28/03/2024 MÉXICO

Entrevista con Alicia Murillo: “No somos culpables de las violencias que recibimos, pero sí que vamos a ser agente motor de cambio”

Alicia Murillo [Foto: Juanka Brown].
Alicia Murillo JUanka Brown
Hoy, con motivo del Día Mundial de la Justicia Social, hablamos con Alicia Murillo sobre feminismo, cuidados, combate de la opresión y construcción de la justicia social.

Alicia Murillo se autodefine como una artista multiINdisciplinaDA y, de hecho, ha tocado muchos palos: es música, humorista, escritora y conferenciante. Referente del feminismo y de la reflexión sobre los cuidados, uno de sus proyectos más famosos es “El cazador cazado”, contra el acoso sexual callejero. Muy activa en redes sociales, en su perfil de Facebook reflexiona sobre feminismo, cuidados, adultocentrismo, anticapitalismo y espiritualidad feminista. Además, ha puesto en marcha un proyecto de micromecenazgo en el que se puede participar para ofrecer becas de clases de música a niños, niñas y adolescentes en riesgo de exclusión social, “La caja de música”.

  • ¿Cuáles crees que son las peores injusticias sociales hoy en día?

No creo que sea cuestión de hacer un ranking. Es muy difícil establecer un raking de opresiones porque ¿sobre qué base hacerlo? ¿Cómo clasificamos las opresiones? ¿Por el número de gente a la que afecta o por cómo afecta? Muchas veces hay injusticias que afectan a una sola persona y eso no las hace menos importantes. Después hay violencias enormes que personas valientes son capaces de superar y violencias aparentemente pequeñas que dejan traumadas a las personas para siempre. No creo que sea posible hacer un ranking de injusticias, no me siento capaz.

  • ¿Crees que, en general, las injusticias sociales afectan más a las mujeres? ¿Por qué?

Sí, claro que afectan más a las mujeres. Desde cualquier eje de privilegio que tomemos va a haber unas personas que están oprimidas con respecto a otras que son opresoras. Si tomamos el eje de la raza tenemos a personas racializadas versus las blancas. Si tomamos el eje de género tendremos a mujeres versus los hombres. Si tomamos el de la transversalidad de las personas CIS y transexuales, pues las personas CIS tenemos más privilegios, claro. Sin embargo, en cualquiera de estos ejes de opresión que suponen un análisis de la sociedad, vemos que las injusticias afectan en mayor manera a las mujeres.

  • Hoy en día vivimos en una sociedad patriarcal, capitalista, heteronormativa y racista. ¿Qué privilegios habría que romper para avanzar hacia una sociedad más equitativa?

Todos, en principio todos son importantes. No creo que haya un eje de privilegios más importante que otros.

  • ¿Quién debería participar en esta ruptura y la creación de una sociedad más justa socialmente?

Todas las personas. Y cada una debería empezar por su rinconcito. Yo lo que intento es ocuparme de mi parte, no miro demasiado si los demás lo hacen, la verdad. Lo que me obsesiona durante mi día a día es saber si lo hago yo.

  • ¿Qué cambios sociales serían necesarios para acabar con la violencia machista?

Alicia Murillo [Foto: Juanka Brown].


Si miramos hacia atrás, los cambios sociales se han dado en el momento en el que las personas oprimidas han llegado al límite, cuando han dicho “hasta aquí, ya no podemos más”. Afortunadamente, sí que se ve en esta generación un “hasta aquí hemos llegado”. No va a ser un cambio de dos días, pero sí que creo que el motor de cambio son las propias mujeres, sin que esto pueda malinterpretarse como una culpabilización de las violencias.

No somos culpables de las violencias que recibimos, pero sí que vamos a ser agente motor de cambio, porque, como figuras oprimidas que somos, vamos a ser las que modifiquemos las circunstancias.

Obviamente ellos no van a hacer nada, porque no les conviene como género. Podrá haber alguno que a nivel individual alguna cosilla haga, pero como género no se van a mover de la silla del privilegio. Por eso los cambios siempre van a venir desde el grupo oprimido, que en este caso son las mujeres. Y el cambio social es el que estamos haciendo, que lo estamos haciendo bien, chicas.

  • Sueles decir que corrientes feministas menosprecian los cuidados. ¿Por qué crees que esto es así? ¿En qué sentido es esto una injusticia?

Esto es así porque tenemos una herencia muy grande del feminismo de la igualdad. En todas las revoluciones sociales siempre hay un primer paso en el que se intenta copiar el modelo del paradigma normativo, que obviamente está inspirado en la parte privilegiada de la sociedad. Lo estamos viendo incluso desde el punto de vista del racismo en Estados Unidos: Obama copió un paradigma blanco. No es una verdadera revolución, aunque es un paso inicial. En el feminismo, el paradigma masculino que teníamos que copiar estaba alejado de los cuidados. Por eso una figura alejada de los cuidados es la que en principio se valoró incluso dentro del feminismo. Copiamos el paradigma masculino pensando que era lo óptimo. Poco a poco nos hemos ido nosotras dando cuenta, generación tras generación, de que teníamos que crear nuestro propio paradigma, nuestra propia forma de vivir, y recuperar nuestra cultura ancestral. Es una cultura obviamente, no estoy hablando de que haya eso que llamaban el gen del cuidado. No hay un gen del cuidado, pero hay una cultura del cuidado en el ser mujer, ¿no?

Creo que hay que reivindicarlo porque probablemente sea una de las cosas más valiosas que tiene el ser mujer, la capacidad de cuidar de las personas, animales, plantas y medio ambiente que están a nuestro lado.

Creo que en lugar de que nosotras copiemos el paradigma masculino, debería infundirse en la sociedad entera este modelo de cuidados que tradicionalmente ha sido femenino y ahora debería formar parte de todas las personas independientemente de su género.


  • ¿Cómo crees que se puede apostar por un feminismo que reivindique la centralidad de los cuidados?

Pues tiene que ser un feminismo anticapitalista, que esté a favor del decrecimiento, cercano y que apoye los núcleos urbanos pequeños, las organizaciones de barrios, la cultura de la proximidad y que renuncie a la internacionalidad entendida como finalidad y como unificación. La unificación de un ideario va a llevar siempre un paradigma y siempre va a llevar a una opresión. Tiene que ser un feminismo plural y que favorezca la independencia de núcleos pequeños. Tiene que ser un feminismo ecológico también. Todo esto está directamente relacionado con los cuidados. Y tiene que ser un feminismo dirigido por mujeres que estén dispuestas a afrontar el miedo, el miedo a perder la vida, entre otras cosas.

  • Ya que hablamos de cuidados, frente a la maternidad entendida como rol reproductivo tradicional, tú hablas de maternidad subversiva. ¿Qué quieres decir con este término?

Para mí es un modelo de maternidad que no es único y que tiene que estar siempre analizado desde el punto de vista geográfico, histórico, económico… Cada una de nosotras, de las personas que estamos maternando, tenemos que mirar qué modelo de maternidad recibimos y desde ahí subvertir, cambiar lo que no nos guste, aceptar y repetir lo que nos gusta, y estar siempre repensándonos y en continua autocorrección. Desgraciadamente las personas adultas tenemos muy pocas personas que controlen la violencia que podemos ejercer sobre las personas pequeñas, sobre los niños y las niñas.

Alicia Murillo [Imagen extraída de su página web].

  • Has criticado el adultocentrismo y el maltrato hacia la infancia. ¿Qué haría falta para acabar con estos dos problemas sociales?

Pues aparte del autocontrol, la capacidad de autocrítica y de la autocorrección de la que estoy hablando. También es muy importante que sepamos aceptar cuando otra persona nos dice que estamos ejerciendo violencia sobre nuestros hijos o hijas, y que tengamos el valor de indicárselo a la persona que tenemos enfrente. Si escuchamos que un vecino está pegando a su hija, pues llamar a la puerta y decir que no lo vamos a permitir. Es necesario que dejemos de ver la violencia hacia los niños y las niñas como algo normal. Si un adulto le pega a otro o comete una agresión, iríamos a defender a esa persona ¿no? Llamaríamos a la policía, actuaríamos de alguna forma. ¿Por qué cuando vemos que una persona adulta le pega un bofetón a un niño o una niña pensamos que es normal? ¿Por qué pensamos que eso es estar educándolo? Eso no es estar educando, eso es estar pegando, la educación es otra cosa.

  • Nos gusta que referentes del feminismo nos cuenten cuáles son sus referentes. ¿Cuáles son los tuyos?

Mi madre, mis abuelas, mis vecinas, mis tías abuelas. Las mujeres que me criaron.


Ésta es una entrevista sin ánimo de lucro. 

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Elena Couceiro

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y postgrado de Especialista en Información Internacional y Países del Sur (Universidad Complutense). Ha sido analista del CIP hasta diciembre de 2006, especialista en Haití y en prevención de conflictos. Ha trabajado en diversos medios de prensa escrita, entre ellos en la revista Cambio 16. Ha formado parte del Área de Comunicación e Imagen de la ONG Asamblea de Cooperación Por la Paz y posteriormente de ACSUR-Las Segovias. Colabora con CEIPAZ (Centro de Educación e Investigación para la Paz) (www.ceipaz.org), para quienes ha editado la obra colectiva 1325 mujeres tejiendo la paz (CEIPAZ e Icaria) y varios anuarios. Es socia y colaboradora de WILPF-España (http://wilpfespanya.blogspot.com.es/).


3 comments

  • Sonia

    20/02/2018 at

    Enhorabuena por la entrevista, muy interesante!

    Reply

  • Walter Sucria

    23/02/2018 at

    A mi me aburrió un poco. no tiene chicha.

    Reply

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