28/03/2024 MÉXICO

El gobierno israelí prepara la guerra contra Irán

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El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, está determinado a promover su agenda de parar el desarrollo de un programa nuclear por parte de Irán. Mientras la comunidad internacional está a favor de utilizar maneras pacíficas para poner fin a las capacidades nucleares del país, el gobierno israelí no para de hacer público su deseo de utilizar la fuerza contra su vecino.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, está determinado a promover su agenda de parar el desarrollo de un programa nuclear por parte de Irán. Mientras la comunidad internacional está a favor de utilizar maneras pacíficas para poner fin a las capacidades nucleares del país, el gobierno israelí no para de hacer público su deseo de utilizar la fuerza contra su vecino. Queda por ver su él puede obtener el apoyo necesario para su misión. Mientras las intenciones de Irán por desarrollar sus capacidades  nucleares no están confirmadas todavía, el país tiene razones suficientes por querer desarrollo sus propias defensas.

El gobierno israelí prepara la guerra contra Irán

Las declaraciones

Nadie debería sorprenderse a estas alturas por las cíclicas amenazas del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu hacia la posible existencia a principios del año que viene de un Irán con capacidad nuclear. Netanyahu no es el único que amenaza rutinariamente a Irán y a su supuesta carrera armamentística a favor de la bomba atómica; está acompañado por pesos pesados del gobierno americano como Obama, Clinton y Panetta y también por algunos líderes europeos que durante el último año se han  convertido en aliados de Tel-Aviv a la hora de apuntar a Irán. Aun así, el primer ministro israelí es el más beligerante de todos los líderes internacionales a la hora de afrontar al régimen de Teherán. Netanyahu es el único que aboga sin tapujos por realizar un ataque preventivo en el caso de que Irán cruce la parodiada línea roja que él mismo se encargó de dibujar durante su última intervención en las Naciones Unidas a finales de Septiembre pasado.

Irán por su parte sigue desmintiendo todas las acusaciones y mantiene que su programa nuclear tiene finalidades puramente pacíficas. A diferencia de Israel, que se estima que dispone de unas 170 cabezas nucleares, Teherán firma el tratado de no proliferación de armas nucleares y es miembro del organismo que lo impulsa, la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Además el ministro de exteriores del país persa afirmó en su momento que no tenía problemas en recibir inspecciones de la OIEA en sus instalaciones nucleares si éstas fuesen suficientemente justificadas.

La realidad

Mientras Netanyahu advierte sobre la capacidad israelí de lanzar un ataque militar contra Irán y presiona sistemáticamente a la comunidad internacional para que obligue a Teherán a abandonar su programa, los otros países se han limitado a aplicar sanciones económicas al régimen iraní. De momento, la administración Obama, la administración más próxima a apoyar un ataque militar en la misma dirección, rechaza la idea de dibujar líneas rojas distanciándose así de la política propuesta por Netanyahu. Después de participar en dos guerras en esa región durante la última década, el pentágono empieza a dirigir su atención y sus fuerzas armadas hacia la región Asia-Pacífico.

Si el apoyo internacional que reciba Netanyahu a un ataque militar contra Irán no es nada claro, tampoco es el apoyo de los propios israelíes. La mayoría de los israelíes se oponen a un ataque unilateral de sus fuerzas armadas. Irán es un país más poblado, con un ejército tecnológicamente menos desarrollado pero con un mayor número de tropas y que dispone de una extensión geográfica cerca de 90 veces más grande. Irán está dispuesto a contraatacar ampliamente en caso de ser agredido. Además, campañas propuestas desde la misma sociedad civil israelí como We Love Iran, parecen indicar que el afán bélico del primer ministro no acaba de satisfacer del todo las preferencias de sus ciudadanos.

No obstante, es necesario considerar a Irán cómo un actor racional. Un actor racional en la situación de Irán intentaría desarrollar armamentos nucleares a todo costo y se dedicaría a negar tal objetivo siempre que le preguntasen. Gracias a las guerras en Irak y Afganistán, Irán se encuentra literalmente rodeado por bases militares americanas. Además, América también dispone de bases miliares dentro de los territorios de sus aliados estratégicos en la región como Arabia Saudí, Egipto o Turkmenistán., y la ubicación geográfica de Irán significa que el país está rodeado por potencias nucleares como Rusia, Pakistán, el mismo Israel, y también Turquía, miembro de la OTAN y consecuentemente aliado militar de países con capacidades nucleares como Francia, Reino Unido y los Estados Unidos. Más hacia el este se encuentran China y la India, que también disponen de un arsenal atómico.


Desde su eclosión en 1979, la mayoría de los países se muestran hostiles hacia el régimen de los Ayatolás, lo que pone en peligro de forma permanente su supervivencia a largo plazo. Por estos motivos es racional pensar que el gobierno Iraní busca el arma atómica. Con tanta hostilidad y potencial militar alrededor, el gobierno iraní nunca va a admitir que persigue un programa nuclear más allá de las finalidades pacíficas puesto que admitiéndolo se desencadenaría automáticamente una ola de ataques a las que no podrían hacer frente. Por su parte, Corea del Norte, otro enemigo legendario del gobierno americano, vive sin sufrir demasiadas presiones militares desde que consiguió desarrollar y probar exitosamente su primera bomba nuclear en el 2006.

El futuro cercano

Por su enemistad histórica, Israel se siente lógicamente amenazado por el programa nuclear iraní. En cualquier caso, sus ansias por un ataque preventivo chocan con las preferencias internacionales enfocadas en el uso de sanciones y negociaciones. Un ataque de Israel podría alienar a Washington, y como consecuencia el mundo occidental entero, además de provocar choques contra los aliados de Irán dentro de su propio territorio en la franja de Gaza y en el país vecino del Líbano. Siria, aliado iraní, también podría mostrarse hostil contra Israel en el caso de un ataque de éste a Irán, pero por el momento parece estar bastante  enzarzado en su propia guerra civil.

De momento parece que todos los actores internacionales tienen las manos atadas. Estados Unidos no quiere entrar en otra guerra que agrave su déficit, al menos hasta las elecciones en noviembre, y parece estar más preocupado por sus necesidades estratégicas en la región Asia-Pacifico de cara al ascenso de China. Israel no puede atacar unilateralmente a un país al que por su extensión nunca podría acabar de derrotar, creando tensión regional y distanciándose de Estados Unidos y de sus aliados durante el proceso. Por otra parte, Irán no va a atacar a nadie, menos a un actor nuclear como Israel, puesto que pondría en peligro su existencia y con ella su programa nuclear, si tiene finalidades pacíficas o no.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro


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