28/03/2024 MÉXICO

La corrupción en China: ¿una enfermedad incurable?

Billetes de 100 yuanes perdidos por los sobornos?
Desde el año 1990 China "ha perdido" más de 120.000 millones de dólares a manos de 18.000 funcionarios que se han fugado al extranjero con los bolsillos llenos por culpa de la corrupción. ¿Es posible en China luchar contra una corrupción oficial que afecta el 3% de su PIB?


Uno de los informes más recientes y notorios dados a conocer sobre la corrupción en China (publicado el pasado mes de junio por parte del banco central chino) dio a conocer algo sorprendente: desde 1990 China perdió cerca de 800.000 millones de yuanes (más de 120.000 millones de dólares). ¿Cómo puede un país “perder” tal cantidad de dinero en 20 años? Fácil. Permitiendo que cerca de 18.000 funcionarios roben, en promedio, alrededor de 50 millones de yuanes (más de 7 millones de dólares). Este es el número de funcionarios del Partido Comunista, funcionarios gubernamentales, miembros de la seguridad pública, de cuadros judiciales, de agentes de las instituciones del Estado, y figuras de la alta dirección de empresas de propiedad estatal que se han fugado de China desde 1990 sin dejar rastro tras de sí. Para hacernos una idea, la cantidad robada equivale alrededor del 3% del PIB total de China o el equivalente al PIB de Qatar en 2010.

Otro informe reciente de Transparencia Internacional, publicado a principios de este mes, en el que se analiza la probabilidad de soborno de empresas de los 28 principales países exportadores a nivel internacional y regional, muestra como las empresas de Rusia y China, que invirtieron 120 mil millones dólares en el extranjero en 2010, son vistas como las más proclives a pagar sobornos en el extranjero.

El organismo de vigilancia anticorrupción de China dijo que 106.000 funcionarios fueron encontrados culpables de corrupción en 2009, un incremento del 2,5% respecto al año anterior. El número de funcionarios del gobierno atrapados por malversación de fondos públicos por valor de más de un millón de yuanes (146.000 dólares) aumentó un 19% durante el año.

En los EE.UU. la Ley de Prácticas Corruptas Extranjeras de 1977 (FCPA, por sus siglas en inglés) es una ley federal conocida sobre todo por dos de sus principales disposiciones, la que aborda los requisitos de evaluación de transparencia de la Ley de Valores de 1934 y otra sobre el soborno de funcionarios extranjeros. Hace tan solo unos días atrás la empresa de investigación James Mintz lanzó una nueva base de datos llamada “Dónde se encuentran los sobornos” (Where the bribes are) en la que se recogen todos los casos FCPA. La base de datos señala que China fue el único país analizado en el que todos los sectores estudiados (energía, manufactura, defensa, etc) han sido blanco de sobornos.

Casi todos los días hay arrestos por corrupción en el gobierno chino. Hace unos años, fue el secretario del Partido Comunista de Shanghai, Chen Liangyu. Recientemente, el alcalde de Shenzhen fue despedido por el mismo motivo. El hombre más rico del país, Huang Guangyu, fundador de la tienda de artículos electrónicos Guomei, fue detenido por esta misma razón. Tan sólo hace unos días el ex jefe del principal aeropuerto de Pekín admitió haber aceptado sobornos. Entonces, la pregunta es…

¿Es China el país más corrupto del mundo? 

La respuesta es no. En 2010, China ocupó el puesto 78 de 179 países en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, ligeramente por encima de otros países BRIC, como India y Rusia, pero por debajo de Brasil y los países más desarrollados. Los medios de corrupción incluyen el soborno, la malversación de fondos, ofertas por la puerta trasera, el nepotismo, el clientelismo y la falsificación de estadísticas.

La lucha contra la corrupción en China

El gobierno chino tiene más de 1.200 leyes, normas y directivas contra la corrupción, pero su aplicación es irregular e ineficaz. A pesar de la enorme cobertura mediática de que gozan los arrestos de funcionarios atrapados bajo los cargos de corrupción, menos del tres por ciento de ellos llegan a ir a la cárcel, por lo que la corrupción es una actividad de bajo riesgo y conlleva un alto rendimiento.

El Partido Comunista de China (PCCh) ha intentado una variedad de medidas contra la corrupción, como la constitución de una gran variedad de leyes y agencias en un intento de acabar con la corrupción. En 2004, el PCCh ideó una regulación estricta para los funcionarios que asumieran puestos de negocios y empresas. La Comisión Central de Control Disciplinario y el Departamento de Organización Central emitieron una circular conjunta instruyendo a los Comités del Partido, los gobiernos y departamentos correspondientes a todos los niveles a no dar su aprobación para que los funcionarios del Partido y del gobierno puedieran ocupar puestos concurrentes en las empresas. Estas medidas han resultado ineficaces debido a deficiencias en la aplicación de las leyes pertinentes.


Todo esto da como resultado una ineficiente lucha contra la corrupción que provoca que esta llegue a la mayoría de los órganos disciplinarios del Partido Comunista. Tan sólo una fracción de los casos detectados se presentan a los órganos judiciales para su procesamiento. Sólo los casos destapados en los niveles administrativos más bajos tanto del gobierno como del partido son castigados con cierta frecuencia. En los niveles superiores y del gobierno central, muchos funcionarios corruptos son capaces de escapar al castigo, y tan sólo a unos pocos casos se les ha dado una amplia cobertura mediática con el fin de demostrar que el gobierno y el PCCh están decididos a frenar la corrupción.

Un portavoz del Partido Comunista de China dijo en el pasado mes de junio que el gobierno planea más inspecciones y mejor supervisión de los funcionarios en su lucha contra la corrupción. El partido controlará el uso de vehículos públicos y supervisará los activos financieros de los funcionarios para frenar y combatir las actividades financieras ilegales. ¿Serán estas nuevas medidas eficaces? Mejor será preguntar a los miles de funcionarios que ya están disfrutando de los miles de millones de yuanes “perdidos” en el extranjero.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro

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Lluis Torrent

Barcelona, España. Licenciado en Ciencias Ambientales, Máster en Intervención Ambiental, Máster en Relaciones Internacionales y Especialista en Ciencia Política. He trabajado como consultor ambiental para gobiernos locales y regionales y empresa privada. Socialmente comprometido, me apasiona explorar la fina línea que transcurre entre la política, la economía, la sociedad y el medio ambiente. Sígueme en Google+ Lluis Torrent


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