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La Becarización del Empleo
Se dice mucho de él, pero la mayoría coincide al retratarlo como un trabajador más de la plantilla. Es uno más sí, cuenta con las mismas responsabilidades y tiene el mismo horario, pero cuenta con un salario que no alcanza el mínimo interprofesional en el mejor de los casos, otras veces es inexistente. Con los años y la crisis, el número de becarios no deja de crecer y en un período de dos años, de 2013 a 2015, los jóvenes en estos programas de prácticas han aumentado en un 350% según los datos del Ministerio de Empleo. Resulta difícil cuestionar la crisis económica que atraviesa el país con este incremento desorbitado o con las condiciones a las que se le somete pero, ¿hasta qué punto contribuye el becario a esa misma precariedad laboral de la que él mismo es preso? Becario: sustantivo indefinido Ciertamente existe mucha confusión en torno a la figura del becario. Tanto es así que al buscar en un diccionario, ésta es la única definición que encontraremos: “persona que disfruta de una beca para sus estudios”. La Real Academia de nuestra lengua no incluye en sus registros la acepción más extendida, esa idea del trabajador joven en prácticas, que, sin embargo, no deja de ser un concepto opaco y ambiguo que no hace justicia a una realidad llena de matices. La variedad de programas de prácticas en España es muy amplia y va desde la formación profesional hasta la enseñanza universitaria. Son precisamente las conocidas como becas de cooperación educativa las que hacen referencia al becario como tal. ¿Y quién es en realidad este becario? Jóvenes universitarios recién graduados o a punto de hacerlo que dan sus primeros pasos en el mercado laboral gracias a convenios bilaterales entre universidades y empresas. Sin lugar a dudas, el trasfondo jurídico en el que se encuadra el becario es excesivamente relajado, tanto que ante la falta de una regulación suficiente son estos convenios acordados por dos entidades independientes las que acaban por regular elementos esenciales en cualquier relación laboral, como son el salario o las horas de trabajo. España es, de hecho, uno de los países de Europa donde menos respaldo institucional cuentan nuestros jóvenes, como así demuestra un informe elaborado por la Comisión Europea. No es de extrañar, con un panorama tan complejo y turbio, que estemos a la cola en cuanto a las condiciones laborales de éstos. El becario en Europa  Es precisamente desde las instituciones comunitarias desde donde se viene haciendo especial hincapié en el seguimiento y la regularización de la situación de este colectivo. Esto está totalmente justificado pues son muchos los programas de prácticas que se alojan en la Comunidad Europea. Como consecuencia de las…

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