28/03/2024 MÉXICO

6 magníficos documentales que ponen en jaque al sistema capitalista

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Charles Ferguson, Michael Moore y Davis Guggenheim sacan a la luz las sombras del país más poderoso del mundo. Corrupción, crisis y marginalidad en la tierra de las oportunidades.

El discurso de agradecimiento de Charles Ferguson, cuando en febrero pasado recibió de manos de Oprah Wrinfey un Oscar al mejor documental por Inside Job, revela hacia donde se está dirigiendo las preocupaciones y actitud de los principales documentalistas contemporáneos estadounidenses. “Perdonen…  pero tengo que comenzar señalando que tres años después de una horrenda crisis financiera causada por un fraude masivo, ni un solo ejecutivo financiero ha ido a la cárcel… y eso está mal… ”. Esta frase fue secundada por la sala con aplausos y vítores. El premio y los aplausos eran más que bien merecidos.

Discurso de agradecimiento de Charles Ferguson durante la entrega de los Oscar

El ojo pausado y crítico de Ferguson explora los oscuros bastidores del poder que han permitido que un grupo increíblemente corrupto -el uso término no es a la ligera- de ejecutivos financieros de Wall Street, no solamente salieran impunes de la peor crisis financiera en décadas, sino que se fueran con los bolsillos literalmente repletos de dinero. Con meticulosidad casi de cirujano, una estética impecable, una exposición integral y didáctica, y un magistral sentido del ritmo, Inside Job presenta un frío y hasta aterrador desnudo del sistema político-financiero de los Estados Unidos. Un desnudo que debería interesar porque sus consecuencias han trascendido las fronteras norteamericanas, y por lo que demuestra el documental volverán a rebosarlas, prometiendo nuevamente golpear sin remordimientos los bolsillos de los ciudadanos y retar la capacidad de asombro general.

Dos caras de la misma moneda

El osado Ferguson no está solo en este ejercicio de radiografía política, desde perspectivas distintas otros importantes compatriotas documentalistas han asumido el mismo compromiso. El siempre polémico Michael Moore, meses antes que Ferguson dio a la luz Capitalism: A Love Story, con una visión más amplia y un tanto desvergonzadamente más sesgada, muestra de manera emocionalmente convincente los excesos de un sistema que parece haber cruzado el umbral de lo irracional con empresas multinacionales -y no los familiares- beneficiándose de los seguros de vida de empleados fallecidos.

Documental de Michael Moore, “Capitalism: a love story”

Moore, como es de esperarse, le dedica un espacio especial a la crisis financiera, mostrando con humor negro e ironía a un Wall Street que no solamente controla el mundo financiero desde Nueva York sino también los hilos de poder en Washington. Sin embargo, la mirada desapasionada de Ferguson penetra más profundamente, mientras que Moore se deja llevar por un exagerado entusiasmo ante la aparente mesiánica victoria presidencial de Barack Obama, y por tanto dirige todos sus misiles hacia la Administración Bush. Ferguson por su parte toma firmemente el bisturí y nos permite ver con pasmo a una Administración Obama tan viciada y comprometida con los intereses del mundo financiero como la de los gobiernos republicanos.

Es quizás un efecto morboso, pero contemplando ambos documentales nos sumergimos en una experiencia espantosamente fascinante. Por vez primera podemos empezar a comprender este intricado melodrama orwelliano que se desarrolló frente a nuestras narices sin que hubiéramos podido realmente mirarlo; los medios masivos solo nos dejaron contemplar la gran explosión y los fuegos artificiales.

Estudiar en Estados Unidos

En la misma línea pero analizando otro sector, posiblemente el documental reciente que ha causado más controversia es Waiting for Superman, de Davis Guggenheim, del celebrado director ganador del Oscar por An Inconvenient Truth, quien junto con Al Gore y sus revelaciones sobre el cambio climático lo convirtió en uno de los documentales más influyentes y debatidos de la historia del medio.Waiting for Superman intenta realizar otro desnudo, en este caso al sistema educativo norteamericano. Con una mirada menos ácida que la de otros colegas, revela debilidades del sistema que realmente no sorprenden a quien alguna vez haya entrado en contacto con el sistema de educación pública de Estados Unidos.

Documental Waiting for Superman

La polémica reciente de Guggenheim, quien posee un olfato envidiable para atraer socios controvertidos, no solamente se basa en el contenido de su obra sino en quien se ha convertido en su más ardiente promotor: el mismísimo Bill Gates. Para los amantes del drama es un tanto decepcionante ver al Mr. Gates apoyando la idea de un sistema público educativo gratuito de la más alta calidad, incluso asistiendo a una audiencia del Congreso Americano para decirlo; se podrá tener suspicacia de la naturaleza filantrópica del emperador del mundo del software, pero sus argumentos son difíciles de rebatir. Sin embargo el centro argumental, y del núcleo de la verdadera controversia, es revelador.

De forma convincente Guggenheim señala con el lente acusador a los sindicatos de profesores como la raíz de los problemas de un sistema educativo vergonzoso para el país que alguna vez tuviera los mejores programas educativos públicos del mundo. Descubrimos como la unión de profesores, y no como cabría esperarse las empresas petroleras o las financieras, son en términos de contribuciones financieras, el grupo de lobby más activo en el Congreso norteamericano.


Un sector privado fuera de control

El sector financiero y el educativo no parecen ser excepciones dentro de este peculiar sistema político que se autoproclama democrático, un sistema que podemos comprobar cómo se deteriora en un gobierno que ha perdido la capacidad de regular a su sector privado, y es este quien desde las sombras ha asumido el control de los bienes públicos. Validando aun más esta tesis, otros documentales recientes muy influyentes como Food Inc. y Gasland (ambos también nominados a los Oscars), exploran otras manifestaciones del enorme poder que empresas y grupos privados han ejercido para distorsionar gravemente a sectores tan claves como el alimenticio y el energético.

Las teorías de conspiración del poder político norteamericano cooptado siempre han sido muy populares, y han tratado de explicar los de otra manera inexplicables sucesos como el asesinato de John F. Kennedy,  la maratónica guerra de Vietnam o la existencia oblicua de  Osama bin Laden. Sin embargo Moore, Guggenheim, Ferguson y prácticamente la mayor parte de la generación contemporánea de documentalistas norteamericanos ahora buscan evitar que los grandes problemas públicos actuales se mitifiquen y caigan al abismo de misteriosas hipótesis. Estos documentales, evidentemente realizados para consumo de un público estadounidense, trascienden el parroquial interés de la audiencia a la que está dirigida y sirven a quienes deambula n en sistemas políticos distintos, como sospechosas y familiares señales de alarma.

Documental Food Inc.

Una nota de advertencia: la magnitud de las situaciones que estos documentales recogen es de proporciones colosales, aplastantes. Aunque todos antes de concluir con los créditos nos invitan sugestivamente a luchar por la justicia y un mundo mejor, una irresistible sensación de impotencia es muy probable que permanezca con nosotros. No en vano se dice que la ignorancia es una bendición. Si se desea permanecer en ese maravilloso estado de la sumisión mediática, mejor evitar a toda costa estos documentales y sigamos disfrutando, sonrientes y complacidos, de las entretenidas producciones de American Idol y Operación Triunfo. Quizás podamos estar a la altura de los tiempos y producir el documental perfecto: un reality TV desde dentro de nuestros parlamentos y emporios de poder privado.

Foto de portada: fotograma del documental Inside Job, fuente: blog.naver.com


Ésta es una explicación sin ánimo de lucro

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Daniel Abreu

Vivo en Santo Domingo, República Dominicana. He realizado masters en Estudios de Desarrollo en en Holanda y en Relaciones Internacionales en Barcelona. He trabajado con una diversidad de instituciones como el PNUD, AIESEC, The Global Reporting Initiative, Greenpeace, Transparency International y UNESCO.


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