19/03/2024 MÉXICO

¿Fue la desigualdad un tema lo suficientemente hablado en el Foro Económico Mundial?

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El Foro Económico Mundial celebrado en Davos congrega a los líderes políticos, económicos, académicos y de la sociedad civil mundiales. Parte de una élite cuyas opiniones, negociaciones y decisiones pueden moldear el orden mundial. Presentamos una serie de puntos para comprender cuál es el lugar que las discusiones en Davos dieron a uno de los problemas claves a nivel global: la desigualdad. ¿Fue un tema lo suficientemente hablado?

“No se olviden de los pobres”. El mensaje del Papa Francisco alertó a los más de 2500 asistentes al Foro Económico Mundial que se llevó a cabo en enero de este año en Davos, Suiza. Poco antes, Oxfam International lanzó un reporte que revelaba que las 62 personas más ricas del mundo poseen tanta riqueza como la mitad más pobre de la población global. Dicho de otro modo, 3,5 mil millones de personas poseen menos del 1% de la riqueza del mundo.

El mensaje papal y el reporte de Oxfam tenían un pedido en común: tomar acciones urgentes contra la profunda desigualdad. Estos mensajes estaban dirigidos a los líderes políticos, líderes económicos, académicos y líderes de la sociedad civil reunidos en Davos, parte de una élite cuyas opiniones, negociaciones y decisiones pueden moldear el orden mundial no sólo económico, sino también político y social.

A continuación presentamos una serie de puntos para comprender cuál es el lugar que las discusiones en Davos dieron a la desigualdad y si éste fue suficiente.

La cuarta revolución industrial en el centro del debate

Según el Foro Económico Mundial estamos siendo testigos de la cuarta revolución industrial, aquella cuyos avances tecnológicos (robots, inteligencia artificial, impresión 3D, biotecnología, etc.), tal como hicieron los avances tecnológicos de otras épocas, están transformando nuestra economía, desde la forma en la que trabajamos y gastamos, hasta la forma en la que vivimos. El Foro tuvo por objetivo debatir cómo gestionar esta cuarta revolución industrial de manera que pueda crear puestos de trabajo y prosperidad económica en todo el mundo. Este contexto fue eje transversal de las sesiones y los encuentros organizados, desde aquellos focalizados en la industria, la expansión urbana, las ciudades inteligentes y la transformación energética, hasta la educación, la salud, los cambios demográficos y la crisis humanitaria.

Particular atención recibieron tópicos como la crisis de refugiados, la desigualdad creciente y el cambio climático, especialmente luego de haber cerrado un año en el cual se acrecentaron los flujos migratorios y se profundizó la crisis humanitaria, se acordaron los objetivos de desarrollo sustentable y se cerró el histórico acuerdo en París.

Los desafíos de la cuarta revolución industrial: automatización, obsolescencia laboral y desigualdad

Ahora bien, la cuarta revolución industrial se plantea como una ventana de oportunidades para resolver problemáticas desde las más cotidianas y simples hasta las más complejas. Pero la rapidez y ubicuidad con la que las nuevas tecnologías se están desarrollando y están cambiando los patrones industriales y sociales provocan temor: por un lado, por su capacidad de desplazar trabajadores, y por el otro lado, por tener la capacidad de potencialmente ensanchar la brecha económica entre la población más rica y la población más pobre del mundo.


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“No podemos esperar hasta que haya dislocaciones masivas en nuestra sociedad para prepararse para la cuarta revolución industrial”, Robert J. Shiller, Yale University. Vía weforum.org.


Automatización

La aplicación de las nuevas tecnologías es cada vez más inmediata, y su aplicación en tareas hoy realizadas por los humanos es cada vez más amplia. Muchas empresas están optando por la sustitución del trabajo por capital, desde vehículos que se manejan solos o drones que hacen reparto de mercancías, hasta sistemas que procesan lenguajes que podrían reemplazar a los call centers. Podrían hasta desaparecer carreras, tales como la radiología, pues ya existen sistemas que pueden interpretar imágenes médicas y buscar anormalidades con gran rapidez y precisión. En definitiva, somos testigos de una rápida automatización del trabajo.

Obsolescencia y pérdida de puestos laborales

Un reciente reporte del Foro Económico Mundial anunció que en los próximos cinco años, el mundo podría enfrentarse a la pérdida neta de más de 5 millones de puestos de trabajo en 15 economías. Las nuevas tecnologías, máquinas y robots, así como las nuevas maneras de fabricación y organización industrial, están dejando obsoletos muchos trabajos, incluso a una velocidad mayor de la que podemos crear nuevos puestos laborales.

Las nuevas tecnologías pueden, no obstante, reducir las tareas monótonas y repetitivas y crear nuevos puestos laborales. Así lo anuncia un estudio que analizó datos de hace más de 140 años. Sin embargo, esto requiere predisposición por parte de las empresas privadas, los gobiernos nacionales, entre otros actores, con el fin de, por ejemplo, crear trabajo y condiciones de formación de capacidades y habilidades.


Desigualdad

El Foro Económico Mundial, no ha incluido en su lema la desigualdad como tema esencial en la agenda sino hasta 2014, “Crecimiento, desigualdad, reequilibrio”. Al año siguiente volvería a tener un carácter secundario, y se enfocaría en las tecnologías de nueva generación. Mucho se ha hablado en Davos sobre el crecimiento económico que prometen los nuevos productos y procesos, pero es necesario un verdadero diálogo en torno a un crecimiento acompañado de desarrollo sustentable y crecimiento inclusivo, en un contexto en el cual “la desigualdad parece impedir retornar a una trayectoria de crecimiento inclusivo“.

"Nuestro actual modelo económico es la desigualdad por diseño", Sharan Burrow, Secretaria General de ITUC.
“Nuestro actual modelo económico es la desigualdad por diseño”, Sharan Burrow, Secretaria General de ITUC. Vía weforum.org.


Fuera de algunos casos puntuales, tal como notó Xavier de Souza Briggs, en las discusiones del Foro la desigualdad es entendida como unidimensional, pues las discusiones suelen focalizarse en las cifras y su impacto en la mitad inferior de la población. Es decir, suele enfocarse en los más ricos entre los ricos y los más pobres entre los pobres, ignorando por ejemplo, las políticas nacionales.

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam, sostiene que la desigualdad creciente es peligrosa para el crecimiento y la gobernanza. Además, tiende a concentrar poder y dejar sin voz a una gran parte de la población. Es más, tal como reconoció Joe Biden, vicepresidente de Estados Unidos, la revolución digital tiene el potencial de exacerbar la desigualdad y afectar a la clase media.

En línea con esto, Paul Polman, CEO de Unilever, sostuvo que para poder desarrollar nuevos mercados, innovaciones e inversiones, hace falta desafiar las prácticas actuales y enfrentar la pobreza, la desigualdad y los desafíos ambientales. En suma, que las decisiones y los planes de negocio, estén en línea con los objetivos globales, que se tome la dimensión multidimensional de la desigualdad.


  • Desigualdad geográfica

El crecimiento económico no se da al mismo ritmo en todos lados. Las sociedades que están tecnológicamente más avanzadas, y cuyas economías y sociedades se han ido adaptando a los nuevos patrones industriales, tendrán un mayor beneficio de la cuarta revolución industrial.

Estos cambios se dan dentro de un contexto en el cual la gran mayoría de los 3,5 mil millones de personas que poseen menos del 1% de la riqueza mundial vive en países de ingreso bajo o medio, tienen un acceso limitado a servicios básicos, a oportunidades laborales, gobiernos con poca capacidad institucional, entre otras cosas.

Una de las críticas a los diálogos llevados a cabo en Davos es la impresión de que la riqueza extrema en el Norte y la extrema pobreza en el Sur son dos caras de la misma moneda. Pero no se puede resolver una sin resolver la otra.

  • Desigualdad de género

Brecha de género global, 2015.

Tal vez una de las desigualdades más discutidas en la agenda del Foro Económico Mundial fue aquella que afecta de manera desproporcionada a las mujeres. Tal como muestra el reporte de Oxfam, de las 62 personas más ricas del mundo, 53 son hombres y tan solo 9 son mujeres. Esta desigualdad se vio también reflejada en el encuentro en Davos, ya que sólo 1 de cada 5 asistentes al Foro Económico Mundial fueron mujeres. Reconociendo esta desigualdad, se creó un espacio formal, The Girls’ Lounge, en el cual las participantes del Foro debatieron los desafíos y oportunidades de la inclusión de las mujeres en el mundo de los negocios; hubo sesiones enfocadas principalmente en cómo reducir la brecha de género en los negocios, e incluso algunos líderes, tales como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, han incluido un discurso feminista en sus presentaciones.

¿Por qué es tan importante que se hable de desigualdad en los foros económicos?

El hombre puede guiar el desarrollo tecnológico. La manera en que se encaran las actividades empresariales de cara a los avances tecnológicos pueden fomentar la creación de trabajos en lugar de socavarlos. Los CEOs necesitan reimaginar y reinventar los modelos de negocio, de manera que sean verdaderamente sustentables y generen impactos positivos en la sociedad.

No obstante, el sector privado no puede combatir la desigualdad y crear economías inclusivas solo. El rol de los consumidores, trabajadores, sociedad civil y gobiernos nacionales, regionales y supranacionales es también central. Tal como sostiene Xavier de Souza Briggs, los consumidores tenemos el compromiso de consumir de manera consciente e informada, teniendo en cuenta el impacto social y ambiental de nuestras elecciones de consumo; los trabajadores pueden contribuir a hacer viables negocios más amplios; los grupos de la sociedad civil tienen la capacidad de impulsar el debate público, moldear políticas públicas, entre otras cosas; y por último, los gobiernos, de preguntarse qué pueden hacer para fomentar las prácticas pertinentes.

Es por esta razón que, en el marco de un foro de tal envergadura y reuniendo actores de gran peso económico, político y social, la falta de un diálogo más profundo y complejo sobre la desigualdad, saliendo de la dimensión unilateral, no es un tema menor. Sus acciones pueden reforzar o socavar la desigualdad, o al menos su manera de entenderla y abordarla. En suma, la desigualdad no pasó desapercibida, pero lo que se necesita es tener la conversación correcta sobre su naturaleza y cómo combatirla.

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro.

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Antonella Maia Perini

Buenos Aires, Argentina. Soy licenciada en Relaciones Internacionales y profundicé mis estudios con un master en Relaciones Internacionales Europa-América Latina. Trabajo en el área de desarrollo sustentable, tecnopolítica, innovación, ciencia y tecnología. De espíritu curioso, me interesa conocer un poco de todo, estudiar idiomas, visitar museos de arte contemporáneo y disfrutar del aire libre.


2 comments

  • JOYAS

    07/03/2016 at

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    Reply

  • foro

    07/03/2016 at

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