Un documental chocante
Hace un par de semanas la televisión pública de España retransmitía en el canal 1 –lo hacía una semana antes la televisión pública de Catalunya- un documental que no tan sólo dejó atónitos a todos los telespectadores sino que sacudió la opinión pública. Ha sido tal el fenómeno que ha generado un amplio debate en los foros de discusión como hacía tiempo que no sucedía. El documental ha sido objetivo de centenares de posts en blogs, enlaces compartidos en Facebook y Twitter. En tan sólo siete días más de 18.000 personas le habían dado al “Like” en el post de la página web de la cadena de televisión. Se trata del documental titulado Comprar, tirar, comprar cuyo filo argumental gira entorno al concepto de la obsolescencia programada.
La impresora que deja de funcionar: ¿a quién no le ha sucedido?
El documental empieza con un técnico informático a quién la impresora deja de funcionarle. Se trata de una impresora inkjet barata cuya reparación costaría más del triple de lo que valdría comprar una impresora nueva. El informático, tozudo, decide buscar la manera de arreglar la impresora sin tener que comprar otra nueva. Si a él ya le va bien la impresora que utiliza en su día a día, ¿por qué comprar una nueva? Como buen técnico informático está convencido de que la impresora tiene que poder arreglarse de un modo más fácil. Por eso decide investigar por su cuenta.
Después de indagar concienzudamente por internet se da cuenta de que son muchos los usuarios que seencuentran en la misma situación. Impresoras que, de pronto, dejan de funcionar a pesar de que hasta la fecha estaban trabajando bien. Hay algo raro en todo ello. Con el paso del tiempo descubre un hecho que le sacude bruscamente: las impresoras incorporan un chip que contiene la instrucción de dejar de funcionar al llegar a un número de impresión determinado. ¡Sorprendente! Y la cuestión no termina aquí, descubre que la inmensa mayoría de los aparatos electrónicos están diseñados para que llegados a un determinado momento dejen de funcionar. Es lo que se denomina obsolescencia programada.
Comprar, tirar, comprar: el motor de la economía moderna
Los autores del documental desvelan algo increíble: la obsolescencia programada es, según muchos, el motor de la economía moderna. Es la estrategia que fomenta el consumo que, según la mayoría de los economistas, es la base del crecimiento económico.
El documental se ha rodado en España, Francia, Alemania, Estados Unidos y Ghana. Comprar, tirar, comprar, hace un recorrido por la historia de una práctica empresarial que consiste en la reducción deliberada de la vida de un producto para incrementar su consumo porque, como ya publicaba en 1928 una influyente revista de publicidad norteamericana, “un artículo que no se desgasta es una tragedia para los negocios”.
El documental, dirigido por Cosima Dannoritzer y coproducido por Televisión Española, es el resultado de tres años de investigación, hace uso de imágenes de archivo poco conocidas; aporta pruebas documentales y muestra las desastrosas consecuencias medioambientales que se derivan de esta práctica. También presenta diversos ejemplos del espíritu de resistencia que está creciendo entre los consumidores y recoge el análisis y la opinión de economistas, diseñadores e intelectuales que proponen vías alternativas para salvar economía y medio ambiente. Una de esas ideas es la del decrecimiento.
El primer cártel de la historia: el sector de las bombillas
Thomas Alva Edison puso a la venta su primera bombilla en el año 1881. El hombre estaba muy contento, pues su artilugio tenía una duración de 1.500 horas. Más adelante, en 1911 un anuncio en la prensa española destacaba las bondades de una marca de bombillas con una duración certificada de 2.500 horas. Pero, tal y como se revela en el documental, en 1924 un cártel que agrupaba a los principales fabricantes de bombillas de Europa y Estados Unidos pactó limitar la vida útil de las bombillas eléctricas a tan sólo 1.000 horas. Se trataba del cártel denominado Phoebus y oficialmente nunca existió.
En Comprar, tirar, comprar se muestra el documento que supone el punto de partida de la obsolescencia programada, que se aplica hoy a productos electrónicos de última generación como impresoras o iPods y que se aplicó también en la industria textil y automotriz. En el caso de la primera, la aplicación del concepto supuso la consiguiente desaparición de las medias a prueba de carreras.
Los automóviles y el diseño
En el caso de la segunda se buscaba que cada año los usuarios cambiaran de coche, esa fue la estrategia de General Motors (GM) para competir con los durables y estándares vehículos de Ford. GM decidió que sus coches no podrían ser mejores que los de Henry Ford por eso buscó otro modelo de negocio, optar por vehículos con un diseño atractivo y variable en el tiempo. En realidad fue una estrategia inteligente, pues a día de hoy todos los estudios de marketing demuestran que el comprador tiene en el diseño exterior de un vehículo su primer, y más importante, criterio de filtro y elección del automóvil. Esta estrategia perseguía además que los compradores renovaran su vehículo con frecuencia, ya que GM ofertaba vehículos con diferentes diseños renovados anualmente.
La bombilla más antigua del mundo
Lo mejor del documental se presenta en una caserna de bomberos de Livermore, en California, donde existe la bombilla más antigua del mundo: funciona desde el año 1901, y sigue funcionando a la perfección. Lleva 109 años iluminando 24 horas al día. La bombilla, fabricada el 1890 por la Shelby Electric Company de Ohio, no sufrió los efectos de la obsolescencia programada… Si así hubiera sido su vida útil se habría reducido a tan sólo 42 días.
El origen del concepto
La obsolescencia programada puede sonar como una teoría conspirativa pero fue ampliamente discutida como solución durante la Gran Depresión de 1929. De hecho, la mayoría de los académicos sitúan el origen del concepto en el año 1932, concretamente a raíz de un folleto de Bernard London: “Acabar con la depresión a través de la Obsolescencia programada”. En él London culpabiliza de la depresión económica mundial a los consumidores que desobedecen “la ley de caducidad” usando “sus coches viejos, radios viejas y ropa vieja mucho más de lo que los estadistas habían esperado”.
The Story of Stuff
Los amigos de “The Story of Stuff” ya introdujeron el término en su página web en el año 2007, por medio de un vídeo. Aquí lo adjuntamos por si lo queréis ver. Muy didáctico y breve, es decir dos veces bueno.
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Actualización (11/02/2014): El debate sobre la veracidad de la obsolescencia programada como política deliberada de las empresas es algo que circula por internet, con ejemplos a favor y en contra del mismo.
Pero en medio de tal debate, algunos gobiernos ya están empezando a tomar medidas en relación al citado tema. En este sentido el gobierno de Francia anunció el pasado mes de octubre que castigaría con penas de hasta dos años de prisión y multas de 300.000 euros a las empresas que, con la excusa de las leyes del mercado y la supervivencia empresarial, violen las leyes de defensa del consumidor. También la Unión Europea está estudiando posibles medidas para luchar contra la obsolescencia programada. Ya hace un año el Comité Económico y Social Europeo (CESE), órgano consultivo de la UE, aprobó un dictamen que exige la prohibición total de la obsolescencia programada. Así pues cierta o no, la teoría de la obsolescencia programada parece que ya está generando las primeras reacciones políticas y legislativas al respecto.
Foto de portada: fotograma del documental “Comprar, tirar, comprar”, autor: Cosima Dannoritzer
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2 comments
Robert
18/10/2014 at
Está genial el resumen, pero más genial sería todavía si expusieseis cómo luchar contra la maldita obsolescencia programada: trucos informáticos, electrónicos, etc…
Es imposible luchar contra esto?
Carlos Nestor Ceballos
08/02/2015 at
como luchar contra la obsolescencia programada,
es no ser un consumista, una vida en simplicidad….no al crédito, no a las tarjetas, el dinero es deuda…