28/03/2024 MÉXICO

Artivismo: ¿puede el arte cambiar el mundo?

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De mezclar -y agitar- las palabras “arte” y activismo” surge el híbrido “artivismo”. Heredera de los movimientos pacifistas y antiglobalización de finales del siglo XX, esta propuesta busca impulsar la agenda política hacia una mayor conciencia social, medioambiental e incluso tecnológica desde el arte y la cultura. La crisis global y sus efectos, así como la pérdida de fe en los políticos y en el actual sistema socioeconómico, le han dado alas

La crisis lo ha puesto de moda, pero el Artivismo es un legado más de los 80. Esta mezcla de reivindicación, activismo y arte usa cualquier medio a su alcance mientras reivindica el uso del espacio público como lugar de expresión porque considera la cultura una herramienta democratizadora y transformadora  de la sociedad. Por ejemplo, el culture jamming (1984) desbarata el  mensaje de las instituciones predominantes como reacción contra la conformidad social. A menudo se le considera parte del subvertising -otro híbrido formado por “subvert” y “advertising”- decidido a darle la vuelta a la publicidad parodiándola. De hecho, un buen “subvert” reproduce a la perfección el aspecto del objeto subvertido… hasta que la audiencia se da cuenta de que todo es una broma. Quizás el mejor ejemplo lo encontremos en  The Yes Men, donde un grupo de 300 impostores se dedican en cuerpo y alma a parodiar a las grandes compañías y a las instituciones supranacionales como crítica a sus medios y fines. El hacktivismo también forma parte de esta gran familia, aunque el uso de las redes sociales e Internet para la protesta y la sensibilización es más complejo.

Talento y lucha contra la injusticia

Art Basel

Para el artista y miembro de la Harlem Reinassnace M. K. Asante “el artivista (artista+activista) usa su talento para luchar contra la injusticia y la opresión por cualquier medio necesario. Mezcla compromiso con libertad y justicia con un lápiz, un pincel, la voz, el cuerpo, la lente y la imaginación. El artivista sabe que observar es tener una obligación.”. Así lo describe dentro de su libro “It´s bigger tan Hip-Hop”, una obra que cuestiona el status quo en la sociedad estadounidense y explora los problemas sociales a los que se enfrentan las generaciones que crecieron con el Hip-Hop y las posteriores.

Y si algo está poniendo de manifiesto situaciones injustas y desconcertantes es la crisis que golpea a la Unión Europea desde hace cuatro años. Mientras en Rusia el Colectivo Voina denuncia la falta de democracia con sus “acciones de resistencia civil”, en España, la crisis bancaria, el agujero negro de 23.000 millones creado por Bankia, los deshaucios o la estafa de las preferentes son la fuente de inspiración para diversos artistas que buscar generar conciencia y una reacción dentro de la sociedad española.

Flamenco, bulerías y rumba catalana

Haciendo gala de mucho sentido del humor, el colectivo FLO 6×8 –que se define como “activista-artístico-situacionista-performático-folklórico-no violento”- se sirve del  flamenco como forma de expresión contra el sistema financiero, convirtiendo las sedes de bancos y cajas de ahorro en su escenario. En “Bankia, pulmones y branquias” protesta por bulerías mientras que en “Esto no es crisis, se llama capitalismo” lo hace por rumba catalana. También son los autores del documental “Cuerpo Contra Capital: un musical flamenco contra el sistema financiero”.

La APS, Agustín Parejo School, es un grupo de “acción artística” que, entre otras cosas, usa sus acciones para reivindicar la vivienda digna en un país asolado por la especulación urbanística y las consecuencias de la burbuja inmobiliaria. Tampoco la esencia misma de la democracia, las elecciones, ha escapado a sus parodias como en “Caucus”. Para APS, el discurso artístico actual está muy lejos de las cuestiones que afectan a los ciudadanos y muestra una “incapacidad” para afrontar los retos de las políticas ciudadanas.

Desde Barcelona llega Espai en Blanc. Nacido tras el desalojo de un centro social ocupado en la calle Gracia, es “la apuesta colectiva de un grupo de personas que se proponen hacer de nuevo apasionante el pensamiento. Es decir, abrir un agujero en la realidad que no se defina por lo que ya sabe sino por lo que no sabe. Este agujero se abre en una brecha entre el activismo y la academia, el discurso y la acción, las ideas y la experimentación. Por eso es una apuesta a la vez filosófica y política”. Su apuesta es la recuperación de la Filosofía en una sociedad donde los economistas son los “gurús para todo” y no hay ni rastro de los pensadores.

Los artivistas no son muy conocidos –tampoco es ese su objetivo- salvo en el caso del misterioso Banksy que ha diseminado su humor negro y sátira política por paredes, puentes y calles de todo el mundo, claramente influenciado por grafiteros franceses de los 80 como Blek le Rat y Jef Aerosol.


Esta es una explicación sin ánimo de lucro

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Esther Ortiz

Madrileña, periodista de Acción Social, RSC y Gestión Cultural. Especialista en diseño de proyectos culturales, sociales y comunicacionales, así como de relaciones entre empresa y ONL como socios de acción y conocimiento. Me encantan los perros y Berlín es mi ciudad favorita. Le sigo la pista al Inspector Wallander; me emociona la voz de Robert Smith y aún sigo esperando que Ilsa no se suba a ese avión y se quede con Rick. Y cada día libro pequeñas batallas, logro pequeñas conquistas que hacen que me sienta un poquito Wonder Woman.


One comment

  • Mariana Camacho.

    19/03/2013 at

    bastante bueno el artículo!

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