Crisis de liderazgo en Argentina: ¿fin del Kirchnerismo?

El pasado 8 de noviembre supuso un antes y un después en la vida política de la actual Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Se produjeron multitudinarias marchas en diversos puntos del país a través de innumerables caceroladas, así como en varias ciudades del mundo donde miles de argentinos mostraron su oposición bajo el lema ¡Salvemos la República!

La  clase política nacional del país suramericano atraviesa una de las mayores crisis de los últimos años. La debilidad y falta de liderazgo han provocado una drástica caída de popularidad de la Presidenta en los últimos meses, debido a múltiples factores que han terminado por desgastar un ciclo político kirchneriano, que parece haber llegado a su fin tras más de una década en el poder. Además, acontecimientos ocurridos en estos últimos meses -como la retención de la fragata Libertad en Ghana- no han hecho más que dañar aún más la imagen de una nación que se encuentra sumida en un total descontrol.

 La reelección enciende los ánimos

Ante la actual ola de crispación y tensión constante que vive el país, la propuesta de Cristina Fernández de Kirchner de establecer una nueva normativa para poder ser reelegida tras agotar la actual legislatura en 2015 ha significado la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de muchos ciudadanos. Cabe recordar que la actual legislación solo permite poder ser reelegido/a en una sola ocasión.

Fernández de Kirchner tomó el relevo de su marido Néstor Kirchner gobernando una legislatura completa desde el 2007 hasta el 2011. Fue en ese entonces cuando la actual Presidenta se presentó de nuevo en los comicios y fue revalidada con el 54% de los votos de confianza que le habían otorgado los ciudadanos.

En el inicio del nuevo mandato, Fernández de Kirchner contaba con el 60% de popularidad mostrando un liderazgo y una firmeza que en tan solo un año se ha visto mermada teniendo en cuenta que en la actualidad su índice de popularidad apenas roza el 34%, reduciéndose así prácticamente a la mitad. Esa pérdida viene reflejada sobre todo en la clase media, que hasta ahora representó uno de sus pilares más firmes de confianza.

Cabe recordar que para cambiar la legislación se debe reformar la Constitución y que a su vez, debe ser votada por 2/3 de los legisladores presentes. En 2013 se realizarán elecciones legislativas, una alianza de la centro-derecha en las cámaras argentinas parece poco probable, la cual sería necesaria para poder desactivar el poder de Kirchner en las cámaras argentinas. Sin embargo, la pérdida de confianza no solo recae en la figura de la Presidenta y de su Gobierno, ya que la oposición tampoco es bien valorada. Sin duda, estamos ante una situación de distanciamiento entre una clase política desgastada y unos ciudadanos hartos de no encontrar soluciones.

Desaceleración económica

La incertidumbre hacia una economía que ha perdido su dinámica de alza anual que se mantenía desde 2003 a causa de la actual crisis mundial que afecta a los países intervencionistas como el caso argentino y la consecuente depresión en la actividad del país, ha resultado un duro golpe para el Gobierno. Y no es para menos si observamos esos datos positivos que ha cosechado a lo largo de estos últimos años aún teniendo en cuenta que la crisis ya tenía un efecto contundente en algunas regiones como en Europa.

En la última década el crecimiento se estabilizaba año tras año cerca del 8% mientras que en el 2010 llegó a alcanzar un crecimiento del 9,2% y en 2011 del 8,9%. Estos datos tan positivos se debían al fuerte consumo doméstico gracias a un elevado gasto público que incentivaba una muy buena dinámica de consumo interno, además, la demanda de bienes por parte de algunos países potenciales como Brasil, daban unas previsiones optimistas en la economía argentina. Sin embargo, una vez transcurrido un año desde la reelección de Cristina Fernández de Kirchner, las previsiones para 2012 no son tan alentadoras y suponen un auténtico quebradero de cabeza, ya que, aún teniendo en cuenta que la previsión inicial era de un 5,5% de crecimiento, finalmente el dato se ve aún más rebajado situándose al 3,4% llegando a cuotas que no se visualizaban desde hace dos décadas. Además, la previsión para el 2013 corresponde a un crecimiento del 4,4%, prácticamente a la mitad del crecimiento económico que hasta ahora estaba experimentando el país y parece ser que los ciudadanos, aún siendo concientes de la situación económica mundial y de la inestabilidad de los mercados, consideran que la mala gestión ha ocasionado tal retroceso situándose una elevada inflación del 12%, rebajando así el poder adquisitivo de muchos ciudadanos, sobre todo, pertenecientes a la clase media quien lidera la oposición actual a Fernández de Kirchner.

Pero sin duda alguna, una de las decisiones económicas más trascendentales que ha llevado a cabo estos últimos meses la Presidenta y que ha sido el reclamo de muchos ciudadanos en esta “cacerolada” ha sido el establecimiento de una veda a la compra de dólares por parte de los ciudadanos.

Tradicionalmente es la moneda de reserva de Argentina con un alto valor simbólico que ha representado el colchón perfecto para la estabilidad económica de muchas familias argentinas. La compra de dólares se realizaba sobre todo para el ahorro y para las operaciones inmobiliarias y se ha restringido con el objetivo principal de atesorar divisas para el pago de la deuda y de importaciones.

Los indicadores de inseguridad por las nubes

En los últimos meses la sensación de un aumento de la inseguridad se ha visto reflejado por el aumento de las tasas de delincuencia sobre todo en índices de referencia como los asaltos a viviendas o los asaltos a mano armada hacia los ciudadanos y muchos no dudan en señalar al Gobierno de Fernández de Kirchner por el aumento significativo de la pobreza. A lo largo del año muchos medios de comunicación han enfatizado en señalar una problemática que parecía estar bajo control y no dudan en mostrar datos preocupantes, como por ejemplo, el que publicó el Periódico Clarín con respecto a los 18 asesinatos ocurridos en 36 días (un crimen cada dos días) en la provincia de Buenos Aires o el robo de armamento y de munición que sufrieron las Fuerzas Armadas Argentinas recientemente. Además, los estudios de opinión no reflejan un mejor escenario, pues, casi el 80% de los encuestados consideran que la inseguridad es alta, teniendo en cuenta que en 2007 apenas llegaba al 45%; que el 25% lleva a sus hijos al colegio por aumento de secuestros; que un 21% no use teléfonos móviles en público o que hasta un 5% no dude en llevar gas pimienta en sus pertenencias.

Argentina va a afrontar una transición política en un escenario difícil pero a la vez alentadora para muchos, gracias a una dinámica positiva de Latinoamérica que ya han encabezado varios países y que deberá ser aprovechada para llegar a ser el referente que en otros tiempo llegó a ser junto a Brasil y México.

Ésta es una explicación-opinión sin ánimo de lucro