29/03/2024 MÉXICO

Randa: primera biografía novelada de una transexual árabe

Las-Memorias-de-Randa-la-Trans
Por primera vez un escritor árabe se atreve a abordar la transexualidad en Oriente Medio con "Memoirs of Randa the Trans". Esta es la apuesta de un libro valiente y honesto que ha abierto una nueva vía en el mundo árabe.


Naguiz Mahfouz, Aamin Maalouf, Kalil Gibran o Nawal al-Saadawi son responsables de algunas de las páginas más hermosas de la literatura contemporánea. Todos ellos tienen en común una cosa: son árabes. A pesar de que su obra es muy crítica con las sociedades y regímenes del mundo árabe –Al-Saadawi analiza el papel de la mujer en el islam y denuncia la ablación- rara vez habla abiertamente de la sexualidad y menos aún de la homosexualidad. Pero lo que hasta ahora ningún escritor árabe se había atrevido a abordar es la transexualidad.

Hazim Saghieh, conocido escritor social y político y reputado columnista del diario londinense Al-Hayat, lo ha hecho con “Memoirs of Randa the Trans”. La primera aproximación a la realidad transexual en el mundo árabe escrita por un árabe ha visto la luz gracias a la arriesgada apuesta de la editorial  Saqui Books, pionera en la publicación de  controvertidos temas sobre Oriente Medio que otros rechazan. Con sede en Londres, Los Angeles y Beirut, otro de los títulos que forman parte de su catálogo y que seguramente levantará ampollas es “Unspeakable love: gay and lesbian life in the Middle East” de Brian Whitaker.

Ser transexual .. en Oriente Medio

Por eso  no resulta extraño que la publicación del libro de Saghieh supusiera una conmoción en el floreciente mercado editorial libanés. A pesar del éxito entre la crítica especializada, incluso dentro del mundo árabe como en The Arab-Israeli book review, que nadie busque  el libro en las librerías de El Cairo, Damasco o Amán porque solo ha sido publicado en El Líbano. Aunque si en el resto de Oriente Medio alguien quiere leerlo probablemente sucederá como en China o en Arabia Saudí, donde existe un mercado negro de libros.

“Mouzakarat Randa al-Trans”, o “Las memorias de Randa la Trans”, coescrita por el periodista libanés y la protagonista de su historia, Randa –Fouad en su vida anterior- relata con una honestidad brutal lo que significa ser transexual en Oriente Medio. Dos violaciones, un matrimonio de conveniencia, el hambre y la idea de suicidio. Todo este doloroso bagaje está presente, a modo de terapia y catarsis en el libro. Así como las amenazas de muerte sufridas en su Argelia natal que le obligaron a dejar su casa y su hijo, fruto de un matrimonio de conveniencia, y refugiarse en Beirut.

La cosa era seria. La agencia de seguridad nacional le había abierto un expediente por crear la primera ONG argelina dedicada a los derechos LGBT –algo ilegal- y los grupos islámicos más radicales amenazaban su vida. Cuando recibió un ultimátum de diez días supo que no tenía más remedio que huir. El suyo es el perfil típico que  Amnistía internacional describe en sus informes de tortura en base a identidad sexual. “Las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero se enfrentan a formas particulares de discriminación y son víctimas de abusos contra sus derechos humanos. Si además asumen un papel activo como agentes del cambio, se hacen activistas o defienden los derechos humanos, desafiando a quienes intentan imponer unas normas de género discriminatorias, son objeto de persecución por un doble motivo: por lo que son y por lo que hacen.”

Líbano: un oasis en medio del desierto

Era lógico que Randa huyera a El Líbano. La imagen que el país proyecta es la de ser el más tolerante con colectivos que en otros países de la zona son marginados, incluso perseguidos. Por ejemplo, el grupo que lidera el movimiento LGBT en el mundo árabe, HELEM, tiene su base de operaciones en Beirut e incluso ha logrado que se abran algunos bares de ambiente en la ciudad. A través de este colectivo Randa está canalizando su activismo, tratando de concienciar a los libaneses para que acepten a las personas transexuales.

Aunque en Líbano las relaciones entre personas del mismo sexo están prohibidas, la ley no dice nada sobre la reasignación de sexo. Paradójicamente, a pesar de que en Irán –como en Arabia Saudí- la homosexualidad está penada con la muerte, un edicto religioso permite el cambio de sexo. Es más, el número de operaciones es el segundo mayor del mundo, solo superado por Tailandia donde los transexuales tienen una imagen muy positiva, incluso son considerados como una señal de buena suerte para sus familias.


Así que Randa decidió no ser otro caso más en un informe de Derechos Humanos y contar su historia en este libro. Sus 144 páginas representan una válvula de escape y muestran su  compromiso valiente y decidido. “Nadie te concede la libertad. Tienes que salir y buscarla. Sin importar los riesgos” declaraba en una entrevista concedida la agencia AFP. Después de todo lo vivido y lo sufrido, lo tiene claro: “no podemos dejar de luchar ahora; ahora no”.

“Memoires of Randa the Trans” ha abierto un nuevo espacio, no solo dentro de la edición árabe, sino de la lucha por la tolerancia. Quizás por eso se convirtió en la estrella de la pasada  EURAMAL –European Association for Modern Arabic Literature-. Bajo el sugerente epígrafe “Deseo, placer y tabú en la literatura árabe, en su novena edición este foro abordó temas como la producción de cómics en Líbano, la homosexualidad en la narrativa árabe actual o si la nueva generación de escritoras saudíes –como Rajaa Alsanea, autora de “Chicas de Riad”, la Bridget Jones árabe- representan una mayor libertad para la mujer o solo responden a una demanda del mercado Occidental.

Esta es una explicación sin ánimo de lucro

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Esther Ortiz

Madrileña, periodista de Acción Social, RSC y Gestión Cultural. Especialista en diseño de proyectos culturales, sociales y comunicacionales, así como de relaciones entre empresa y ONL como socios de acción y conocimiento. Me encantan los perros y Berlín es mi ciudad favorita. Le sigo la pista al Inspector Wallander; me emociona la voz de Robert Smith y aún sigo esperando que Ilsa no se suba a ese avión y se quede con Rick. Y cada día libro pequeñas batallas, logro pequeñas conquistas que hacen que me sienta un poquito Wonder Woman.


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