28/03/2024 MÉXICO

Estados Unidos: la crisis de los opiáceos

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Más muertes que las víctimas mortales anules combinadas de accidentes de coche y armas de fuego. Más muertos que soldados estadounidenses caídos en las guerras de Vietnam, Irak y Afganistán juntas. Estos son los datos de la dependencia de los opiáceos en Estados Unidos. De cada 125 estadounidenses, uno es adicto a los opiáceos. Cada día 91 estadounidenses mueren por una sobredosis de opiáceos Las muertes por sobredosis de estos productos siguen en aumento pese los esfuerzos para detener el avance de lo que ya es considerado uno de los mayores problemas de salud pública de los Estados Unidos.

Un poco de historia: El opio en los Estados Unidos


La llegada del opio a los Estados Unidos se remonta a los propios orígenes del país. El láudano —una mezcla de opio y alcohol— era un calmante efectivo que fue utilizado en los largos viajes hacia América, ayudando a reducir los dolores causados por las enfermedades más comunes en estos viajes (cólera, disentería y viruela).

Promoción del jarabe infantil de Mrs. Winslow, hecho a base de morfina y alcohol [Foto vía WikimediaCommons].

En el siglo XIX, su consumo, tanto recreativo como medicinal, aumentó. En esta época, los opiáceos eran un ingrediente común en diversos productos del día a día, como polvos para los dientes y analgésicos para los dolores de la regla. También eran un componente común en medicamentos para niños y niñas.

La Guerra de Secesión popularizó, todavía más, el uso del opio. Durante los años siguientes hubo un aumento de la importación de opio, llegando a su auge a finales del siglo XIX, y de la venta de drogas, incluyendo la heroína (introducida por Bayer en esa misma época como aspirina) y la cocaína. En 1906, Teddy Roosevelt promulgó la ley de drogas, que establecía la obligatoriedad de mencionar la existencia de cualquier sustancia adictiva o peligrosa en la etiqueta del medicamento. En 1909, se promulgó la Ley de Exclusión del Opio, la primera ley norteamericana que prohibía las drogas. Esta ley acabó con la importación de opiáceos cuya única finalidad fuera el uso recreativo.

En 1914, la Ley Harrison creó un registro nacional de “todas aquellas personas que producen, importan, fabrican, mezclan, trafican, suministran, distribuyen o dan hojas de coca u opio o cualquier otra mezcla, producto, sal, derivados o preparados” y gravaba estas actividades con impuestos especiales.

El surgimiento de legislación antidrogas no significó una reducción del consumo. Y, por ejemplo, la prohibición del consumo del alcohol por la Ley Seca (1919) hizo aumentar el consumo de drogas.

Después de la II Guerra Mundial, se observó un aumento de la venta de analgésicos a base de opiáceos. La tendencia siguió en aumento, llegando al auge en los setenta, con el uso de drogas recreativas por parte de la sociedad americana y del consumo de heroína por parte de los soldados en Vietnam. Con el objetivo de frenar esta situación, los Estados Unidos promulgan la Ley de Sustancia Fiscalizada (1970) y crean la DEA (Agencia de Estados Unidos para el control de la droga, nacida en 1973).


¿Por qué aumentan las muertes por opiáceos?

El OxyContin, nombre comercial de un analgésico a base de opio que tiene como principio activo la oxidona, es utilizado para tratar el dolor agudo (dolores de espalda, artritis o cáncer). El OxyContin fue lanzado en 1995 y es considerado un superventas en las farmacias de Estados Unidos. Su uso es tan generalizado que, en 2012, se contabilizaron 282 millones de recetas de este opiáceo. Parte de su éxito deriva del enfoque sobre el tratamiento del dolor, adoptado por el sistema de salud norteamericano en los años 90, que propulsó la receta de opiáceos.

Partnership for a Drug-Free America [Foto: DES Daughter vía Flickr].

En los últimos años, al Oxycontin se han sumado dos nuevos opiáceos, el Fentanilo y el Carfentanilo. Estos dos analgésicos son todavía más adictivos. No obstante, su compra no es difícil, a menudo son comprados online en páginas web chinas y son entregados por correo.

El problema del éxito de estos medicamentos y de la facilidad de comprarlos está en su extrema capacidad de generar adicción. Hay diversos relatos de abuso de este tipo de medicamento, muchas veces utilizado por vías alternativas a la prescrita; por ejemplo, a menudo las tabletas se trituran y se inhalan, se mastican o se mezclan con agua y se inyectan, eliminando así el factor de liberación lenta y permitiendo que lleguen con rapidez e intensidad al cerebro.


Debido a su potencial en generar adicción —ya que inhiben la producción de endorfinas del cuerpo, lo que aumenta la posibilidad de fuertes depresiones que refuerzan el consumo y dependencia—, estos medicamentos son considerados uno de los culpables de la epidemia de opiáceos que asola Estados Unidos. El control de la prescripción y venta del producto ha aumentado, pero el resultado fue el aumento de heroinómanos que sustituyen el analgésico por la droga. Según la Sociedad Estadounidense de Medicina para las Adicciones, 4 de cada 5 personas que prueban la heroína en los Estados Unidos empezaron con analgésicos recetados.

Estos datos evidencian que la solución no se resume en la reducción de la prescripción médica de opiáceos. En los últimos años las prescripciones de este tipo de medicamento han bajado un 18 % desde su pico en 2010, pero no las muertes. En 2017, se registró una media de 91 muertes al día por sobredosis de drogas, un 60% de ellas por opiáceos. Y el número de muertes por prescripción de opiáceos se ha multiplicado por cuatro desde 1999.

¿Por qué Estados Unidos tiene un problema con los opiáceos?

Por más que el presidente Donald Trump insista en afirmar que la crisis de los opiáceos es global, los datos dicen lo contrario. Con menos del 5% de la población mundial, EE.UU. consume más del 80% de la producción global de pastillas de opiáceos.  Pero, ¿por qué? ¿Por qué Estados Unidos tiene un problema con los opioides?

  • El sistema de salud de los Estados Unidos

La salud en Estados Unidos no es universal, y el acceso a la salud se canaliza a través de seguros. Según afirman los especialistas, muchos seguros, en especial a los que tienen acceso la parcela más carente de la población, no pagan por otra cosa que no sean medicamentos. Y, si no es así, la burocracia para acceder a otro tratamiento es tan grande que el paciente prefiere solucionar su problema médico a través de las pastillas.

Esta situación hace que haya un exceso de prescripción médica. La prescripción excesiva y masiva de opiáceos en el sistema de salud estadounidense ha creado una generación de adictos.


Pagos realizados por compañías farmacéuticas a médicos y hospitales de enseñanza [Foto vía Open Payments].

  • El poder de las farmacéuticas

En Estados Unidos es común que las empresas farmacéuticas hagan regalos a los médicos, patrocinen conferencias y hagan importantes donaciones a hospitales docentes. En los últimos 4 años, el gobierno americano publicó la cantidad de pagos realizados por empresas farmacéuticas a médicos y hospitales universitarios. En 2016 el total fue de más de 8.000 millones. Así, es evidente que las invitaciones, donaciones y pagos a doctores afectan la prescripción.

Diversos estudios afirman que hay un vínculo entre los médicos, las comidas gratis que recibieron de las compañías farmacéuticas y los medicamentos que recetaron.

  • Falla en la formación médica

Durante años hubo una falla en la enseñanza de medicina en Estados Unidos. Richard Frank, profesor en la Universidad de Harvard, relata que, antes, los médicos no recibían mucha capacitación sobre el manejo del dolor y sobre lo adictivos que pueden ser determinados productos.

  • La publicidad en los medios de comunicación

Estados Unidos es uno de los pocos países que permite que medicamentos que necesitan receta sean promocionados en la televisión. Según Kantar, el gasto en publicidad de las empresas farmacéuticas en el país fue de más de 6.000 millones en 2016, lo que significa que hubo un incremento del 64% en gastos de publicidad desde el año 2012.

Las empresas farmacéuticas llegaron a promocionar sus productos en la franja más cara de los Estados Unidos, la SuperBowl. En 2015, un anuncio de un medicamento a base de opioides aconsejaba a los pacientes visitar a sus médicos y preguntar por las opciones del tratamiento con receta.

La Asociación Médica Estadounidense lleva solicitando desde el año 2015 la prohibición de anuncios de medicamentos recetados, pero su solicitud no está obteniendo resultado.

  • La cultura de la pastilla

Estados Unidos es un país enganchado a las pastillas. En 2015, se recetaron tantas como para tener a cada estadounidense medicado durante tres semanas.

Un estudio realizado en 2016 compara como tratan el dolor agudo médicos americanos y japoneses. Mientras sólo el 47% de los médicos japoneses tratan el dolor agudo con opiáceos, el 97% de los médicos americanos tratan el mismo tipo de dolor con éstos. Este estudio evidencia la disposición y el hábito del sector de la salud norteamericano de aliviar el dolor con opioides.

¿Se está buscando una salida a esta situación?

Recientemente, el presidente Trump declaró que las adicciones a opiáceos representan una emergencia nacional para su gobierno. La estrategia para solucionar la emergencia incluye las siguientes medidas: 1) Aumento de las penas de cárcel para narcotraficantes, 2) Refuerzo de las fronteras con México para evitar la entrada de la droga, 3) Un programa de salud para tratamiento y prevención.

Su estrategia no incluye ningún control, responsabilización o penalización a las farmacéuticas que producen los medicamentos.

Las autoridades sanitarias de Estados Unidos ya han pedido que se contenga el uso de los medicamentos a base de opiáceos. El Centro de Control de Enfermedades solicitó que estos medicamentos no fueran utilizados como primera opción para dolores comunes y que los médicos informasen sobre los riesgos que conllevan.

La solución no está en aumentar el control de las fronteras, tampoco en criminalizar al dependiente. La solución está en concienciar a la población de las consecuencias de un consumo excesivo de este tipo de medicamentos, formar los profesionales de la salud sobre la gestión del dolor de los pacientes y controlar más a los lobbies farmacéuticos. Diversos especialistas defienden la creación de impuestos progresivos sobre las fortunas de la industria farmacéutica para financiar los programas integrales de salud, prevención y tratamiento de adicciones que requieren los consumidores.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro.

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Suyan Castelo Branco

Una Carioca en Barcelona. Ciudadana comprometida, Internacionalista de formación y Comunicadora por vocación. Licenciada en Ciencia Politica, Master en Relaciones Internacionales , posgrados en Cooperación y en Marketing Digital. Socialmente comprometida, siempre en en busca de la la superación de los limites que impiden una sociedad más justa e igualitaria.


2 comments

  • Pep

    20/02/2018 at

    Wow, no tenía ni idea de la gravedad de este problema en los Estados Unidos. Enhorabuena por el artículo y por vuestro gran trabajo! 🙂

    Reply

  • Jorge Arias

    20/02/2018 at

    Excelente articulo. Ese sistema de salud que se busca sea adoptado en otros lados,.es horrible y destructivo, si allá donde se supone es una nación primermundista ya me imagino si las aseguradoras se hagan cargo de la salud de naciones pobres y corruptas

    Reply

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