecia es la principal puerta de entrada a Europa desde Asia, y su frontera con Turquía de unos 170 kms. siempre ha sido la principal vía de acceso a Europa para los asiáticos. Una gran parte de esta frontera la marca el río Evros, pero en una franja de algo más de 10 kms. la frontera se sitúa en una llanura que hasta 2012 se podía atravesar caminando.  Además, Grecia es un país aislado en el espacio Schengen, sin frontera con otros estados miembros del espacio de libre circulación de personas, lo que limita las posibilidades de acceder a otros países Schengen a las vías marítima y aérea.

Además, la cooperación de Marruecos y Túnez con sus vecinos italianos y españoles y las operaciones de Frontex en el Mediterráneo occidental redujeron las posibilidades de acceder a Europa por España e Italia durante los últimos años. Este hecho propició el desplazamiento de las rutas migratorias africanas hacia Grecia, que no cuenta con el mismo grado de colaboración fronteriza por parte de Turquía.

A estas circunstancias se suma la regulación del convenio de Dublín II que hace responsable del examen de las solicitudes de asilo al Estado miembro en el que un solicitante de asilo hubiera entrado de forma irregular, y que permite la devolución a Grecia, desde otros estados europeos, de numerosos solicitantes de asilo.


La desastrosa situación de la economía griega, el clima de fanatismo xenófobo, la vigilancia policial y militar de las fronteras, y los refuerzos de la Agencia Europea Frontex, no han sido suficiente obstáculo para que miles de personas hayan seguido intentando entrar a Europa por Grecia. Un gran número de ellos, refugiados de países en guerra como Afganistán o Siria.

La población extranjera con permiso de residencia en Grecia asciende a unas 800.000 personas. A este número se suman entre 350.000 y 500.000 extranjeros en situación “irregular”. La suma de ambas cifras representaría alrededor de un  11% de la población total de Grecia. Como referencia, España tiene una población extranjera de algo más del 11%, según el INE.

La demagogia del gobierno griego y las contradicciones europeas

Superado por los problemas internos, el estado griego ha dado el último paso en la escalada de rechazo y securitización anti-inmigración: la construcción de un doble muro metálico de 10,7 kms. de largo y 4 metros de altura,  con un coste de más de 3 millones de euros. Ironía de la Historia, la población junto a la que se sitúa el muro, Orestiada, fue fundada en 1923 tras la guerra greco-turca para albergar a los refugiados griegos expulsados de Turquía.

Muro de la vergüenza similar al construido en Grecia
Muro de la vergüenza similar al construido en Grecia [Photo: taimambi Flickr account]

Las consecuencias de este nuevo muro de la vergüenza ya se empiezan a sentir. Los intentos de entrada a Grecia a través de las islas del Mar Egeo han comenzado a multiplicarse. Es un fenómeno conocido: se cierran las vías tradicionales y se abren rutas más peligrosas que generan más víctimas: naufragios, ahogados, etc. La inmigración es inevitable y los estados son conscientes de ello, pero la construcción de este tipo de barreras busca más el impacto en la opinión pública doméstica que en los potenciales inmigrantes.

En lugar de este tipo de decisiones demagógicas, el gobierno griego debería detener la escalada de fanatismo con urgencia, combatiendo la violencia racista sin complejos ni cálculos electoralistas. En primer lugar, mediante un cambio de discurso radical, y en segundo lugar, persiguiendo y castigando las agresiones racistas y la pasividad de una parte de la policía.


Mientras tanto, desde la UE se realizan declaraciones retóricas de defensa de los Derechos Humanos, pero apenas se ponen en marcha mecanismos verdaderamente efectivos de solidaridad.  La Comisión Europea instó al gobierno griego a que presentara un Plan de Acción Nacional para la Gestión de la Migración, pero su implementación aún no se ha hecho efectiva. En el plano práctico, uno de los únicos avances destacables es que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Tribunal Europeo de Justicia dictaron sentencias ordenando detener la devolución de solicitantes de asilo a Grecia.

Pero además, tal vez cabría exigir a la UE que lograra el compromiso de los estados miembros de compartir equitativamente la responsabilidad del derecho de asilo. Y sobre todo, si se pretende atacar a la raíz del problema, deberían replantearse urgentemente las soluciones al problema de la deuda pública griega para dejar de castigar a la población tanto nacional como extranjera, y así rebajar el clima de hostilidad social.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro

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Alejandro Mario


3 comments

  • Lucas

    18/02/2016 at

    aya midanid dar donya be har kasi khobi koni badi minbii hata baradaret? aya midanid tamame pesar haye donya daghighan eyne haman?man tajrobe kardam 0 0

    Reply

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