29/03/2024 MÉXICO

Un libro y una escritora: armas arrojadizas en la campaña estadounidense

atlasshrugged71
El próximo 6 de noviembre tendrán lugar las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Como arma arrojadiza durante la larga precampaña ha surgido el nombre de una escritora, Ayn Rand, seudónimo de Alisa Zinóvievna Rosenbaum, nacida en San Petersburgo en plena época zarista. Su libro “La rebelión de Atlas”, es el segundo más influyente para muchos políticos estadounidenses tras la Biblia.

Ayn Rand, escritora de ficción, ensayista y filósofa, creó el objetivismo, un sistema filosófico que sostiene que el hombre debe elegir sus valores y sus acciones mediante la razón, que cada individuo tiene derecho a existir por sí mismo, sin sacrificarse por los demás ni sacrificando a otros para sí. En consecuencia Rand defendía el egoísmo racional, el individualismo, y el capitalismo laissez faire, como el único sistema económico que le permite al ser humano vivir como tal, haciendo uso de su facultad de razonar.

Hasta aquí lo tiene todo para ser la musa del partido Republicano y sobretodo del Tea Party. La única pega es que, dentro de lo que Rand consideraba “el mal” se incluyen la democracia y los valores judeocristianos, muy presentes en la base electoral republicana. Además, Rand era una proabortista declarada. Y las anacrónicas declaraciones de algunos de sus congresistas hablando de “violaciones legítimas” y asimilando el embarazo resultado de una violación a aquel producto de una relación extraconyugal, dejan clara cuál es la postura del partido de Mitt Romney ante la interrupción voluntaria del embarazo.

Sí al capitalismo puro. No al ateísmo y el aborto

Aún así, el grueso de la teoría de Rand sigue coincidiendo con los principales postulados del partido republicano. Lo que le ha causado algún que otro disgusto a su estrella emergente, Paul Ryan. En 2005, durante una charla en la Atlas Society -un think tank destinado a promover la obra de la autora- reconocía que su influencia había sido tal que “Rebelión en Atlas es lectura obligatoria en mi oficina tanto para mis ayudantes como para mi personal”  e incluso reconoció que su filosofía era “el motivo” por el que se dedicaba a la política. Cinco años después, ha tenido que renegar de la doctrina de Rand para conservar el voto religioso, situando a la Iglesia Católica Romana y a Tomás de Aquino como las grandes influencias de su vida. Porque para Ryan  los valores religiosos están “incluso por encima del amor al capitalismo”.

Pero hasta Paul Krugman, desde las páginas del New York Times, le ha llamado “devoto Randiano” mientras Obama ha declarado que Medicare –el programa de atención médica para mayores- corre peligro debido al “integrismo fiscal” de Ryan, claramente inspirado en el “darwinismo social de la obra de Rand”, una de las más fieras detractoras del programa y de la Seguridad Social. Sin embargo un estudio realizado en 2010 por una investigadora de la Universidad de Chicago sobre lo que denominó  VIP-DIP (Venerated In Public/Disdained In Private o ”haz lo que yo digo, no lo que yo hago”) ha revelado que la escritora y su marido percibieron pagos de ésta durante casi una década e incluso llegaron a solicitar la asistencia proporcionada por Medicare. Eso sí, bajo seudónimo.

A pesar de esta revelación el universo de Rand se resume en la lucha del individuo contra el grupo. Mientras en “El manantial” (1943) el protagonista es un arquitecto reivindicando su obra contra la presión ejercida por los medios de comunicación  y colegas –interpretado por Gary Cooper en la gran pantalla- con la “La rebelión de Atlas” llega el gran bombazo. A lo largo de sus 1.300 páginas defiende el capitalismo laissez-faire, en estado puro y libre del control del gobierno o de regulación alguna, como el único sistema moral posible. Los héroes que se rebelan en Atlas son los millonarios e industriales, descritos como una clase “degradada”, contra un “sistema opresor”.

Una nueva clase “oprimida”: el uno por ciento

“La historia de “La rebelión de Atlas” presenta el conflicto de dos antagonistas fundamentales, dos escuelas opuestas de filosofía, o dos actitudes opuestas hacia la vida. Como forma breve de identificarlas, las llamaré el eje razón-individualismo-capitalismo versus el eje misticismo-altruismo-colectivismo”, declaró una vez Rand.

De hecho los protagonistas, un magnate del acero y la rica heredera de una línea de ferrocarriles, son eclipsados por el auténtico héroe de la novela, un tal John Galt por el que todo el mundo pregunta y que aparece al final de la trama para conducir a ese oprimido 1% de la población a la huelga. Por eso es muy común ver en las reuniones del Tea Party a sus seguidores luciendo camisetas donde se puede leer “Who is John Galt?”. Frente al lema “We are the 99” de Occupy Wall Street los Randianos, el Tea Party y el actual partido republicado proponen la “liberación” del “oprimido” uno por ciento restante.

Pero la influencia de la obra de Rand en el seno del partido Republicano viene de lejos. En 1966 Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal en la década de los 90 que aplicó la desregulación financiera germen de la actual crisis, escribió tres ensayos para acompañar la publicación de “Capitalismo. El ideal desconocido” de Rand. En ellos criticaba cualquier forma de regulación, hasta para construir un edificio. Cuando en abril de 2010 fue llamado a declarar por la Comisión Investigadora de la Crisis Financiera reconoció que había una “grieta” en la teoría de capitalismo puro de Rand pero que esta era “una incapacidad para comprender plenamente el estado y alcance de los riesgos potenciales que no habían sido probados hasta ahora”. Cuando más tarde le preguntaron en una entrevista si la crisis financiera ponía en tela de juicio la teoría de Ayn Rand de que los mercados pueden funcionar solos contestó “en absoluto”.


“La Revolución en Atlas como reflejo de la crisis mundial

De hecho, los fans de Rand consideran la crisis como una reacción de los mercados al control del estado y al papel de los políticos, no por la desregulación de estos. En el año 2009, tras la caída de Lehman Brothers y la resaca dejada por las hipotecas “basura”, las ventas de “La rebelión en Atlas” se dispararon con más de 400.000 ejemplares vendidos, hasta el punto que The Economist, conocido periódico libertario, decidió analizar la causa.  “Cada vez que los gobiernos intervienen en el mercado, los lectores corren a comprar el libro de Rand. ¿Por qué?. La razón la encontramos en un grupo de Facebook recientemente formado que se llama “¿Has visto las noticias?. Es como en “Rebelión en Atlas” y está pasando de verdad”.

Según Yari Brook, del Ayn Rand Institute “mucha gente ve los paralelismos con lo que está pasando, con el gobierno tomando el control de los bancos, incluso de la industria automovilista o un presidente que despide al Director Ejecutivo de una multinacional estadounidense. Esas son la clase de cosas que aparecen en “La rebelión en Atlas”.

En el otro extremo, tanto librerías como editoriales confirman que, en época de crisis económicas, también aumenta la venta de ejemplares del “Manifiesto Comunista” de Karl Marx así como de la obra de otros autores anti-capitalistas como Jean Ziegler, Susan George o Naomi Klein.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro.

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Esther Ortiz

Madrileña, periodista de Acción Social, RSC y Gestión Cultural. Especialista en diseño de proyectos culturales, sociales y comunicacionales, así como de relaciones entre empresa y ONL como socios de acción y conocimiento. Me encantan los perros y Berlín es mi ciudad favorita. Le sigo la pista al Inspector Wallander; me emociona la voz de Robert Smith y aún sigo esperando que Ilsa no se suba a ese avión y se quede con Rick. Y cada día libro pequeñas batallas, logro pequeñas conquistas que hacen que me sienta un poquito Wonder Woman.


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