19/04/2024 MÉXICO

China: desequilibrios económicos y retos en seguridad

photo by Trodel on Flickr
En la red hay multitud de análisis sobre el futuro de China, ya que en este vasto país hay desequilibrios que pueden frenar el motor de la segunda economía del mundo. Stratfor, un think tank estadounidense, apunta a retos en seguridad debido a las regiones autónomas y las migraciones internas, así como por la todavía débil fuerza militar ofensiva externa. La respuesta debe ser tanto política como económica.

Recientemente leía una serie de artículos publicados por Stratfor sobre China. Para los que no lo conozcan, Stratfor es un organismo que elabora documentos para el análisis de la situación política y geoestratégica mundial. Actualmente sus trabajos son casi de dominio público y generan una corriente de opinión sólida, principalmente en sectores del ala republicana, pero durante varios años ha sido una fuente de información exclusiva a la que solo accedían agencias de inteligencia gubernamentales y que defendía los intereses del Pentágono.

Y por todo esto, últimamente Stratfor, se interesa mucho por China. Y es que China es una potencia emergente regional e incluso mundial, poca gente lo discute. Pero en China hay desequilibrios internos y retos externos que deben resolver, y la  estrategia que se emplee será de vital importancia en el dibujo del escenarios geoestratégico del futuro.

Querría centrarme en uno de los últimos artículos de Stratfor de 6 de marzo titulado “Evaluando la estrategia china”.  Por supuesto se recomienda tomar la información no como la verdad absoluta sino como una aproximación a la definición del panorama internacional, que no suele ser tarea fácil, y por ello es recomendable buscar otras fuentes de información. Por ejemplo, se puede consultar lo que Brookings, el Foreign Policy Research Institute o el Council on Foreign Relations dicen sobre China.

El reto de la seguridad interna

Dicho esto, hoy en día China se enfrenta a desequilibrios económicos y de seguridad, tanto internos como externos. En primer lugar, el informe de Stratfor apunta a que es necesario mantener la seguridad dentro de sus fronteras. Las desigualdades patentes entre la zona costera y las regiones interiores de este vasto país son constantes fuentes de tensión. Si a esto le sumamos la existencia de regiones autónomas denominadas ‘áreas no-Han’ o ‘zonas tapón’, que no cesan en sus ambiciones de mayor autonomía o incluso independencia, la tensión está servida.

Pensemos en el Tíbet, un conflicto mediático gracias al Premio Nobel de la Paz que en 1989 se otorgó al 14º Dalai Lama, pero también en la Manchuria china, la Mongolia interior y en Xinjiang, éste último declarado foco de terroristas por el gobierno chino y a los que se acusa de estar detrás de los atentados abortados durante los Juegos Olímpicos de Pekín en el año 2008.

Todas estas regiones se mantienen en paz bajo el estricto control de las autoridades centrales y mediante una fuerte presencia de población han que emigró a esas zonas, a pesar de ser denominadas autónomas.

El motor económico no puede pararse

Para que todas las regiones interiores sigan ‘en paz’ y no suceda una revolución, el gobierno chino necesita que siga habiendo un flujo constante tanto de trabajadores hacia los grandes núcleos de producción industrial como de subsidios y subvenciones del estado hacia la población que se mantiene en las regiones más pobres del país. Esto significa dinero, un dinero proveniente principalmente de las exportaciones de productos chinos hacia todos los puntos del planeta. Si el ritmo de crecimiento de las exportaciones se ralentiza, o incluso disminuyen, el coste en términos de seguridad puede ser muy alto, lo que constituye el segundo de los problemas a los que se enfrentan las autoridades chinas en estos momentos. Entro otras muchas medidas, es necesario controlar la inflación para no erosionar la competitividad exterior de los productos chinos.


Una de las soluciones que cualquier teórico económico daría a este problema es escalar en el valor agregado de los productos. Pasar de ser la fábrica del ‘todo a cien’ (o todo a un euro para los más modernos) a fabricar coches, móviles o lo que sea para seguir consiguiendo acaparar una buena parte del mercado. Esto, según los analistas de Stratfor, es complicado por dos causas. La primera es que es necesaria una ‘mano de obra’ más cualificada. No es que no haya chinos capacitados para hacer estas tareas, pero es insuficiente, ya que la mayor parte de la población que deja sus pueblos del interior para establecerse en las fábricas de las grandes ciudades costeras no tiene la formación necesaria. Esto haría que se acrecentaran todavía más las diferencias entre regiones, lo que puede generar nuevas tensiones (primer problema apuntado). En segundo lugar, ya existen en el mundo países especializados en este tipo de productos, como son el vecino Japón, Europa o Estados Unidos, por lo que la competencia internacional sería feroz.

La economía depende de la seguridad exterior

Aunque sin extendernos demasiado en este aspecto, ya que daría para otro artículo, quería apuntar brevemente algo sobre los retos en el plano militar, ya que en el artículo de Stratfor se mencionan. La debilidad externa de China es su costa. Esta debilidad no supone un riesgo de invasión por parte de potencias extranjeras, sino una amenaza de tipo económico. Un bloqueo marítimo que afectara a los puertos comerciales chinos podría tener graves consecuencias para la seguridad interna del país.

Sin una fuerza naval todavía potente [1] y siendo vulnerables a un bloqueo marítimo dada la situación de sus mares (en cierta manera bloqueados por Japón o Corea, y principalmente por Taiwán, que sigue bajo influencia de EEUU), sin una infraestructura de misiles antinavales lo suficientemente protegida de ataques externos, y en general con la falta de tecnología necesaria para tener opciones de victoria en un conflicto de este tipo, China se enfrenta a una situación real de debilidad frente a posibles agresiones externas.

Para solucionar esta situación, China va aumentando año tras año su presupuesto militar, siendo para 2012 de 106,4 millones de dólares, un 11,2% más alto que el presupuesto de 2011 y el doble que en 2006 (ver  Las claves del aumento del presupuesto militar de China, artículo de Lluís Torrent aparecido en United Explanations el 13 de marzo de 2012).

Por ahora, diplomacia y exportación

De momento el gobierno chino no tiene mejor opción que la de seguir la vía diplomática. Llevarse bien con sus vecinos y asegurarse el uso de los puertos de Pakistán y Myanmar para dar salida a las exportaciones y asegurarse las provisiones.  Mientras, la política china seguirá siendo activa para fomentar un desarrollo económico que le apoye a mantener el orden en un país de más de 1.300 millones de habitantes.


Ésta es una explicación sin ánimo de lucro

[1] Los chinos están avanzando en este camino. Actualmente están construyendo su primer portaaviones, que curiosamente se está haciendo a partir de un antiguo portaaviones ruso de más de 20 años que los rusos vendieron pensando que iba a convertirse en un gran casino  flotante.

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Eva Valera

Barcelona, España. Licenciada en Ciencias Ecónomicas y con dos máster: uno en comercio internacional (del ICEX) y otro en economía internacional y desarrollo (UCM). He vivido en París, Toulouse y Cambridge, y ahora en Madrid. Con intención de acabar el doctorado algún día. Me apasiona África, leer noticias, ser fotógrafa urbana y el café.


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