29/03/2024 MÉXICO

Viñetas de realidad: Joe Sacco versus Guy Delisle

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La novela gráfica es uno de los géneros que más y mejor está explicando situaciones pasadas, presentes –incluso futuras posibles desde las distopías del "steam punk"- históricas, políticas y sociales. Joe Sacco –autor de Palestina: en la franja de Gaza y Gorazde y Guy Deslile –autor de Pyongyang y Crónicas de Jerusalén- son dos de sus mejores representantes.

Que el cómic es más que un entretenimiento para niños, ya no es solo la reivindicación de los seguidores que acompañan al género desde que en 1985 apareciera en un periódico propiedad de Joseph Pulitzer la primera tira cómica, The Yellow Kid. Hablamos de un vehículo cultural e informativo que está sirviendo de soporte para un periodismo diferente. Este es el caso de Joe Sacco y Guy Deslile;  el sarcasmo británico frente a la band desiné. Escoger entre los dos es como plantearse si los Beatles son mejores que los Rolling Stones, o si Robert de Niro supera a Al Pacino. Ambos han dado joyas inolvidables al género describiendo, desde la dureza en el caso de Sacco, y desde la cotidianidad en el de Delisle, diversas realidades internacionales.

Empecemos por Deslile. Este canadiense asentado en Francia estuvo una década viajando por Asia. Su trabajo como supervisor de un equipo de animación le llevó a Shenzhen  (China) la ciudad que ha pasado de los 30.000 habitantes que tenía en 1980 a los 10 millones de la actualidad, gracias al modelo de capitalismo chino. Delisle tan solo pasó un mes allí pero le sirvió para describir no solo detalles arquitectónicos, de ropa o vida de la calle, sino el trasfondo de una maquinaria colosal por la que el autor se sintió literalmente “engullido”. Gracias a sus viñetas, el lector puede adentrase en lugares que pocos extranjeros tienen la oportunidad de conocer, o incluso no desearían hacerlo.

Capitalismo chino, dictadura norcoreana y la Nobel de la Paz “más guapa”

El mismo trabajo le llevó a la capital de Corea del Norte, de cuyo viaje nacerá “Pyonyang” (2007). Desde la experiencia del viajero curtido y el rigor periodístico, Delisle retrata con humor un absurdo tras otro provocado por una de las dictaduras más feroces del planeta, donde la distopía de “1984” se hace más real que nunca. De hecho, introdujo un ejemplar de la novela de Orwell en el país para que su intérprete la leyera.

“Crónicas birmanas” (2008) es la última obra que compone esta trilogía asiática. En ella Delisle recoge su día a día en la actual Myanmar, esta vez como padre y amo de casa, ya que es el trabajo de su compañera sentimental, cooperante de Médicos Sin Fronteras, el que lo lleva al país asiático. De nuevo haciendo uso de la ironía, combina la comodidad de la vida de los expatriados con las dificultades que atraviesan a diario unos ciudadanos sometidos al yugo de una dictadura militar –MSF alquila un caserón estupendo, antaño usado para obtener confesiones bajo tortura-. Una de las viñetas más emotivas  recoge el momento en que Deslile, empujando el carrito de su hijo, se acerca a la casa de Aung San Suu Kyi, la opositora birmana que pasó casi 15 años bajo arresto domiciliario y de la que sus conciudadanos solo saben que es “la Nobel de la Paz más guapa de la historia” .

“Crónicas de Jerusalén” (2011), es fruto de su estancia en la capital israelí siguiendo a Médicos Sin Fronteras. Una vez más desde su faceta de padre y “amo de casa”, Deslile nos acerca con humor a un conflicto añejo y enquistado: las restricciones a la libertad de desplazamiento, los cacheos e interrogatorios sistemáticos o los enfrentamientos entre cristianos que gestionan el Santo Sepulcro.

Del conflicto palestino a la guerra de los Balcanes

Lo de Joe Sacco es el ejemplo de que quien persevera, triunfa. Aburrido de su vida como periodista, su sueño siempre fue poder ganarse la vida dibujando cómics. Uno tras otro sus trabajos eran rechazados hasta que en 1993 se publica, de forma serializada durante dos años, Palestina, en la Franja de Gaza.

En ella plasma sus propias experiencias como corresponsal en los territorios palestinos usando los métodos de la investigación periodística y añadiéndole todo el potencial de la imagen gráfica. Una ironía descarnada, la obsesión por presentar todos los puntos de vista y la crítica feroz a la “banalización” de los conflictos que hacen los mass media –constate en su obra- convierten a este cómic en uno de los más brillantes acercamientos al conflicto palestino-israelí.


En el año 2000 publica su siguiente libro, Gorazde, zona protegida. De nuevo el protagonismo es para una guerra cruel donde las haya, esta vez en Bosnia central. De una dureza insoportable en la mayoría de sus páginas, este libro nos da las claves para entender cómo personas que convivieron como amables vecinos pueden llegar a matarse con una ferocidad que pone los pelos de punta. Aclamada por público y crítica, Gorazde es una de las pocas novelas gráficas reseñadas por el New York Times.

En El mediador, retrato de uno de los francotiradores que asediaban a los transeúntes desde las ventanas de los edificios en Sarajevo, Sacco carga de nuevo sus tintas, negras, recargadas, incluso grotescas, contra la guerra y las barbaridades que ambos bandos cometen siempre.

Este periodista ha creado una nueva forma de transmitir crónicas, al revelar primicias y contar las grandes historias junto a las pequeñas historias personales. Joe Sacco hace entrevistas y toma fotos en el terreno, muchas veces sin pase de prensa, lo que le obliga a vivir como uno más de los personajes que retrata. Después ordena el material y a dibujar. Como un signo de honestidad, puesto que considera la objetividad una utopía, Joe Sacco se autorretrata en sus viñetas, participa en la acción dejando clara su posición, presentándose ante sus lectores como el “filtro y lupa de la historia”. Y en su obra pueden verse los rostros y las escenas de personas reales con diálogos reales, viviendo guerras reales.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro.

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Esther Ortiz

Madrileña, periodista de Acción Social, RSC y Gestión Cultural. Especialista en diseño de proyectos culturales, sociales y comunicacionales, así como de relaciones entre empresa y ONL como socios de acción y conocimiento. Me encantan los perros y Berlín es mi ciudad favorita. Le sigo la pista al Inspector Wallander; me emociona la voz de Robert Smith y aún sigo esperando que Ilsa no se suba a ese avión y se quede con Rick. Y cada día libro pequeñas batallas, logro pequeñas conquistas que hacen que me sienta un poquito Wonder Woman.


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