29/03/2024 MÉXICO

Una trilogía documental imprescindible sobre Alimentación y Derechos Humanos por Marie-Monique Robin

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“Consumir es un acto político. La alimentación mundial no puede estar en manos de especuladores y grandes distribuidores”. Quien así habla es Marie-Monique Robin, ensayista, directora de cine y periodista. Y hoy te mostramos tres libros claves que vinculan la alimentación con los derechos humanos.

“Consumir es un acto político. La alimentación mundial no puede estar en manos de especuladores y grandes distribuidores”. Quien así habla es Marie-Monique Robin, ensayista, directora de cine y periodista. Esta francesa cuya mirada crítica se ha posado sobre los Derechos Humanos ha filmado historias sobre el tráfico de órganos humanos, el cultivo de coca por parte de los indígenas o la implicación del servicio secreto francés en la Operación Cóndor –intercambio de prisioneros políticos entre las dictaduras chilena y argentina en la década de los 70- .

Quizás debido a sus orígenes rurales –es hija de agricultores- desde 2004 Robin se ha centrado en las amenazas a la biodiversidad y cómo los gigantes de la biotecnología se apropian de la vida mediante el uso de patentes. “Siempre me han interesado los derechos humanos y la agricultura. Más recientemente he empezado a trabajar en los peligros que amenazan la biodiversidad: aquí los tres temas se interrelacionan hasta un extremo increíble”.

El resultado de sus investigaciones es la siguiente trilogía de documentales con  su respectivo libro analizando la relación entre alimentación y Derechos Humanos:

El libro “El Mundo según Monsanto”. Fuente: http://www.mundonuevo.cl/

El mundo según Monsanto (Le monde selon Monstanto, 2008): Implantada en cuarenta y seis países, esta empresa de St. Luis posee más del  90 por ciento de la cuota de mercado, siendo el líder mundial de los OMG (Organismo Genéticamente Modificado). También produce PCB (piraleno), herbicidas u hormonas de crecimiento bovino y lácteo prohibidas en Europa.

Tanto el documental como el libro radiografían una compañia que, desde su creación en 1901, acumula procesos por envenenamiento, contaminación y publicidad engañosa –ha sido condenada primero en Estados Unidos y luego en Francia- mientras se presenta como una empresa  que “ayuda a los granjeros a producir alimentos más sanos con un impacto ambiental menor”. En una entrevista concedida a la Asociación de Consumidores Orgánicos Robin asegura que esto es falso.


“Solo hay que mirar el caso de las semillas de RR (Roundup Ready) un herbicida que Monsanto lleva produciendo desde los 70 –con una versión casera para jardinería-. La compañía aseguraba que era inofensivo y biodegradable pero un informe secreto de Monsanto que se hizo público revelaba que solo el 2 por ciento de RR se descompone en la tierra y eso ¡al cabo de 28 días!. Esta mentira es crucial, ya que el 70 por ciento de los OMG han sido genéticamente manipulados para que puedan ser  rociados con este herbicida” comentaba la autora durante la presentación de su libro.

“Roundup es altamente tóxico, produce esterilidad, aborto y malformaciones genéticas. He conocido personas en Argentina que viven cerca de plantaciones de soja que han sido rociadas desde el aire provocándoles dermatitis aguda, inflamación de los ojos, vómitos y dificultades respiratorias. Aunque Roundup es el herbicida más vendido del mundo Dinamarca es el único país que prohíbe su venta” añade Robin.

En su investigación, la periodista afirma que “para imponer su mundo OMG, Monsanto se ha infiltrado en las principales esferas científicas y regulatorias”. También le acusan de estar detrás del “golpe de estado” de 2012 que depuso al presidente Lugo en  Paraguay

Traducidos a 15 idiomas, tanto el libro como la película fueron un éxito internacional. En Francia, el documental se emitió en pleno debate sobre los OMG  con los políticos divididos, los investigadores señalados y la mayoría de la población en contra según una encuesta de Greepeace.

En su blog, la autora reflexiona sobre los conflictos de interés que los OMG despiertan en las autoridades de la Unión Europea entre la presión de la industria alimentaria y la defensa del interés general.


Nuestro veneno cotidiano (Notre poison quotidien, 2010): el documental, y el libro que lo siguió, investigan las causas del aumento de la incidencia del cáncer, enfermedades neurológicas, autoinmunes y disfunciones sexuales en el mundo occidental en los últimos treinta años. Como resultado de una investigación realizada en Asia, Norteamérica y Europa, y apoyándose tanto en numerosos estudios científicos como en testimonios de representantes de las agencias de regulación como la Administración de Alimentos y Medicamentos Estadounidense (FDA) o la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el documental prueba que más de 100000 moléculas químicas han invadido nuestro entorno, y principalmente nuestra alimentación, después de la Segunda Guerra Mundial.

La investigación reconstruye los procesos a los que son sometidos los alimentos desde su cultivo (usando pesticidas) hasta la mesa (añadiendo aditivos y plásticos). Desenmascara el sistema de evaluación y homologación de productos químicos analizando los casos de los pesticidas, el aspartamo y el bisfenol A (BPA) y demuestra su ineficiencia y falta de eficacia. También hace referencia a las presiones que ejerce la industria química para mantener este sistema.

Las cosechas del futuro (Les moissons du future, 2012): con un claro guiño a la frase del Evangelio “Nuestro pan de cada día”, Marie-Monique Robin realiza el último documental (más libro) de su trilogía sobre la alimentación. En él se centra en los problemas derivados de alimentar a una población que en 2050 será de 9 mil millones de habitantes. Basándose en el testimonio de expertos y agricultores hace un balance del modelo agroindustrial que no sólo no alimenta al mundo, sino que contribuye al calentamiento global, al agotamiento de los suelos, de los recursos hídricos y la biodiversidad al tiempo que empuja a la marginación a millones de campesinos.

“¿Qué es la agroecología y en qué sentido constituye una solución a los retos que la humanidad tendrá que afrontar en el curso del siglo XXI?. El objetivo de mi nueva investigación es verificar sobre el terreno el potencial de la agroecología para reducir el hambre y la pobreza” explica Robin. Su búsqueda documental prueba que se puede resolver el problema de la alimentación respetando los recursos y el medio ambiente. Para ello es necesario el replanteamiento radical de un sistema de distribución de alimentos que otorgue a los campesinos un papel protagonista en este cambio de paradigma.

Libro “Las cosechas del futuro”. Fuente: http://www.planetadelibros.com/

Robins además carga duramente contra la desregulación que dio pie al Mercado de Futuros de Chicago donde se permite especular con productos básicos como los cereales. Desde 1990, y debido a las presiones de grandes bancos como Goldman Sachs, se han debilitado las regulaciones que ponían trabas a la especulación con estas materias. En 1999 se estimaba que la multinacional estadounidense Cargill –la mayor corporación de EEUU que no cotiza en bolsa- controlaba casi la mitad del comercio mundial de grano mientras que AMD tenía otro 30 por ciento. Una sola de estas multinacionales –aumentando o disminuyendo la demanda de sus propias filiales- generaría impactos considerables a escala mundial en el precio del cereal y sus productos derivados.


El planteamiento de esta autora francesa coincide con la idea de soberanía alimentaria donde el hambre es una cuestión política – el gran escándalo de nuestro siglo para Jean Ziegler- cuya solución ha de venir de quienes producen y consumen, capaces de tomar decisiones y determinar sus políticas y prácticas alimentarias. «El mundo se muere de hambre. La agricultura industrial, dominada por transgénicos y pesticidas, es incapaz de abastecer al planeta. Otra agricultura sostenible, agroecológica, es posible” concluye Robins.

Foto de portada: imagen de Marie-Monique Robin, fuente: salbei-und-seide.de

Esta es una explicación sin ánimo de lucro.

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Esther Ortiz

Madrileña, periodista de Acción Social, RSC y Gestión Cultural. Especialista en diseño de proyectos culturales, sociales y comunicacionales, así como de relaciones entre empresa y ONL como socios de acción y conocimiento. Me encantan los perros y Berlín es mi ciudad favorita. Le sigo la pista al Inspector Wallander; me emociona la voz de Robert Smith y aún sigo esperando que Ilsa no se suba a ese avión y se quede con Rick. Y cada día libro pequeñas batallas, logro pequeñas conquistas que hacen que me sienta un poquito Wonder Woman.


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