28/03/2024 MÉXICO

La Banda Gulabi: “el Ejército de los Saris Rosas”

Portada Gulabi
La Banda Gulabi es un colectivo de mujeres humildes indias, de entre 40 y 60 años, dispuestas a plantar cara a la hegemonía masculina.

En marzo de 2006 nacía, con apenas 25 activistas, “el ejército de los saris rosas”. Una banda compuesta por mujeres humildes, de entre 40 y 60 años, dispuestas a plantar cara a la hegemonía masculina.

La banda Gulabi es un movimiento de mujeres formado en 2006 por Sampat Pal Devi, en el distrito de Bundelkhand, ubicado en el  estado de Uttar Pradesh, en el norte de la India. Su objetivo es combatir la violencia machista y para alcanzar este fin recurren a varios métodos: señalar y ridiculizar a sus culpables, tratar de persuadir a los hombres para que no recurran a la violencia o incluso enseñar a las mujeres a usar los lathis, palos de bambú con los que se defienden.

La región en donde nació este movimiento es una de las  más pobres del país y se caracteriza por una cultura profundamente patriarcal, la división en castas rígidas, el analfabetismo femenino, la violencia doméstica, el trabajo infantil, el feticidio femenino, los crímenes de honor y las exigencias de la dote. En el pasado, muchas mujeres indias se han tomado estos mandatos muy en serio y llegaban a autoinmolarse o ahorcarse para escapar de esta opresión. Dado que las mujeres han ganado poder político, a través de iniciativas como el Proyecto de Ley de Acción Afirmativa (que ha beneficiado a las mujeres indias), las desposeídas mujeres rurales se han dado cuenta de que pueden tener un lugar en la sociedad y de igual manera responder con audacia y colectivamente al abuso.

Violencia Doméstica en la India.

Campaña “Las Diosas Maltratadas”, contra la violencia doméstica. Fuente: “Las diosas maltratadas”, en el blog Mujeres de El País

En 2005 el Parlamento de la India aprobó la Ley de Protección de la Mujer contra la Violencia Doméstica, que entró en vigor en 2005. La ley amplía la protección del Código Penal, pues incluye como delito el abuso de los familiares contra una mujer casada y amplía la definición de violencia doméstica. En virtud de la ley de 2005, “la violencia doméstica” abarca cualquier abuso o amenaza en el aspecto físico, sexual, verbal, emocional o económico.

En su informe sobre adolescentes de 2012, Unicef encontró que más de la mitad de los adolescentes (el 57% de ellos y el 53% de ellas) encuentran justificable que un marido golpee a su esposa.

El grupo de mujeres se conoce popularmente como Gulabi o ‘Pink’ Gang porque los miembros visten saris de color rosa brillante y llevan consigo palos de bambú. Sampat dice: “No somos una banda en el sentido habitual del término, somos una pandilla de la justicia.” La banda nace como una especie de hermandad que en su origen  vigilaba y cuidaba a las víctimas de violencia doméstica, un problema que según las estimaciones gubernamentales, afecta al 70% de las mujeres indias.


La historia de  Gulabi Gang y de su comandante en jefe : Sampat Pal Devi

La banda Gulabi nació inicialmente para castigar a maridos, padres y hermanos opresivos y abusivos,  con lo que combatía así la violencia doméstica y el abandono. Las activistas de la banda abordaban a  los delincuentes varones y los trataban de convencer para que cambiaran sus actitudes hacia las mujeres. Los acusados de delitos más graves fueron avergonzados públicamente cuando se negaron a escuchar. Si los hombres recurrían al uso de la fuerza, las gulabis volvían con sus palos de bambú llamados lathis, y los “persuadían” para que cambiaran su actitud.

La fundadora del movimiento, Sampat Pal. Fuente: Live Mint

La fundadora de la banda es la temeraria Sampat Pal Devi, de 40 años, quien se casó a la edad de 12 con un vendedor de helados y tuvo el primero de sus cinco hijos a los 15 años. Sampat tuvo que pelear con sus padres por ir al colegio, con sus suegros por que el velo no le cubriera la cara y con su marido por salir de casa.

En palabras de la misma Pal : “Nuestra sociedad está dominada por los hombres. Las mujeres debemos recibir educación y también trabajo. Eso solucionaría todos nuestros problemas”.

Recorriendo su camino desde una lejana aldea a otra en una bicicleta vieja y oxidada, mantenía reuniones diarias bajo frondosos árboles de ficus, cerca de improvisados ​​puestos de venta de té (chai, la bebida dulce de la India) y otros lugares de reunión populares para discutir los problemas locales y atraer a nuevos reclutas.


El éxito de la pandilla de Justicia

Hoy en día hay decenas de miles de mujeres entre los miembros de la banda Gubabi, varios simpatizantes masculinos y muchos logros en su haber. Entre estos están: el aseguramiento de una distribución pública adecuada de granos y semillas  para personas por debajo del umbral de la pobreza, el desembolso de la pensión a las viudas de edad avanzada que no tienen certificado de nacimiento que pruebe su edad o la prevención del abuso contra mujeres y niños. La “hermandad rosa”, como también se llama a este colectivo, se ​​encuentra a la vanguardia y adoptó el más simple de los métodos: la acción directa y la confrontación.

En 2008, este movimiento creó una escuela, la Gulabi Gang Bal Vidyalaya, en Banda. De los 600 alumnos, unas 400 son niñas. La fundadora del colectivo cuenta que “los aldeanos que solían enviar antes de tiempo a sus hijas al campo ahora se han dado cuenta de que la educación es importante y ya las están llevando a la escuela. Este año, la cifra de alumnas va a aumentar. Al final hemos conseguido romper el hielo”.

“Ahora no hay problema”, dice Sampat Pal Devi antes de entonar otra de sus canciones: “Ya tenemos alas, entonces ¿para qué quedarnos en la jaula?. Escucha, amiga, ya tenemos alas”.

En vez de tomar el camino del activismo en la política, las mujeres se siguen uniendo a las bandas en cada uno de los distritos porque, primero, las pandillas ofrecen beneficios más inmediatos que la política y, segundo, las mujeres de las castas inferiores que han ascendido al poder político han sido pésimos modelos a seguir. Mujeres como Sampat Pal ha tenido el potencial de inspirar a más mujeres pobres que las líderes dinásticas como Sonia Gandhi, porque estas últimas han decepcionado a las mujeres que dicen representar, al ser tan corruptas y criminales como los políticos varones que ellas mismas desprecian.

La banda de Gulabi. Fuente: Kvlt of Nyx

Si bien las intervenciones del grupo son en su mayoría a favor de las mujeres, cada vez más hombres se unen para desafiar no sólo a la autoridad masculina sobre las mujeres, sino también todos los abusos contra los derechos humanos infligidos a los más débiles.


Gracias a sus métodos novedosos (que dan voz y poder a las mujeres que sufren agresiones en lugar de hundirlas en su condición de víctimas) y gracias a su actitud combativa contra una de las formas de violencia más extendidas en una de las culturas más patriarcales, la historia de la banda Gulabi ha dado la vuelta al mundo.

Un documental de coproducción india, noruega y danesa que se estrenó en India el mes pasado cuenta la historia de este movimiento y ha sido galardonado con importantes premios de cine en festivales de India y Noruega y con el Premio a la Mejor Película sobre Derechos Humanos, concedido por Amnistía Internacional en Polonia.

Foto de portada: Cartel del documental Gulabi Gang. Fuente IBN Live.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro. 

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Alejandra Meneses

Barranquilla, Colombia. Profesional en Relaciones Internacionales con estancias de estudio y prácticas en México. Ex becaria de la Alianza del Pacifico, del Banco Santander y del Gobierno de Corea en Colombia. Email: alejameneses.am@gmail.com.


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