28/03/2024 MÉXICO

¿Por qué en China está prohibido viajar en el tiempo?
¿Prohibido viajar en el tiempo en China? Foto: Johndevore.com

¿Prohibido viajar en el tiempo en China? Foto: Johndevore.com
Para celebrar el 90 aniversario de su creación el Partido Comunista Chino prohibió los argumentos relacionados con viajes en el tiempo y realidades alternativas en series de TV y películas. Este nuevo tipo de censura usa la defensa de la Ciencia y de la Historia china como coartada y protege así al PCCH en un momento delicado debido a los escándalos y la corrupción.

“El futuro no está escrito, se puede cambiar. Labraos uno que sea bueno.” Así se dirige Doc Brown a Marty y Jennifer al final  de Regreso al futuro,  la versión SciFi de “Qué bello es vivir” considerada por muchos una crítica al capitalismo desregulado. Y quizás de esa carga profundamente crítica ha querido el gobierno chino “proteger” a sus ciudadanos al prohibir las tramas sobre viajes en el tiempo y realidades alternativas en cine y series de TV.

Con esta sorprendente ley el Partido Comunista Chino celebra su 90 cumpleaños, tocado – como reconoce su nuevo secretario general Xi Jinping- por “la corrupción y los sobornos”, con Bo Xilai expulsado del partido y los ciudadanos indignados con el descubrimiento de la fortuna de la familia del primer ministro Wen Jiabao, mientras el salario medio en China está por debajo del promedio mundial según la OIT (656 dólares frente a 1. 480) y AI advierte en su informe que 2011 ha sido uno de los peores años en la violación de derechos humanos en China desde las protestas en Tiananmen (1989) destacando la falta de libertad de expresión, la persecución de activistas y la expropiación de tierras.

Parece que el PCCH, ante el temor a ver su poder cuestionado, ha decidido hacer una nueva exhibición de poder. Según la versión oficial, dada por la Administración

Asamblea del PCCh. Fuente: Spanish.safe-democracy.org

Estatal de Radio, Cine y Televisión, “productores y guionistas están tratando la historia con frivolidad, algo que no va a ser fomentado nunca más.” A esto añade la “falta de rigor científico” existente en la mayoría de contenidos relacionados con los viajes en el tiempo. Incluso para algunos críticos de cine como Raymond Zhou Liming es lógico prohibir estas tramas ya que “todo aquello no sea posible en el mundo real pertenece a la superstición”. Sin embargo, este argumento no es del todo cierto, ya que el astrofísico Stephen Hawkings afirma, basándose en la Teoría de la Relatividad de Einstein, que viajar en el tiempo es posible pero solo hacia el futuro. De hecho, sostiene que, si el planeta se volviera inhabitable por la acción humana,  se podría enviar una nave cuyos tripulantes podrían regresar muchos años después para repoblar la Tierra. Este es el argumento en el que se basa “El planeta de los simios” de Pierre Boulle, por ejemplo.

El temor a que se rompa el pensamiento único

Pero la clave radica en que estas historias permiten al individuo reordenar la realidad y fantasear con otros modelos sociales posibles, algo que choca frontalmente con el control ejercido por el todopoderoso PCCH. Si no, no se entiende la prohibición de un género que no se encuentra entre los favoritos del público chino, salvo por la exitosa serie Myth, en la que un adolecente viaja a la China de hace 2000 años para descubrir que es el hermano de sangre del primer emperador de la dinastía Han. De hecho en el cine el último éxito comercial de esta naturaleza fue en 1989, Iceman Cometh una película inspirada en Highlander (Los inmortales). Curiosamente, coincidió con una protesta estudiantil duramente reprimida en Pekín ese mismo año.


Quizás el gobierno chino tema que sus ciudadanos descubran en estas obras de ficción un mensaje subversivo o al menos se cuestionen su día a día. Y no anda desencaminado. La literatura de viajes en el tiempo, encuadrada dentro de la Ciencia Ficción, es fruto de una sociedad de finales del XIX y principios del XX que experimenta cambios radicales: triunfan las revoluciones burguesas y el liberalismo económico, en contraposición aparecen los movimientos obreros junto al socialismo, el comunismo y el anarquismo, Darwin formula su Teoría de la Evolución de las Especies y Freud la Teoría del Psicoanálisis, se inventan el teléfono, el cinematógrafo, la Coca-Cola,  la locomotora, la anestesia o el método de pasteurización, se descubre la electricidad, se multiplican las guerras de independencia, los nacionalismos y el sentimiento antiimperialista. Con este caldo de cultivo empiezan a escribirse novelas que reivindican mayor libertad para los ciudadanos, critican las duras condiciones de vida de los trabajadores y coronan la ciencia como la gran salvadora de la humanidad.

El siglo XIX, sus cambios y los viajes en el tiempo

La primera novela de viajes en el tiempo –aunque no entra dentro de la Ciencia Ficción- es “Un yanky en la Corte del Rey Arturo” de Mark Twain. En ella Clarence se golpea en la cabeza y cuando despierta lo hace en Camelot, en pleno siglo VI, donde consigue sobrevivir gracias a sus conocimientos científicos que le hacen parecer un mago tan poderoso como el propio Merlín. En la línea del resto de la obra de Twain, está salpicada de antiimperialismo, crítica a la religión y la monarquía, defensa de la emancipación de la mujer y de los derechos de los trabajadores.

Pero serán Julio Verne y H.G.Wells los padres de la Ciencia Ficción y precursores del género. Este último es el autor de la primera y más famosa novela de viajes en el tiempo “La máquina del tiempo” (1895), además de otras obras tan conocidas como “La guerra de los mundos”, “La isla del Doctor Moreau” y “El hombre invisible”. Wells,  miembro de la Sociedad Fabiana, germen del actual Partido Laborista británico, plasmó en la gran mayoría de sus libros sus preocupaciones  sociales y políticas –de hecho “La máquina del tiempo” describe la lucha de clases encarnada por los Eloi, hermosos descendientes de los capitalistas, y los Morlocks, proletarios enterrados junto con las máquinas-. Pacifista convencido, antiimperialista, defensor de la ciencia y de la tecnología, crítico con la rigidez victoriana y precursor de los movimientos de liberación femeninos, toda su obra está influenciada por sus profundas convicciones.


Una de las reflexiones más interesantes sobre esta prohibición llevada a cabo en China la pone el filósofo Slavoj Zizek para quien es “un buen síntoma porque representa una reacción del poder a que la gente en China aún es capaz de imaginar algo diferente. El problema es que en los denominados países desarrollados no la necesitamos, porque aunque somos capaces de fantasear con que un meteorito provoca el fin del mundo, no lo somos con la posibilidad de un ligero cambio en este sistema. Da terror.

Otras novelas de viajes a través del tiempo:

Las puertas de Anubis, Tim Powers (1983)

Timeline, Michael Crichton: creador del techo-thriller

La mujer del viajero en el tiempo, Audrey Niffenegger (2003)


El fin de la eternidad, Isaac Asimov (1955): policía del tiempo

El planeta de los simios, Pierre Boulle (1963)

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro

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Esther Ortiz

Madrileña, periodista de Acción Social, RSC y Gestión Cultural. Especialista en diseño de proyectos culturales, sociales y comunicacionales, así como de relaciones entre empresa y ONL como socios de acción y conocimiento. Me encantan los perros y Berlín es mi ciudad favorita. Le sigo la pista al Inspector Wallander; me emociona la voz de Robert Smith y aún sigo esperando que Ilsa no se suba a ese avión y se quede con Rick. Y cada día libro pequeñas batallas, logro pequeñas conquistas que hacen que me sienta un poquito Wonder Woman.


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