28/03/2024 MÉXICO

El éxodo de los migrantes centroamericanos: la crisis humanitaria olvidada

Migrantes hondureños cruzando hacia Guatemala, camino a Estados Unidos. Imagen: John Moore
Migrantes hondureños cruzando hacia Guatemala, camino a Estados Unidos. Imagen: John Moore
A un año del 'boom' migratorio en Centroamérica, las condiciones de vida no han variado. Aunque si bien el flujo de migrantes ha descendido, es una realidad que ha sido desplazada del foco mediático. Este fenómeno constituye un importante desafío humanitario para los países de la región, así como para otros posibles destinos hacia el norte del continente americano.

El fenómeno migratorio está tomando un mayor énfasis en el discurso político en Latinoamérica. Los factores que impulsan el desplazamiento de miles de personas yacen en causas políticas, económicas, sociales e incluso ambientales. El cuarto informe Migración internacional en las Américas, elaborado por la OEA y la OCDE, señala que más del 90% de los inmigrantes en los principales países receptores –Argentina, Chile y Costa Rica– provienen de otros países americanos. Esta migración intrarregional se puede explicar principalmente con un dato revelador: el PIB de los países receptores es de media entre dos y tres veces más alto que el de los países emisores. Considerando la multiplicidad de causas, trataremos de clarificar las principales razones de salida así como la elección del destino. Pero, ¿hablamos realmente de una novedad en la región? ¿Cuál es la realidad detrás de los migrantes centroamericanos?

Durante el siglo XVIII, la región recibió a un cuantioso número de migrantes durante el periodo colonial y el proceso de independencia. El informe Observatorio Demográfico de la CEPAL en el año 2018 hace referencia sobre este carácter receptor como antecedente a un fenómeno de largo estudio. Sin embargo, la movilidad humana durante los últimos años viene adquiriendo nuevas propiedades, y estas conllevan un nuevo reto para los Estados. Las características poblacionales han ido variando en América Latina y el Caribe; esto se puede observar en los últimos censos a nivel nacional, producto de la diáspora venezolana, la llegada de haitianos al sur, la salida de los residentes del Triángulo Norte, etc.

Si bien cada tránsito migratorio en América Latina es un imperativo por atender, el caso de los migrantes centroamericanos tiene a Honduras como uno de los países con mayor emigración, con un aumento del 94% entre el 2000 y 2010, cifra que se ha sostenido en el índice de pobreza con un 74%. Guatemala se sitúa con 68% de nivel de pobreza según el Atlas de la migración en los países del norte de Centroamérica del CEPAL. El incremento del número de emigrantes en el 2018 alerta sobre su complejidad e intensidad en el desplazamiento de los países del Triángulo Norte.

Nivel de pobreza- México y Centroamérica
Nivel de pobreza- México y Centroamérica. Fuente: CEPAL

El fenómeno de la caravana hacia el norte

En octubre del 2018 se inició el recorrido de las llamadas caravanas migrantes, una masiva marcha compuesta por personas procedentes principalmente de Honduras, Nicaragua, Guatemala y el Salvador, cuyo propósito era dirigirse hacia los Estados Unidos, destino recurrente para muchos ciudadanos de estos cuatro países. Aunque la violencia sea una de las principales causas de partida, los desastres naturales han afectado la actividad económica en estos países, reduciendo sus capacidades agrícolas e industriales. El 82% y el 77% de emigrantes hondureños y guatemaltecos respectivamente provienen de los sectores rurales. Estas condiciones alentaron a un primer grupo en San Pedro Sula, Honduras, a los que posteriormente se fueron sumando más y más personas de El Salvador, Nicaragua y Guatemala, bordeando la cifra de 7.000 en la frontera terrestre entre Guatemala y México.

Por otro lado, ¿cuál fue la respuesta de los otros Estados? La Administración estadounidense anunció el cierre de la frontera con México para evitar el paso. Además, Donald Trump advirtió sobre un posible recorte del Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica, elaborado durante el Gobierno de Barack Obama. Por otro lado, diversos organismos internacionales se han pronunciado sobre los flujos migratorios de los ciudadanos centroamericanos, estimando cifras en comparación a otros desplazamientos.


El representante de la Oficina de ACNUR para Centroamérica y Cuba, Giovanni Bassu, señala que “2 de los 10 países de donde proviene el mayor número de solicitantes de asilo en todo el mundo son centroamericanos”.

La Organización Mundial para las Migraciones concluye que, en 2018, El Salvador y Honduras encabezaron la lista de países de origen de la mayoría de solicitudes de asilo o residencia en Estados Unidos y México.

La caravana de migrantes centroamericanos, a su paso por México. Imagen: UNESCO

Realidades adversas

¿De qué huyen los ciudadanos del Triángulo Norte? La violencia acompaña a otros factores que impulsan a un número no menor de ciudadanos a salir del Triángulo Norte de Centroamérica, en donde. Honduras es –alarmantemente– considerado uno de los países con el mayor registro de violencia. Como confirma Human Rights Watch, la tasa de homicidios más alta del mundo se da, precisamente, en este país. Y, aunque se hayan reducido los delitos durante los últimos años, pocos avances se han realizado para brindar seguridad a la ciudadanía, de forma que la impunidad se hace visible en la responsabilidad de los agentes estatales hacia la protección y garantías sobre los derechos humanos, inclusive aquellos vinculados a la libertad de expresión, que acompaña a la violencia que provocan grupos delictivos organizados.

Estos provocan más del 25% de las muertes violentas a nivel de región, cuya tasa de homicidios de 41 por cada 100.000 habitantes según un informe que abarca el período 2012-2013 elaborado por el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH). Gravemente, la tasa de feminicidios en estos países sigue a los demás porcentajes como las más altas de América Latina y el Caribe, concentrando el 87% de los feminicidios en Centroamérica en el 2017. Es este conglomerado de circunstancias obedece a una persistente falta de oportunidades y amenazas a la seguridad individual que ha persistido durante mucho tiempo. El mensaje señala algo muy claro: una respuesta colectiva ante la crisis social, ocurrida en El Salvador, Guatemala y Honduras, cuya situación ha cobrado mayor relevancia a nivel internacional; sin embargo, el problema data desde hacía ya varios años, desde donde se viene limitando el ejercicio de las libertades, asentando así circunstancias de vulnerabilidad que incluyen a la comunidad LGBTI, poblaciones indígenas y originarias.


Los 10 países con peor índice de criminalidad en el mundo (2016). Mapa: Verisk Maplecroft

¿Quiénes son los más perjudicados? Del otro lado del escenario, los migrantes de las caravanas enfrentan infinidad de adversidades en el trayecto. La Secretaría de Gobernación de México reconoció en el documento Estadísticas Migratorias a los migrantes como víctimas objeto de abusos, siendo los migrantes hondureños el grupo más vulnerable (uno de cada cuatro  ha sido víctima de algún tipo de abuso). Así también, en una relación de 3 a 4 sobre los delitos sufridos en el tránsito corresponden a robos, dice la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes en un informe en el 2018.

El agitado clima político

A pesar de que haya transcurrido el periodo más álgido de protestas en Nicaragua, estas no se han disuelto por completo. Aunque en menor número solicitan la salida de Daniel Ortega, el despliegue policial no ha hecho mella en la manifestación de demandas del pueblo nicaragüense. Hay que considerar lo sucedido meses atrás en aquel país con las protestas que dejaron dejaron un saldo de aproximadamente 326 muertos y más de 2.000 heridos. Esta situación, junto con otras arbitrariedades contra la libertad individual, forzó al desplazamiento hacia Costa Rica de más de 55.000 nicaragüenses en busca de asilo en otros países. Durante los últimos días, se atisban nuevas convocatorias de la oposición ante el clima político que se libra en América Latina. Quizá como incentivo para exigir los servicios públicos que fueron el germen de la crisis política en la que se encuentra el Gobierno de Ortega.

Otro Estado parte del Triángulo Norte atraviesa una coyuntura nacional compleja. Días atrás, grupos de personas en Honduras se han reunido en la vía pública para manifestarse públicamente contra Juan Orlando Hernández, al cuestionarse los resultados electorales que daban inicio a su segundo mandato. Ahora, se vincula al presidente con el crimen organizado que viene amedrentando a la sociedad hondureña y, en consecuencia, constituye una de las causas por las que huyen de aquello que han denominado narcoestado –haciendo referencia a la élite política hondureña–, luego de que se le imputaran los cargos por narcotráfico y porte ilegal de armas al hermano del presidente.

Finalmente, no se ha agotado el desplazamiento de capital humano en aquella pequeña zona de América, aunque la incertidumbre acompañe el trayecto de las caravanas y la migración. La voluntad de las masas en búsqueda de propósitos personales y mejoras a su situación actual tiene también consecuencias políticas, principalmente, al ser una oportunidad o desafío a la seguridad internacional, que inclusive llama al debate sobre el estado legal de las personas que son migrantes y el acceso al refugio o asilo.


Definitivamente, lo que ocurre en Centroamérica no es un hecho aislado a otros sucesos emergentes en el continente. Las protestas y manifestaciones públicas acusan a los gobiernos de la falta desarrollo y la desigualdad social galopante en la región. Y, a pesar de que la primera caravana haya partido hace un año, aún no se bosquejan soluciones próximas para asistir la crisis humanitaria que somete al pueblo de Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras. En ese sentido, prevenir el desplazamiento como consecuencia de los problemas políticos es un imperativo desde la protección y el pleno goce de derechos de los cuales últimamente versa la opinión pública.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro.

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Valeria Mori

Estudiante de Ciencia Política en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima. Sostengo un marcado interés por conocer distintas culturas, la dinámica e interacción que surgen entre ellas, la comunicación en otras lenguas con el fin de comprender distintos escenarios. A raíz de ello, dirijo mi interés académico por los Derechos Humanos y las Relaciones Internacionales. Mientras tanto, me gusta dotar de carácter mis pensamiento en ideas escritas.


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