19/03/2024 MÉXICO

¿Discriminar en nombre de la libertad religiosa? El caso de Indiana
Bandera LGBT [Foto: Torbakhopper via Flickr]

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Los límites de la libertad religiosa vuelven a estar en debate tras la aprobación en el estado de Indiana, en Estados Unidos, de una ley de “libertad religiosa” (Religious Freedom Restoration Act). Varios colectivos de gays, lesbianas y transexuales denuncian que la ley blindará a las empresas a la hora de negarse a prestar servicio a personas en función de sus preferencias sexuales. Por su parte, empresas y organizaciones han amenazado con hacer un boicot a Indiana, donde algunas de ellas tienen sede o donde se celebran importantes eventos deportivos en los próximos años.

Los límites de la libertad religiosa vuelven a estar en debate tras la aprobación en el estado de Indiana, en Estados Unidos, de una ley de “libertad religiosa” (Religious Freedom Restoration Act). Varios colectivos de gays, lesbianas y transexuales denuncian que la ley blindará a las empresas a la hora de negarse a prestar servicio a personas en función de sus preferencias sexuales. Por su parte, empresas y organizaciones han amenazado con hacer un boicot a Indiana, donde algunas de ellas tienen sede o donde se celebran importantes eventos deportivos en los próximos años.

La ley

La ley se ampara en la libertad religiosa para impedir que cualquier órgano público o de gobierno obligue a un ciudadano o a una empresa a ir en contra de su conciencia y de sus creencias. Así dice el resumen:

Restauración de la libertad religiosa. Prohíbe a una entidad gubernamental limitar la libertad de una persona a ejercer su religión, incluso si esta limitación obedece a una norma de aplicabilidad general, salvo que la entidad gubernamental pueda demostrar que esa limitación: (1) promueva un interés gubernamental imperioso; y (2) sea la forma menos restrictiva de promover el interés gubernamental imperioso […]. Prohíbe que un demandante, empleado o ex empleado emprenda ciertas medidas contra una empresa privada.

Se redactó la ley de manera que no se permite la discriminación por motivos de orientación sexual, pero las personas o empresas que se enfrenten a demandas por discriminación sí podrán argumentar que servir a homosexuales, lesbianas o transexuales va en contra de sus creencias religiosas.

Un editorial de The New York Times apunta a que, tras la derogación por parte de tribunales estatales y federales de leyes que prohibían las uniones entre personas del mismo sexo, como fue el caso de Indiana en 2014, algunos políticos buscan nuevos reductos para ahuyentar los matrimonios homosexuales. Con un lenguaje similar, el Tribunal Supremo le dio la razón a las empresas en 2014 al determinar que las empresas pueden invocar la ley federal de libertad religiosa para negarse a cumplir una ley que obligaba a ciertos planes de seguros privados a cubrir gastos relacionados con embarazos artificiales de los empleados.

El gobernador de Indiana,  el republicano Mike Pence [Foto: Gage Skidmore via Flickr]
El gobernador de Indiana, el republicano Mike Pence [Foto: Gage Skidmore via Flickr]

Los grupos denominados “conservadores cristianos” utilizan cada vez más las leyes de libertad religiosaque en décadas anteriores protegían a esa libertad en las minorías de Estados Unidos. Eran los años ’90 cuando se aprobaba la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa, a nivel federal. A dos nativos estadounidenses se les había despedido de su trabajo y se les había negado una indemnización y sus correspondientes prestaciones por despido por haber participado en ceremonias en las que se utilizaba el peyote, una droga alucinógena ilegal.


Medidas parecidas en otras partes de Estados Unidos

Además de Indiana, otros 19 estados del país norteamericano han adoptado medidas similares. La diferencia radica en que esas leyes aplican sólo para controversias entre ciudadanos y entidades gubernamentales, mientras que la de Indiana también para disputas entre particulares. Es decir, que si se confirmara que la ley ampara el rechazo a prestar servicios por motivos religiosos, el dueño de una tienda podría negarse a venderle productos a una pareja gay, o un fotógrafo profesional podría decir “no” a un encargo de una boda para personas del mismo sexo.

En los últimos años, se ha producido una oleada legislativa “anti gay”, con 85 propuestas de ley en 28 legislaturas estatales a día de hoy. Aunque 34 han fracasado este último año, las de Indiana y otra en Arkansas se han firmado ya.

Reacciones

Wal Mart, SalesForce.com, Apple y General Electric hicieron un llamamiento a los políticos sus sedes en Indiana y en Arkansas para que rechacen leyes que den cobertura legal a la discriminación por motivos de opción sexual.

Los sectores más críticos a estas leyes piden a empresas como éstas que den un paso más y que dejen de financiar campañas políticas de legisladores de derecho o extrema derecha que enarbolan ideologías excluyentes. Pero aunque sólo se tratara de una estrategia de marketing y de imagen para no perder clientes y consumidores, el caso de Indiana demuestra que la discriminación despierta cada vez más rechazo y que puede pasar factura en los negocios. La mayoría de los estadounidenses apoyan la libertad para que las parejas homosexuales puedan casarse cuando en 2001 el 57% se oponía, según el Pew Research Center. La mayor parte de las compañías Fortune 500 (las más ricas de Estados Unidos) prohíben la discriminación por motivos sexuales.


La presión corporativa empieza a dar sus frutos. Asa Hutchinson, gobernador de Arkansas, donde está la base de Wal Mart, y Mike Pence, el de Indiana, ya han dicho que tendrán en consideración posibles cambios para dejar claro que la ley no permite discriminar a nadie.

Otras declaraciones que tuvieron gran impacto a nivel nacional fueron las de Mark Emmert, presidente de la National Collegiate Athletic Association (NCAA), el órgano responsable por el deporte universitario. Las semifinales y la final del baloncesto universitario se jugarán este año en Indianápolis, capital del estado de Indiana. El deporte universitario en Estados Unidos no sólo constituye la cantera para el deporte profesional, sino que mueve dinero en patrocinios, en becas para deportistas y en contratos televisivos. Emmert expresó que sería muy difícil para la NCAA, con sede central en Indianápolis, operar si los legisladores no dan marcha atrás en la ley, que podría abrir la puerta para la discriminación a deportistas gays que quisieran practicar deporte en alguna universidad de Indiana.

Los defensores de la ley argumentan que no discrimina a nadie, que tan sólo sirve para empoderar. Pero nogay-pride-314659_1280 han tardado en obtener réplica: no se necesitan este tipo de medidas cuando los cristianos cuentan con la protección que necesitan para no ser discriminados y para poder poner en práctica sus creencias. Aquí cabría preguntarse se existen religiones o sistemas de creencias que animen a sus fieles a tratar con personas que tengan otro sistema de creencias o con opciones sexuales que pertenecen al ámbito privado, y que no atentan contra la vida, contra la salud o la integridad. Ante un posible choque, el debate que entonces se plantea es si la libertad religiosa está por encima del derecho a no ser discriminado por motivos sexuales, étnicos o incluso religiosos, o de otros derechos fundamentales que ningún grupo con determinadas creencias puede monopolizar en una democracia moderna. Los cambios que introduzcan o dejen de introducir los gobernadores de Indiana y de Arkansas puede determinar la deriva política y legal ante este tipo de casos.

 

Ésta es una explicación sin ánimo de lucro

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Carlos Miguélez Monroy

México D.F., México. Soy periodista especializado en temas internacionales y de derechos humanos, licenciado por Butler University y la Universidad Complutense de Madrid. Me apasionan el fútbol, la buena literatura y el cine.


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