19/04/2024 MÉXICO

Violencia obstétrica: “Para cambiar el mundo, antes hay que cambiar la forma de nacer”
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Un análisis sobre la Violencia Obstétrica ¿De qué estamos hablando? ¿Qué reconocimiento tiene? Aproximaciones a los esfuerzos que se están llevando a cabo para una atención al parto más humanizada. United Explanations te lo explica.

El doctor Michel Odent, obstetra francés que desde fines de los años 70s impulsa el denominado parto natural, pone de manifiesto con esta frase su postura  sobre la atención al parto brindada a las mujeres en las últimas décadas, calificada por él como rutinaria, automática e instrumentalizada.

Violencia obstétrica, ¿de qué estamos hablando?

Algunos colectivos y asociaciones, desde hace varias décadas, han expresado su preocupación sobre la amplia difusión de protocolos de atención al parto, excesivamente medicalizados, que ven como una forma de violencia de género y que denominan Violencia Obstétrica.

Foto de MammaLoves vía Flickr

La Violencia Obstétrica, según estos colectivos y legislaciones en países como Venezuela y Argentina, consiste en la apropiación del cuerpo de la mujer y el proceso del parto por los profesionales de la medicina, considerando patológicos todos los partos (en oposición a fisiológicos, naturales), convirtiendo a la mujer en paciente (y no usuaria) de manera automática, y realizándose actos médicos y farmacológicos rutinarios sin permitir que la parturienta participe activamente en las decisiones sobre su propio cuerpo.

En este modelo que consideran Violencia Obstétrica, la mujer deja de poder tomar decisiones informadas por el personal médico y se le aplican protocolos que impiden por ejemplo que se pueda mover, comer, beber, decidir la postura en el momento de dilatación o el mismo expulsivo, se le pincha la bolsa o se le aplica episiotomía sin una necesidad médica real y se le introducen de forma protocolaria, no necesaria, medicamentos que aceleran el parto, provocando problemas en el proceso natural que podría suceder de forma normal si no se interviniera.

¿La atención al parto puede implicar una manera de violencia?

Foto de joeannenah vía Flickr

La pregunta que viene a continuación es: ¿la atención al parto puede implicar este tipo de Violencia? Y más aún, ¿se puede llamar Violencia de Género? Hay opiniones para todos los gustos, defensores/as, detractores/as, grupos neutrales… pero en general, a nadie deja indiferente, sobre todo a las mujeres.

Por un lado, un fuerte sector opina que no se puede denominar Violencia de Género, pues sólo las mujeres están en disposición física de dar a luz, por lo que desde el inicio de la discusión sobre género, ésta no sería válida. De la misma forma, opinan que toda intervención médica es por el bien de la parturienta, siguiendo protocolos institucionales, y en muchos casos son las propias mujeres quienes no “soportan” el propio proceso del parto.

Por el contrario, un grupo cada vez más amplio opina que la insubordinación de la mujer en un sistema patriarcal extendido, en el que se la trata de forma secundaria e incluso infantilizada, sobre todo en situaciones de extrema vulnerabilidad como durante las labores de parto, hace que este maltrato se convierta en violencia de género.

Sobre la medicalización en la atención al parto, denuncian entre otras cosas que en un 90% de los casos en España se utiliza la episiotomía como intervención rutinaria en primerizas (la OMS recomienda no más de un 10%, Suecia tiene una tasa del 6% y Gran Bretaña en un 13%).

Por este motivo, desde Argentina, donde ya cuentan con una Ley que se ocupa del tema de la violencia obstétrica, se creo un Test mediante el cual se puede medir en qué grado, o no, una mujer ha sufrido Violencia Obstétrica.


Estrategia de atención al parto normal: reconocimiento y legislación

Foto de University of Salford vía Flickr

En muchos países desarrollados y en vías de desarrollo se está poniendo sobre la mesa el tema de la Violencia Obstétrica, de una u otra forma.

Venezuela y Argentina, por ejemplo, ya cuentan con legislación concreta sobre el tema (Argentina con la Ley 25.929 y la Ley 26.485, y Venezuela integrándola en la Ley sobre la Violencia contra la mujer y la familia de 1998).

En España se redactó y publicó desde el Ministerio de Sanidad y Consumo la Estrategia de Atención al Parto Normal en el 2007, ratificado por los Consejeros de Sanidad de todas la Comunidades Autonómicas. Pero que a pesar de los esfuerzos, aún no cuenta con suficiente implantación. Esta Estrategia cuenta con otros documentos complementarios 1, 2, 3 y 4, que desde el Ministerio de Sanidad se han publicado con el fin de difundir nuevos protocolos de atención al parto, atendiendo a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud –OMS– (Guía Práctica para un Parto Normal).

Entre estas recomendaciones, por las que se pretende la mínima medicalización posible en los partos, se pueden recoger la ya comentada reducción de episiotomías; la reducción de cesáreas (España tiene una tasa de 45% en centros privados y 25% en públicos: se recomienda un 15%);  el contacto permanente mamá-bebé (no separar al bebé de la madre al nacimiento para labores de observación); no colocar a las embarazadas en posición de litotomía (acostada boca arriba) durante el trabajo de parto ni el parto; animarlas a caminar durante el trabajo de parto; no inducir los partos por conveniencia sin necesidad médica; fomentar el inmediato amamantamiento; respetar los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del nacimiento,…


¿Existe la Violencia Obstétrica?

El debate está servido, seguro queda mucho por decir (temas como el parto domiciliario, incentivar el parto natural en los centros médicos,…).

Pero, para ilustrar mejor este tema, y las razones por las que estos colectivos están luchando por una atención al parto más humanizada, más natural, es recomendable ver los siguientes documentales: el primero sobre El Negocio del Nacimiento en Estados Unidos (tráiler) y un Documental sobre el parto natural y respetado desde Argentina.

Por último, el corto de la directora Iciar Bollaín “Por tu bien”, donde se expone la realidad de la atención al parto en España desde una perspectiva diferente.

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Ésta es una explicación sin ánimo de lucro

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Erica Marcos

Barakaldo, País Vasco. Soy licenciada en Historia, con especialidad en Historia Colonial de América, y Máster en Cooperación Internacional y Desarrollo. Especialista en Género y Desarrollo, he trabajado en diferentes proyectos de cooperación por América Latina. Me apasiona viajar, conocer, vivir,... en igualdad, siempre. Email: kalifu26@gmail.com


4 comments

  • Sonia Herrera Sánchez

    01/07/2012 at

    Hace cosa de un año participé en una investigación de la OMS sobre este mismo tema, en concreto sobre el aumento de la tasa de cesáreas, y creo que es muy necesario reivindicar y recuperar nuestra capacidad de decisión ante el parto para poder rehumanizarlo. 
    Interesantísimo artículo.

    Reply

  • Sartre

    30/03/2013 at

    Definitivamente hay que humanizar al parto. Primero se empezaría con humanizar al personal y la cultura médica para que sus protocolos sean más humanos. La verdad es que tratan a la mujer en estas situaciones como ganado y dicen que es por su propio bien. Pues hay ir cambiando de mentalidad.

    Reply

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