28/03/2024 MÉXICO

Las protestas en Egipto: ¿Por qué la comunidad internacional reaccionó tan tarde?

El bloguero Sharqawi grita en contra de Mubarak. [Photo: 3arabawy Flickr account]
Los recientes episodios de desestabilización en Egipto provocan una gran preocupación a Estados Unidos que tiene en el país de los faraones un aliado fundamental en la región del Medio Oriente. Las reacciones internacionales acerca de las masivas protestas han sido tardías y ambiguas. ¿Es que no se oyen los gritos de los egipcios?

Egipto: potencia del mundo árabe y líder regional


Las protestas que comenzaron en Egipto el pasado 25 de enero se han convertido en una auténtica revolución popular contra el actual Presidente, Hosni Mubarak. No obstante, después de casi dos semanas de manifestaciones ininterrumpidas, y varios centenares de muertos y miles de heridos, Mubarak sigue sentado en su sillón presidencial.

La evolución de los acontecimientos en Egipto ha mantenido a la prensa internacional y a los grandes líderes internacionales en vilo. Egipto es la principal potencia demográfica, económica y cultural de la región: tiene casi 85 millones de habitantes y es una potente economía (la segunda del mundo árabe, después de Arabia Saudí). Además, ejerce un gran liderazgo cultural e intelectual en el mundo árabe: su prensa es una de las más influyentes y difundidas, al igual que su TV y la industria cinematográfica[i].

La posibilidad de una revolución exitosa en Egipto podría alterar definitivamente el mapa político de Oriente Próximo. En consecuencia, las grandes potencias internacionales, sobre todo EEUU y la UE, han tardado en reaccionar y lo han hecho con gran cautela. Y es que la evolución de Egipto es crucial en una zona con equilibrios de poder muy delicados, lo que preocupa sobre todo a EEUU: Egipto es, desde que la firma de la Paz con Israel en 1978, un aliado fundamental.

A continuación daremos algunas claves para entender la revolución en Egipto y explicar la ambigua posición que ha tenido la comunidad internacional hasta el momento.

1. Algunos antecedentes

Egipto es uno de los países más densamente poblados del mundo; solo en El Cairo viven 20 millones de personas y hay enormes barrios de chabolas dónde no llegan los servicios básicos. Así pues el Estado no está presente para muchos ciudadanos; por ejemplo, tras los terremotos de 2008 que asolaron el norte del país, fueron los Hermanos Musulmanes los que se encargaron de asistir a la población, ante la incapacidad del Estado. Además, servicios básicos como la educación dejan bastante que desear: un 40% de las mujeres egipcias no saben leer ni escribir.

El descontento de los egipcios se ha gestado durante años. Así pues, entre 2004 y 2008 se llevaron a cabo reformaseconómicas para reactivar y diversificar la economía egipcia, muy dependiente de la agricultura, el turismo y las remesas. Estas reformas tuvieron un cierto éxito, manteniendo altos los niveles de crecimiento económico. Pero, a pesar de este crecimiento, las precarias condiciones de vida de la mayoría de la población egipcia no mejoraron de forma apreciable.


A esto hay que añadir el impacto de la crisis económica de 2008, que ha minimizado el efecto de las reformas y ha ralentizado la economía. A lo largo de 2009 y 2010 se produjo una oleada de huelgas a causa del aumento del precio de los alimentos y de la pobreza generalizada. Los cuestionables resultados de las elecciones de noviembre de 2010, la subida del precio de los alimentos en diciembre y la revolución exitosa en Túnez fueron los detonantes de la revolución.

Los jóvenes en Egipto

La joven población egipcia (el 40% de la población tiene entre 10 y 29 años) tiene serios problemas para insertarse en la economía e independizarse. El paro es muy alto entre los jóvenes y además éstos sufren el fenómeno denominado en inglés “waithood”, que se refiere al hecho de tener que esperar muchos años para poder entrar en la vida adulta, al pasar largos periodos desempleados y no tener el dinero suficiente para casarse[ii].

2. Los protagonistas de las protestas

Al igual que en el caso de Túnez, los jóvenes han tenido un papel destacado en las protestas que comenzaron el pasado 25 de enero. Sin embargo, a medida que pasaban los días, se  sumaron a las protestas gente de otras edades y capas sociales. La revolución egipcia no ha sido liderada por ningún grupo político. Como indicaba el diario italiano, La Repubblica en la revuelta hay desde comunistas, hasta liberales e islamistas.

Estos últimos, liderados por el movimiento de los Hermanos Musulmanes, han permanecido hasta muy recientemente en un segundo plano. De hecho, al igual que el caso de Túnez, en las protestas no se vieron prácticamente los símbolos islamistas. Como indica el analista Oliver Roy, la revolución egipcia difiere de la que sucedió en Irán en 1978 “en las sucesivas manifestaciones en las calles, no se invocó un Estado islamista, ni los manifestantes se pusieron sudarios blancos frente a las bayonetas”.  Desde luego las protestas de Egipto se han convertido en una revolución, pero, al menos por el momento, no en una Revolución Islámica.

¿Quiénes son los Hermanos Musulmanes?

Los Hermanos Musulmanes son la organización islamista más importante de Egipto (fundada en 1928 por Hasan al-Banna) y una de las más antiguas e influyentes del islamismo. Esta organización está dirigida por Mohammed Badie, quien está en contra de la violencia y apoya, en teoría, la democracia; no obstante, no está muy claro su concepción de la misma, puesto que aspiran a un Estado gobernado por la ley islámica, y no han especificado nunca como compatibilizarían eso con un Estado de Derecho y la posibilidad de la alternancia en el poder.

El estatus de los Hermanos Musulmanes en Egipto es ambiguo. No es un partido político legal (hay una prohibición constitucional contra partidos religiosos) pero se pueden presentar a las elecciones; su actividad está tolerada, aunque el gobierno ha alternado periodos de tolerancia con periodos de represión. Como consecuencia de este status semi-legal, no se sabe la implantación real de este movimiento, pero se presupone que es la primera fuerza política del país. Además, los Hermanos realizan una labor caritativa muy importante, ofreciendo servicios básicos en los barrios desfavorecidos, supliendo de este modo al Estado.

3. El objeto de las protestas: Hosni Mubarak

Los manifestantes egipcios, como acabamos de ver de diferentes edades e ideologías, han salido a la calle unidos por un mismo eslogan: la palabra “Ilegítimo”. Se refieren obviamente a Hosni Mubarak, presidente del país desde 1981. Este anciano de 82 años llegó al poder tras el asesinato de Anwar al-Sadat por parte de un grupo de islamistas extremistas (muy molestos tras la firma de éste de un Tratado de Paz con Israel, todavía vigente).


Desde el atentado contra Sadat, Mubarak ha mantenido ininterrumpidamente en todo Egipto el estado de excepción (se ha renovado por última vez en mayo de 2010). Esta figura jurídica pensada como indica su nombre para situaciones excepcionales, ha sido utilizada por el Presidente durante 30 años para recortar los derechos civiles de la población y reprimir a los opositores. A esto hay que sumar el hostigamiento a periodistas, así como el uso sistemático de la tortura y los malos tratos en las comisarías de policía y en las prisiones, según Informe Anual de Amnistía Internacional en 2010.

Por otra parte, durante los 30 años en el poder de Mubarak se han mantenido las restricciones jurídicas que limitan las actividades de los partidos políticos, las ONG y los sindicatos, frustrando las tibias esperanzas de democratización de los egipcios. La última gran decepción fueron las elecciones legislativas de noviembre de 2010. Estas elecciones, teóricamente pluripartidistas, resultaron ser escandalosamente fraudulentas: la práctica totalidad de los escaños quedaron en manos del Partido Nacional Democrático (PND), el partido de Mubarak.

El papel de Mohamed el-Baradei

Mohamed el-Baradei es el ex Director General de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), una organización internacional bajo los auspicios de las Naciones Unidas. El-Baradei y la OIEA conjuntamente recibieron el Premio Nobel de Paz en 2005, por sus “esfuerzos para impedir que la energía nuclear sea usada con fines militares y por asegurar que la energía nuclear con fines pacíficos, sea utilizada del modo más seguro posible”. El-Baradei donó todas sus ganancias a un orfanato en su ciudad natal de El Cairo.

Mohammed El-Baradei volvió a Egipto cuando comenzaron las protestas y, junto con figuras de la oposición y activistas, formó una coalición para el cambio político. En una situación en la que la oposición está muy debilitada después de años de represión, una figura neutral y con el prestigio internacional de El-Baradei puede ser fundamental de cara a una transición. Sin embargo, es una figura bastante desconocida en Egipto y es percibido por muchos como un elemento ajeno a la vida política egipcia.

4. El crucial papel del Ejército

Mubarak parece haber optado por dar el poder al Ejército, nombrando como vicepresidente el pasado 31 de enero a Omar Soliman, jefe de los servicios secretos, hombre fuerte del Ejército y con conexiones con Israel y EEUU.

El Ejército ha jugado un papel clave en la política moderna egipcia. Desde que en 1952, cuando oficiales de ejércitoconducidos por Abdel Nasser Gamal derrocaron la monarquía, todos los líderes egipcios han salido de la cúpula militar. Además, el Ejército es en efecto el primer beneficiado de la ayuda económica que EEUU destina a Egipto todos los años (es el mayor receptor de asistencia estadounidense en la zona, después de Israel), puesto que la mayor parte de este dinero se destina a la compra de armas en EEUU.

Hasta el momento, el Ejército ha actuado con una considerable prudencia, evitando lo que podría convertirse en un baño de sangre. Desde que el Ejército fue desplegado el pasado viernes 31 de enero, se repitieron las escenas de confraternización entre soldados y manifestantes. El Ejército cuenta además con un  gran respeto por parte de la población, por lo que puede ser un actor crucial en una eventual democratización.


La tibia reacción de la comunidad internacional: ¿democracia u orden?

Las reacciones de EEUU y la Unión Europea ante la revolución egipcia han sido muy tibias. Hilary Clinton se limitó durante los primeros días de protestas a pedir al gobierno egipcio y a los manifestantes que “evitasen la violencia” y no comenzó a hablar de “transición hacia la democracia” hasta el domingo 30 (después de seis días de protestas). Del mismo modo, Catherine Ashton, la jefa de la diplomacia europea, se limitó durante los primeros días a pedir al presidente egipcio que entablase diálogo “inmediatamente” con la oposición para poner en marcha reformas.

No  deja de ser curioso que, EEUU y la UE, bastiones de la democracia, hayan medido tanto sus palabras y hayan tardado muchos días en ponerse de parte del pueblo egipcio. Si Egipto se democratizase, los efectos en Oriente Próximo y todo el mundo árabe podrían ser espectaculares. En efecto, el corresponsal de la BBC en El Cairo, Wyre Davis, estableció un paralelismo con la caída de las dictaduras militares en América Latina: “En ese sentido, los mismos levantamientos que vimos en Argentina, Chile, Uruguay y Brasil están sucediendo aquí también. La región entera se democratizó en cuestión de una década.

Lo cierto es que ni EEUU ni la UE quieren más desestabilización en una de las regiones más desestabilizadas del mundo. Como ha subrayado la BBC, un Egipto inestable afectaría la confianza de los inversores, regionalmente y aún a escala mundial, sobre todo si los precios del petróleo se alzaran. A esto hay que añadir el peligro islamista: EEUU y Europa prefieren un Egipto estable a un Egipto islamista y saben que si hubiese unas elecciones libres en Egipto las ganarían, muy probablemente, los Hermanos Musulmanes. Y nadie sabe si un Egipto con los Hermanos en el poder se parecería más a Turquía y su islamismo moderado o si, por el contrario, sería más semejante al Irán de los ayatolás.

Sin embargo, al ser Egipto un país tan dependiente del exterior (del turismo y de la ayuda americana sobre todo), la posición de EEUU y la UE es fundamental para la evolución de los acontecimientos. Ahora solo queda esperar que la democracia en Egipto sea un riesgo que las democracias occidentales puedan permitirse.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro


[i] Más información en: http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/country_profiles/737642.stm

[ii] Más información sobre la situación de los jóvenes en Egipto en el Informe de Desarrollo Humano del PNUD en 2010, http://www.undp.org.eg/Default.aspx?tabid=227

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Ana G. Juanatey

Después de estudiar Ciencias Políticas y especializarme en Relaciones Internacionales, me mudé desde Galicia a Barcelona donde vivo desde hace 7 años. Actualmente escribo mi tesis sobre el derecho a la alimentación y trabajo en el Instituto Barcelona de Estudios Internacionales. Mis áreas de interés principales son los derechos humanos como herramienta emancipadora, la seguridad alimentaria y los procesos de democratización. No obstante -dispersa por naturaleza- me apasionan temas tan variopintos como las novelas de espías, las series de TV, los juegos de mesa, la cocina y los documentales.


3 comments

  • Hafida Cheriha

    07/02/2011 at

    porqué si los hermanos musulmanes, liderados por Mohamed el Baradei, habiendo recibido premio de la paz incluso, viendo sus antecedentes, los cuales mas que indicar que es un “islamista” (término que me gustaria que me explicasen detenidamente) son a mi modo de ver, un indicativo de que Mohamed el Bardei se mueve en interes de la población, del progreso y de la democracia, mas que en un interes de implantar un islamismo que en contexto implicitamente me lleva a entender que lo equiparan a un “terrorismo”. Porqué hay ese miedo a que los hermanos musulmanes conviertan Egipto en un estado islamista? Prefieren un estado estable a un estado islamista? A que estabilidad se refieren? A la estabilidad y democracia que Mubarak ha impartido durante todos estos años tal y como el informe de aministia nos indica?
    Egipto es un país àrabe, donde la mayoría de la población es musulmana, y sea cual sea el partido que govierne, musulman o no musulmás debe ser decisión de ellos, pues para los muslmanes que govierne un musulmán no es sinónimo de terrorista o islamista como lo quieran llamar. recuerdo que la revuelta no es fruto de un islamismo y ofende el hecho de que todo lo que tenga que ver con el mundo arabe lo reduzcan siempre a lo mismo, islamismo.

    Reply

    • Ana

      08/02/2011 at

      Estoy de acuerdo con lo que dices, creo que el pueblo egipcio debería elegir libremente y votar a quién quiera. Lo único que quiero matizar que el peligro no es tanto que se convierta en un estado islamista, si es un islamismo moderado (al modo del Partido de la Justicia y el Desarrollo en Turquía). EL miedo es que se convierta en otro Irán, un estado dictatorial y fundamentalista que niega la libertad a sus ciudadanos y que ha alterado y creado mucha tensión en una zona del mundo ya de por si muy conflictiva. Recordemos que Ahmadinejad dijo que quería “borrar del mapa a Israel”.

      Reply

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